Capítulo 4. Loco

51K 3.6K 140
                                    

Dedicado  RoDominguez05CARP

Joseph

Es martes, he tratado de no hablarle a Becca, sólo para cosas importantes. Está molesta conmigo por haber sido tan descarado la otra noche, lo sé porque ayer en la cafetería lo hizo dar a entender. Tenía la intención de comer con ella y hacer las pases pero decidí irme.

Sin embargo, tengo que hablar con ella. Aclarar las cosas, no puedo seguir así, por eso me decidí a hablar con ella hoy, al final del día, tal vez le ofrezca llevarla a su casa si quiere.

- Buenos días Becca. - le digo sonriente.

- Buenos días Sr Carter.- responde totalmente educada y seca. Pero no es la misma, apenas me miró y no sonrió. Esa sonrisa tan hermosa que he comenzado a extrañar.

Mi humor decae, no se que tiene esta mujer, pero obviamente estoy sintiendo cosas fuertes por ella, nunca me había pasado algo así, no quiero que nadie me hable, cualquier cosa me molesta, no tengo ni hambre. Molly ha intentado que coma algo pero simplemente no quiero. Veo a Becca pasar y mi corazón comienza a palpitar rápido; pero al ver que ella ni me mira, vuelve a su estado natural mi corazón y mi amargura.

6 pm.

Ok es tiempo, por lo general ella es de las últimas en salir, se tarda media hora más de su hora de salida, es muy eficiente en su trabajo, debería decírselo, creo que con eso rompere el hielo.

Decido acercarme a su oficina. Toco la puerta de madera con mis nudillos.

Voltea su mirada hermosa hacia mí pero vuelve a lo que estaba haciendo.

- Adelante Sr Carter, ¿en qué lo puedo ayudar?

- La verdad necesito un favor.

Se queda como pensando y termina de arreglar unos papeles.

- Dígame ¿para qué soy buena? Sr Carter.

No puedo evitar tomar su pregunta como doble sentido, y mi cabeza comienza a volar, me la imagino para lo que es buena, no precisamente en el trabajo. Aunque en el trabajo tampoco estaría mal... Sacudo mi cabeza y vuelvo al mundo real.

- Sabes que me puedes llamar Joseph, Becca.

Ella toma un respiro cerrando sus ojos. No se ve molesta, se ve tranquila, por alguna razón eso me asusta mas. Cuando una mujer está enojada se sabe a lo que se está enfrentando, pero cuando está tranquila es porque hay una odisea dentro de ella, es como una bomba que no sabes cuando va a explotar.

- Si, lo sé, pero pienso que es mejor mantener un trato formal entre nosotros.

La miro por unos segundos en silencio.

- Me gusta como trabajas Becca. ¿Cuál es tu método de organización?

Me mira como tratando de saber que pasa por mis pensamientos, noto que sacude su cabeza disimuladamente y sigue ordenando algunas hojas.

- Organizo por fecha de entrega y luego por carácter de urgencia.

- Ya veo, por eso es que siempre tienes todo a la mano, bien hecho. - Le digo y logro sacarle una sonrisa. ¡Lo hice! Es mi momento, ahora me disculpo.

- Gracias. - Me dice con una sonrisa sincera.

- No hay nada que agradecer, es más, el que tiene que agradecer soy yo por tener una empleada tan eficiente. - Le digo devolviendo la sonrisa.

Nos miramos por unos segundos en silencio. Viendo sus ojos color avellana, mi mente viaja al pasado, cuando en su puerta estuve a punto de besarla.

- Becca, tengo que decirte algo.

- Eh... Ok, ya terminé con esto. ¿Bajamos?.- me dice con una extraña expresión en su rostro. Creo que está nerviosa.

- Claro, después de ti.

Llegamos abajo, estamos frente a las puertas giratorias de la salida; pasamos todo el rato en el elevador en un silencio incómodo, no se ni que le voy a decir, ¿qué se supone que diga? "Becca, ¿recuerdas tu primer día de trabajo? ¿Cuándo intenté besarte? Bueno, no fue mi intención hacerte sentir incómoda" pero que idiota soy. Vuelvo al mundo real cuando veo unas manos agitándose frente a mi cara.

- ¡Hola! ¿Está bien Sr Carter? Se quedó como en blanco por un momento.

- Ah... Si si, es que me distraje pensando en trabajo.

- Ummm, bueno debe tratar de no pensar en el trabajo cuando está fuera de él. No es saludable. Y además, la gente puede pensar que esta loco si se queda viendo hacia el espacio de esa manera.

Río ante su comentario. Esta mujer no tiene pelos en la lengua.

- Disculpe Sr, no es que usted sea loco... Lo que quise decir fue— la interrumpo haciendo un gesto con la mano.

- No te preocupes Becca, tienes razón, tengo que tener más cuidado con eso. No puedo dejar que los demás sepan que estoy loco.- le digo riendo.

Escucho su risa, y siento algo, no mariposas en el estómago como dice la gente. Es como si su risa me penetrara en lo más profundo. Es una sensación de alivio, tranquilidad, como si todo lo malo que hay en tu vida se evapora.

- Becca—

-Sr Carter—

Decimos al mismo tiempo.

- Usted primero.- dice con humor.

- Bien, Becca, la otra noche, disculpa si te hice sentir incómoda...

- ¿Incómoda?- me dice algo sorprendida.

- Si, de verdad no fue mi intención que... No quería que te sintieras... No puedo... No es que no quiera... - estoy trabado, no se como explicar. Bueno ya que, ya comencé a hablar así que mejor termino. Suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo.

- Lo que quiero decir es...- la miro a sus ojos sorprendidos, creo que no tiene idea de lo que me hace. Me acerco un poco, sólo a centímetros de ella.- que no quería que te sintieras incómoda, porque cuando abrí la puerta de ese auto, lo único que quería, era probar tus labios...- adiós cordura.- y todavía quiero...

No le doy tiempo de responder. Se que estoy haciendo mal. Pero ¡demonios! Se siente tan bien. Sus labios chocan con los míos, siento su aroma, es una mezcla entre coco y chocolate, sus labios rosados son suaves y encajan a la perfección con los míos, ahora entiendo lo de las mariposas, me mantengo unos segundos en un beso que no quiero que termine; cuando ya doy por terminado mi beso, ella responde, tomando mi cuello y acercándose una vez más, está vez ella me besa y me toma totalmente por sorpresa, no tardo en tomarla de la cintura y comienzo a besarla con el mismo cuidado, pero este ya no es un beso tierno, es un beso lleno de pasión, movemos nuestros labios y nos besamos como si lo hubiéramos hecho antes, mi lengua entra en su boca húmeda , y ella no duda en seguir la corriente, sentir su lengua saboreando la mía, me ha hecho perder la cabeza, más cuando escucho un gemido desde su garganta, muerdo su labio inferior y la acerco más a mi, aunque se que no es posible, pero necesito, necesito tenerla cerca, comienzo a bajar mi mano desde la cintura, mientras ella acaricia el cabello de mi nuca, un sonido gutural sale de mi garganta contra sus labios, no lo puedo evitar, todo esto es demasiado. Siento que se tensa y me alejo un poco, aunque no quiero.

Nos quedamos por lo que pareció años, a centímetros de nuestras bocas ahora rojas. Por un lado lo necesité, por el pequeño bulto que se estaba formando entre mis piernas.

- Sr Carter... - Me dice con voz ronca y algo agitada.

- Joe...—le digo— no me vengas con Sr Carter despues de eso.

- Sr Carter.—se aleja de mi acomodando su falda y tomando aire— Eso no debió pasar. Lo lamento mucho. ¿Podríamos fingir que esto nunca pasó? .- me mira con sus ojos hermosos, ahora más brillantes, pupilas dilatadas y algo adormilados. Me está volviendo loco, pero antes de poder decir algo me doy cuenta que ya no está.

Salí a buscarla pero ya el taxi había arrancado. ¡Mierda! esto NO salió como yo esperaba. Creo que ella tenía razón y de verdad estoy loco. Pero por ella.

Mr. Carter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora