La van a pagar playboys

Así nos conocimos

-Chicas, si ponemos todo lo que leímos en práctica, seguro nos irá excelente.

Alexa-Claro porque somos guapísimas, inteligentes, alegres y atrevidas. Estos caen porque caen o nos cambiamos los nombres por Radegunda, Policarpia y Clodomira.

Isa- Jajajajajaja cuando terminemos con todo esto los chicos pensarán que nos creímos en serio que somos las chicas súper poderosas como les dijiste un día Gabi. Las justicieras alocadas en acción-dijo mientras reía a carcajadas.

-Jajajaja siii, eso precisamente somos!- contesté también riendo

Alexa- Bueno pero ¿qué estrategias de ataque utilizaremos? Solo hemos hablado de conquistarlos pero no de la manera en que nos vengaremos.

-Es que por lo pronto tenemos que enfocarnos en el acercamiento. Cada una debe ligar con el playboy que le toca y cuando ya hayamos llevado a cabo los 7 pasos y estén clavados con nosotras viene la fase dos que es la venganza.

Isa-Si pero debemos comenzar a crear ideas sobre qué hacer.

Alexa- Mmm bueno, a mi se me ocurre que podríamos empezar por...

Esa noche se nos ocurrieron muchas cosas que podríamos poner en práctica para cobrarle sus malos actos a los playboys pero debíamos andar con mucho cuidado y sobre todo cuidar de Alexa, de que el bobo de Willi no fuera a lastimarla. La verdad era que todas debíamos cuidarnos porque los chicos estaban guapísimos y no por nada eran playboys, para serlo tenían que haberse ligado a muchas mujeres y ese era el caso.

Pedimos pizza para cenar y platicamos hasta que casi nos quedamos dormidas pero una tía de Alexa la llamó para pedirle que regresara a casa ya que era tarde y teníamos clases temprano.

En la mañana estaba súper cansada pero Isa llegó súper puntual para ir a la prepa. Mi madre me gritó que había llegado mi pri-amiga para que nos fuéramos juntas. Jajajaja esa es su forma de llamarle a nuestra relación ya que no solo somos amigas sino que también primas.

Bajé corriendo, me despedí de mis padres y nos fuimos a buscar a Alexa. Ya era una costumbre el caminar juntas hacia la escuela, desde que teníamos cinco años, cuando Isa y yo conocimos a Alexa. Siempre recuerdo ese día en que vimos a una niña más grande robarle su lunch y dejarla llorando. Nos acercamos a consolarla y compartimos lo que nuestras madres nos habían preparado para merendar. Desde ese día la cuidamos y esa niña abusiva no volvió a tocar nada suyo porque Ale ya no estaba sola, nos tenía a nosotras. Desde ahí somos mejores amigas, más bien, las mejores hermanas.