Capítulo 13. Sentimientos encontrados.

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Me levanto con una sonrisa en mi cara. El sol entra por la ventana. Podría acostumbrarme a esta vista, el mar, el sol anaranjado saliendo por el este, las montañas, el cielo y sus tenues colores, azul, anaranjado, rosa, hasta puedo seguir viendo algunas estrellas. El silencio en el lugar me dice que todos siguen durmiendo. Sólo he podido dormir 3 horas, pero me levanto, cepillo mis dientes y me pongo ropa deportiva. Voy a salir a trotar en la playa.

Camino por el pasillo, y todo está muy tranquilo, trato de no hacer ruido al abrir la puerta y salgo. Siento el aire de la mañana en mi rostro, la brisa, el olor a mar, hago los correspondientes estiramientos y comienzo a correr. Se siente bien correr en la playa, te hace sentir viva, en paz, es uno de esos momentos de tu vida que no olvidas. Cuando ya han pasado 45 minutos, el sol comienza a hacerse más intenso; así que decido regresar a la casa caminando.

Llegué a la casa y todo seguía en silencio. Así que fui directo a mi habitación y me duché. Me puse mi traje de baño rojo esta vez. Es un poco más pequeño que el de ayer pero no se lo robe a una niña de cinco años. Me pongo un short de talle alto, con un crop negro, me gusta porque tiene un dibujo abstracto. Es holgado y sin mangas, me hace sentir rockera, para completar mi look mañanero, me pongo mis converse negros. Cómodo.

Salgo dispuesta a despertarlos a todos. Hoy es el último día y no vamos a desperdiciar un segundo. Me dirijo a la cocina y busco una olla y algo para tocar y hacer mucho ruido. Ya me puedo imaginar a Valerie diciendo "¡WTF! Cállate y déjame dormir, por amor a Dios!" cuando tengo mi olla y mi cuchara, me dirijo al pasillo y en lo que voy a comenzar el ruido, escucho algo horrible, es algo así como un cuerno, pareciera que estuvieran matando a algún animal. Me acerco al pasillo a ver que es ese endemoniado sonido.

- ¡Joseph! Arruinaste mi plan.- el muy tonto, está parado en el pasillo con algo así como un megáfono que cuando lo sopla salen esos sonidos horrorosos. Comienza a reírse cuando escucha los quejidos de los chicos. No voy a dejar que me quite mi plan. Comienzo a sonar la olla por toda la casa.

- ¡Vamos! ¡No tenemos todo el día! ¡Levantense! .-Digo en un intento por que mis gritos se escuchen entre el ruido que hace Joseph.

- ¿Ese era tu gran plan?.- me dice Joseph riéndose.

- ¡Pues si! Y lo arruinaste. - Sueno la olla justo en su oreja y se aleja quejándose por el sonido.

- ¡Auch! ¡Mi oído!

- No puedo creer que te moleste ese ruido y no el que estas tocando.

- Disculpa, pero estoy muy orgulloso de mi obra. No todo el mundo puede tocarlo. - Me dice con aire de grandeza.

- ¿Tocar? ¿De verdad piensas que eso es música?. - De repente una mejor idea se me viene a la mente. Salgo disparada a la sala de estar, conecto mi teléfono al estéreo y pongo el rock más pesado que tenga, a todo volúmen. Si eso no los despierta, no se qué lo hará.

Giro con las dos manos tapando mis oídos, y veo a Joseph haciendo lo mismo, pero a la vez está dando patadas al aire, moviendo la cabeza, y gritando como un maniático, comienzo a reír y a hacer lo mismo que él; es divertido. Hasta que giramos la mirada y vemos a Damian y a Valerie parados en el marco de la puerta, con cara de desconcierto, están recién levantados, con el cabello despeinado, ojeras, se ven muy graciosos, y molestos. Me acerco al estéreo y apago la música.

- ¿En serio?.- dice Val.

- Ustedes son unos raros. - Dice Damian.

Los dos con cara de pocos amigos. Estoy tratando lo más posible de no reírme, pero en lo que veo a Joseph no aguanto, y al parecer el tampoco, y los dos soltamos una carcajada.

Mr. Carter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora