La van a pagar playboys

¿Qué les pasó chicos?

Seguimos hablando un rato más y comprendí perfectamente lo que Isa me dijo. Ellos tienen que aprender su lección pero tampoco se trata de que paguen culpas ajenas. El problema es que me da rabia que el Max ese sea tan guapo; me está gustando y eso tiene que parar.

Pensé en dejar mi celular apagado toda la noche, no quería que los muchachos fueran a despertarme con la llamadera preguntando qué nos pasó pero cuando me disponía a hacerlo, entró mi madre a la habitación para decirme que unos chicos estaban buscando a Alexa, Isa y a mí. Ya estaba en pijama y no tenía ganas de salir así que mi madre me hizo el favor de decirles que estaba dormida cuando fue a avisarme pero que las tres estábamos bien. Hay que dejarlos con la incertidumbre de qué nos pasó al menos por lo que resta de la noche –pensé.

Al día siguiente encendí mi móvil y tenía unos veinte mensajes de Max preguntando dónde estábamos y que había ocurrido. Le hablé de inmediato a Ale e Isa para decirles que el plan había sido un éxito, que los habíamos dejado preocupados pero que ya era el momento de darles el pretexto por el que supuestamente nos fuimos de la disco y los dejamos plantados.

Para hacer más fácil la explicación y que pudiéramos hablar los seis, le envié el número de Isa y el de Ale a Max para que creara un grupo en Whatsapp y así habláramos todos. Exploté de risa cuando leí el nombre que Max le puso a dicho grupo: "Los drogadictos y las fugitivas".

-Jjajajaj ¿y ese nombre tan hermoso y curioso?- Pregunté haciéndome la inocente.

Max- ¿No te lo imaginas?

Ale- Jajajajaj por Dios! ¿Ustedes son drogadictos?

Isa- Eso parece Ale y lo dicen como si hablaran de beber agua.

Willi- Si si, ríanse. Anoche pasamos una vergüenza terrible ya para colmo ustedes que se desaparecieron. ¿Qué ocurrió?

-Bueno, Ale se empezó a sentir mal del estómago, tenía nauseas y no tuvimos chance de avisarles porque cuando salimos no los vimos pero, mejor dígannos, ¿por qué eso de que son drogadictos?

Isa- Jajajajaj sí, cuenten...