¿Miedo yo? O.o

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El paseo acabó y estábamos locos de risa. Nos burlabamos entre nosotros de unas chicas que quedaban delante nuestro ya que se la pasaron gritando y pidiendo ayuda para bajarse. Solo decían "no me vuelvo a montar! Ay Dios ayúdame!" del terror tan grande. Pidieron a todos los santos que conocían por sus vidas.

Max- Jajajaja ¿Oíste a esas chicas? Si hubiera podido parar el paseo en la montaña para bajarse corriendo, lo hubieran hecho.

-Jajajaja si, mira allá a una de ellas vomitando lo que se comió. Guacala!- dije observando asqueada mientras reía.

Max- Wao si! Pobres pero había alguien más que está hablando de otras mientras ella esta igual en la montaña- comentó señalandome.

-Jajajaja ¿yo? No que va, era solo la emoción.

Max- Oooh y ¿por eso temblabas? Tuve que darte mi mano para que no tuvieras miedo.

-Jajajaja creído! Es que en una parte sentí que el tren se iba a volcar.

Max- No tenias nada que temer. El juego es muy seguro y para cualquier imprevisto, me tenías a mí para cuidarte.

-Ay siii Superman. ¿Cómo habrías hecho para bajarme en ese caso?

Max- Aaahh es que me subestimas; hay mucho que no conoces de mi. Te habría desabrochado el cinturón de seguridad y toda la protección, te cargo y salgo volando para dejarte a salvo y luego  ir a rescatar a los demás.

Mientras decía eso, me tomó en sus brazos fuertes y me levantó. No pude evitar morir de risa y de algo a lo que no supe como llamar más que ternura.

-Jajajajaja baboso! ¿Qué haces loquito? Bájame-dije sin parar de reir

Max- Jajajaja querías que te dijera que había hecho y te lo estoy explicando con un ejemplo- contestó mientras me daba vueltas y vueltas. 

-Yaaa jajajaja, basta, no más vueltas por favor- gritaba envuelta en risas.

Max- Jajajaja okay okay, paro --dijo deteniéndose para ponerme de pie en el suelo pero como sabrán, las vueltas causan mareos y no pude sostenerme en pie.

Todo giraba a mi alrededor mientras Max y yo reíamos como tontos. él también quedó algo mareado, pero no como yo; se estabilizó primero y me sostuvo con fuerza. Lo tomé por el cuello ya que no tenía otro lugar por donde sostenerme y él se pegó a mi dándome un abrazo. Sus brazos eran fuertes, cálidos, seguros. Sentí como si no quisiera separarme de ellos nunca pero reaccioné y le dije que ya estaba mejor, que podía soltarme...

La van a pagar playboysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora