Capítulo 30. ¿Confusiones?

25K 1.5K 77
                                    

- Está bien, mira el osito.- le digo a mi hija pero comienza a llorar aún más.

No puedo creer lo que acaba de pasar. Es la primera vez que Joseph ve a Emma y Caleb casi lo mata.

- Está bien, estás bien. Vamos por algo de chocolate. ¿Nos acompañas?.- le pregunto a Joseph.

Me mira dudando.

- Por favor, Joseph. - Le digo.

Quiero que este con nosotras, que comparta con su hija.

- ¿Cuándo te he dicho que no?.- me dice mirándome a los ojos.

Sus ojos color ámbar, que me han traído loca desde la primera vez que lo vi. Quiero abrazarlo y besarlo. Es difícil de creer pero, no siento ningún tipo de rencor hacia el, no lo odio, aunque llegué a pensar por un momento que lo hacía.

- Nunca. Y no vas a comenzar ahora. Vamos.

Entramos a la cocina y le doy un pedacito de chocolate a Emma, ella ama el chocolate, y Caleb lo sabe, es por eso que siempre le trae una barra.
- ¿Quieres chocolate?.- le pregunto a Joseph.

- Si, claro.

Le doy un pedazo y comemos chocolate los tres. Se siente raro, estar los tres en la misma habitación. Joseph no le puede quitar los ojos de encima a Emma, está enamorado de ella.

- Es igual a ti. Es hermosa.- me dice Joseph mientras mira a Emma comer su chocolate.

- Gracias.

Dejo a Emma en su silla y me siento al lado de Joseph.

- ¿Te quedarás a cenar?.- le pregunto y me mira con pesar.

- Ojalá pudiera. Tengo que estar de vuelta para las 6 pm.

- Pero eso es en una hora.- le digo.

- Lo sé. Pero son las reglas.- me dice mostrandome una sonrisa.- tranquila, podemos hacer algo diferente la semana que viene.

- Supongo...- le digo con pesar.

No es justo que lo dejen salir sólo un día a la semana, por dos horas, y con vigilancia, como si fuera un criminal. Bueno yo fui la que lo metió ahí en primer lugar, pero fue por su propio bien.

- ¿Qué estás pensando?.- me pregunta Joseph.

- Yo...- tomo un respiro.- yo sólo pensaba, cuán diferente sería todo de no haber pasado lo que pasó.

- Lo sé.- me dice.- pienso en eso todos los días.- me dice tocando mi mano.- pero no hay nada que podamos hacer para cambiar el pasado, sólo tenemos que avanzar...

- Si, avanzar... Podemos hacerlo.- le digo sonriendo.

- Juntos...- me dice mirándome a los ojos.

No se por qué, pero cada vez que me mira, me hace sentir cosas que nunca había sentido en mi vida. Cosas de las que sólo he leído, o visto en las películas. Hace que mi corazón se acelere, que mi estómago me haga cosquillas cada vez que me toca, y cuando me besaba, hacía que todo mi cuerpo se estremeciera, cuando me abrazaba me sentía segura y protegida.

De pronto el sonido de la puerta hace que me exalte. Me apresuro a abrir y me encuentro con un muchacho moreno, de unos 20 y tantos, vestido de blanco.

- Buenas tardes señora, vengo a buscar al Sr. Carter. Ya es hora de irnos.

Antes de poder contestar, siento una mano en mi espalda. Volteo y veo a Joseph.

- Estaré ahí en un minuto.

- Está bien. Hasta luego señora.- me dice el muchacho.

- Hasta luego.

Mr. Carter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora