La van a pagar playboys

Crazy night

Pi-piii pi-piii (Sonido de la bocina de un auto)

-Chicas deben ser nuestros queridos playboy's – dije de forma sarcástica.

Isa- Sí, es el auto de Max el que está en el frente-comentó luego de ver por la ventana de mi habitación.

Ale- Bueno mujeres, al ataque. Ya estamos metidas en esto y vamos a darle con todo y disfrutarlo al máximo.

Caminamos hacia la salida como si fuéramos estrellas caminando por las alfombra roja; seguras y divinas.

Max- Hooolaaa guapas! Están divinas!- dijo sorprendido.

Willi- Divinas diría yo- dijo mientras Bruno solo se quedaba con la boca abierta.

Max y Willi estaban fuera del auto, esperándonos para abrir la puerta como si fueran un par de caballeros de cuento. Ellos son expertos haciendo que una mujer se sienta como reina; así es más fácil para ellos conquistarla y cuando obtienen lo que quieres, mandarlas a volar sin ninguna consideración.

Ale- Gracias chicos, que lindos.-contestó ruborizada.

Willi- ¿A dónde las llevamos muñecas?

-Vamos a una disco, se llama Night Crazy, ¿la conocen?-contesté.

Max- Claro! Suban por favor.

Hablamos poco en el camino, parecían estar tan nerviosos como nosotras aunque obviamente por razones distintas. Bruno rompió por un momento el silencio preguntando desde cuando éramos amigas y salió a relucir que Isa y yo somos primas...

Entramos al lugar y estaba repleto de gente. Buscamos una mesa vacía y nos sentamos. Un mesero se acercó y preguntó que deseábamos tomar y las chicas y yo pedimos una ronda de Brugal añejo para calentar la noche. Los chicos se sorprendieron al oír nuestro pedido pero pidieron lo mismo para acompañarnos. No somos de tomar alcohol pero necesitábamos ese trago porque estábamos súper nerviosas; lo veía en la cara de las chicas ya que las conozco perfectamente. Max no paraba de mirarme, sus ojos parecían penetrarme hasta el alma.

Ellos intentaron hablar con nostras pero a penas pudimos hacer el pedido porque la música estaba a todo volumen. Luego de brindar, Alexa tomó por el brazo a Willi y lo sacó a bailar y así hicimos Isa y yo con los chicos restantes.

Jajajaja los chicos creían que estaban tratando de conquistarnos y realmente era todo lo contrario; la victoria de la conquista debía ser nuestra.