Capítulo #41 "Una travesía en la tormenta"

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Mi cerebro no funcionaba correctamente en esos momentos pero la confesión que Louis acaba de hacerme parecía sacada de un programa de bromas, por lo cual respondí como si el comentario me hubiera hecho gracia.

-¡No Louis creo que los golpes te desestabilizaron también el cerebro!- reí descontroladamente, incluso me tumbé en la cama

-¡Monique!- rugió tomando mi cara entre sus nudosas manos- ¡coño estoy hablando enserio mujer! ¿Por qué no puedes creerme?- su voz acusatoria, apenada, defraudada

-¿Por qué... porque me quieres?- pregunte aún más desconcentrada que al comienzo

-¿Por qué? ¿Aún lo preguntas?- me comento sonriendo irónico, sus manos nunca dejaron mi rostro

-Sí, es decir ¿no ves? ¿Qué de especial puedo tener?- lanzo más mi conciencia que mi boca

-Precisamente porque te veo es por lo que siento él te quiero que acabo de soltar- bufo haciendo que su flequillo se elevara en consecuencia

-Louis, yo, simplemente no lo sé ¿Qué pasa con Diana?- toque su hombro

-¿Qué pasa con Styles?- me sonrió de lado haciendo que mi estómago revoloteara ante este pequeño gesto

-¡Vamos no puedes responder con una pregunta!- le pegue ligeramente con el codo en las costillas

-¿Quieres ir a dar un paseo?- sonrió, sus ojos iluminados por la situación

No sé si mi cabeza o mi corazón impulso aquella decisión tan imprudente de salir a pasear con Louis, pero sabía que si Harry se enteraba la cosa se pondría infernal, ya que no le gustaría nada que su mejor amigo y su novia salieran solos, después de la serie de eventos que se habían suscitado en aquel día.

Sin embargo, no me importo y lo hice; la sensación de hacer algo tan incorrecto como aquello me extasiaba.

Louis, al que jamás había visto con detenimiento era un chico apuesto y tremendamente llevadero. Su mandibular perfilada y nada angulosa comparada con la de Harry, su nariz pequeña y un poco ganchuda al final, sus ojos azules que recordaban el cielo más azul del verano o el mar más profundo en la tormenta, pues eran tan cristalinos, tan obvios que podías ver a través de ellos.

Paseamos por un parquecito a las afueras del campus, en realidad estábamos a más de dos horas del campus. Jugamos como niños en los columpios y resbaladillas. Su risa tan esplendida que lograba tocar hasta los más profundos agujeros del corazón iluminándolos con su alegría.

Y en aquel momento fue cuando me di cuenta que debí elegir a Louis y no apresurarme con Harry, cada uno a su modo era especial pero Louis, Louis era lo que yo anhelaba, y cuando llego el momento de contar la verdad jamás me abandono.

-Monique, hace días encontré un diario en la sala del departamento- mis sentidos se alertaron al escuchar eso

-¿Cómo es?- pregunte nerviosa

-Solo sé que al abrirlo vi que era tuyo- mis ojos destellaban miedo

-No quieres verme de nuevo ¿verdad?- sabía que lo había leído pues sus ojos destellaban la verdad y la duda

-Simplemente, necesito que me expliques las cosas, comprendo varias pero otras tantas me hacen dudar- objeto

-Y así será, pero ¿Cuál es el precio que pagare por esto? Sé que en cuanto conozcas la verdad me odiaras y temerás- le comente dudosa, nerviosa

- Ningún precio pues yo no soy nadie para juzgar tus actos, después de todo el fin justifica los medios ¿no?- me sonrió animándome

Comencé una travesía al abrirme con Louis, pero aquella travesía estaba en medio de la tormenta y no sabía si el mar nos tragaría.


El amor puede matarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora