Capítulo 12. Un día más.

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Para el momento en que terminamos de jugar, estábamos todos empapados y acalorados, algunos estaban malhumorados porque les lancé "sin querer" varias veces el balón a la cabeza. Y con algunos me refiero a Damian.

- ¡Auch! ¡Becca! ¡Ni siquiera estamos jugando!

- Lo siento, no me pude resistir.- le digo entre risas, y es cierto.

Lo siguiente es que estoy de cabeza viendo los pies y espalda de Damian, el idiota me está llevando a la playa en contra de mi voluntad.

- ¡Damian! ¡Bájame ahora! .- Le digo pero es imposible contener la risa.

- No no, esta me la pagas, tu me golpeas con balones y yo te ahogo.

- ¡Damian, no, no se nadar!.- Sigo riendo como loca.

De repente siento que me hundo. El agua está cálida, siento como cubre cada parte de mi cuerpo, y antes de sumergirme tomo aire. Siempre me ha gustado la playa, desde pequeña, para sacarme era un problema. Lo extrañaba, sumergirme, nadar, sentir esa libertad. Aprovecho y nado lo más lejos que puedo.

- ¿Quieres venganza? ¡Ven por mi! .- Le grito, estoy muy lejos, no creo que venga.

- ¡Becca, vuelve, ya estás muy lejos!

Detrás de Damian veo a nada más y nada menos que a Joseph, observando toda la escena, Val parece estar hablándole de algo pero él no le presta la más mínima atención.

- ¡Vas a tener que venir por mi!

Como lo supuse, Damian fue muy cobarde para ir por mi, estuve por lo que pareció un segundo flotando en el mar, viendo el cielo, escuchando las olas, me sentía en paz. Lo poco que se acercó Damian hacía mi fue para decirme que íbamos a comer. En lo que escuché la palabra comida, mi estomago comenzó a rugir.

- ¿Qué vamos a comer?

- Ahora ya se como sacarte del agua.- me dice Damian riendo.

- Cállate. - Le digo dándole un puñetazo en el brazo.

Entramos a la casa después de habernos secado y enseguida sentí el olor a salchichas, busqué a Joseph con la mirada y lo que vi hizo que me hiciera agua la boca. Ver a Joseph Carter, en traje de baño, con un delantal, cocinando, fue mucho para mi. Me quedé sin palabras, literalmente, Damian me estaba preguntando que me pasaba y no podía contestarle.

- ¡Becca! ¡Reacciona!, Joseph creo que tomó mucho sol. Se ve pálida.

Juro que estaba tratando, de verdad, estaba a punto de decir que estaba bien cuando Joseph se dirigió a nosotros y vi que el delantal tenía escrito en medio "besa al cocinero". Eso era exactamente lo que quería hacer.

- Becca, ¿Estás bien? .- Veo esos ojos ámbar, mirándome con preocupación, en lo que siento su contacto en mis brazos acariciando de arriba hacia abajo como el otro día en nuestra cita, comienzo a recobrar la compostura. Me aclaro la garganta.

- Si, estoy bien. Sólo fue un pequeño mareo. Voy a ir a cambiarme y vuelvo en un rato. ¿Me podrías mostrar dónde puedo asearme? .- Le digo fingiendo que me siento mal.

- Si, claro. Damian, ¿puedes ver las salchichas un momento por favor?

- Si. - Respondió Damian, ¿molesto? No, no creo. Decidí no prestarle atención.

- Vamos Becca.- me lleva tomada de la cintura. Creo que me gusta que se preocupe y me cuide de esta manera, es tierno.

Tomó la maleta que estaba en la sala de estar y me llevó a una habitación. Al igual que en la sala, la habitación tenía una pared de vidrio de donde se veía todo el paisaje de la playa, espectacular, una gran king size en medio con una cómoda y un closet enorme a juego con la decoración del resto de la casa.

Mr. Carter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora