Aeropuerto

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*Narra Samuel*

Lo primero que sentí al despertarme fue el tacto de otra persona con mi mano, era muy sutil, al abrir lentamente mis ojos me encontré con su cabellera que se movía lentamente, para luego escuchar su voz.

- Buenos días dormilón -. Saludó dejándome un suave beso en mis labios.

- ¿Qu-Que haces en mi cama? -. Pregunté con una sonrisa en mi cara al verla.

- Quería... dormir contigo, tus brazos, las sabanas, tu cara de inocente.. todo en tí es perfecto al dormir -. Explicó mirándome fijamente a los ojos.

En ese preciso instante me sentía hasta ruborizado, nunca una chica me dijo algo como eso, es decir, no soy del tipo que duerme con chicas al estilo enamorado.

El cursi momento fue interrumpido por mi tío que de manera bastante infantil tenía sus ojos tapados con una mano.

- ¿Hay algún pene al aire? -.

Ambos reímos.

- No... Pero si hay tetas -. Bromeé para ver como abría sus dedos para aclarar la vista mientras yo me colocaba mi pantalón.

- No hay tetas -. Comentó finjiendo estar enojado. - Dejando de un lado las bromas, ya saben, hoy tienen un viaje importante, ahora todo el mundo querrá tenerlos en la cama...Vamos a ganar un buen dinero con esto lo prometo -. Insistió bastante convencido de si mismo.

Luego de eso ambos nos cambiamos los atuendos, recojimos las valijas y nos dirijimos al aeropuerto, al llegar realizamos el eterno check-in y nos dedicamos a esperar en la puerta, esperamos varios minutos hasta que escuchamos por un parlante la voz de una señorita decir.

"Lamentamos informarles que el vuelo 238 está retrasado por problemas climáticos en la zona de destino, muchas gracias".

Jessica y yo nos dedicamos una mirada de mala gana para luego comenzar a vagar por el aeropuerto esperando un nuevo aviso.

Yo realmente estaba nervioso no podía dejar de ver la puerta, movía mis brazos cambiando de postura constantemente intentando no perder la esperanza de que aparezca por esa puerta.

*Narra Guillermo*.

No pude dormir bien, y ni hablar de descansar, me quedé pensando toda la maldita noche si lo que estaba haciendo estaba bien, renunciar a Samuel y dejarlo ir sin ningún intento de que vuelva a mi o ir a buscarlo como un estúpido que necesita una pequeña suma de amor... Era mi decisión, pero esta vez no podía quedarme como una colegiala esperando a que pase algo para tomar una decisión, el reloj no paraba y Samuel podía estar alejándose de mi en cualquier momento.

Le di una mirada al reloj y mi mente se llenó de las imágenes de ayer con Gisell, besándola, tocándola, en fin... Follando con ella y eso me retuvo otra vez en mi dilema, no sabía que demonios hacer, bueno.. !Ninguna novedad¡.

Si les soy sinceros no pude saber exactamente que, pero una vibra dentro de mi me levantó del sofá haciendo que corra hacia la estación de autobús, quizás mi instinto de mandar todo a la mierda, para mi suerte y por poco tomé el autobús que llevaba hacia el aeropuerto, ese viaje parecía eterno los nervios corrían por mi piel mientras le suplicaba a todos los santos que ese avión no partiera, era realmente la expresión máxima de Impotencia, solo podía quedarme ahí sentado esperando a llegar a mi destino, cuando el autobús por fin llegó me dediqué a correr, como un desesperado, de esa manera, al entrar en el aeropuerto lo único que observaba a mi alrededor era... gente, caí en la realidad, !No tenía ni una maldita pista¡, no sabía donde buscar, lo primero que hice fue quedarme un gran tiempo en arribos internacionales, la carta que me dejó decía "Muy lejos", ¿Otro país?, los minutos parecían horas no lo veía en ningún lado, decidí dejar de buscar allí para vagar por el aeropuerto, en aquel momento una lágrima cayó por mi ojo, lo había perdido, por completo, nunca más podré abrazarlo, besarlo, suspiré profundo mientras las lágrimas seguían cayendo, hasta que mi ojo vio a pocos metros alguien bastante parecido a Samuel, me quede como un estúpido ahí, quieto sin hacer nada pero cuando limpié rápidamente mis ojos allí estaba él, si, esa sonrisa la reconocería hasta en la penumbra.

Comencé a correr lo más rápido que pude, me movía lo más rápido que podía pero aún así me parecía lento, sobre todo cuando veía como poco a poco se introducía por el pasillo para tomar su vuelo, cuando llegué a la puerta ya ni siquiera lo veía, intenté pasar pero dos tipos se interpusieron.

-!No¡ !No¡, tengo que ver a-alguien, !Por favor se lo suplico¡ , ¡Es urgente¡ -. Supliqué mientras las lágrimas no dejaban de salir y mi vista se nublaba mas y mas.

- Lo lamento si no tiene su pasaje no puede pasar, son reglas -. Explicó la señorita mirándome extrañada.

Comencé a desesperarme, respiraba muy rápido y no podía pensar con claridad, por lo que sin vergüenza alguna grité su nombre, una y otra vez, a todo pulmón, volví a suplicarle a todos los dioses que él me escuchara no me iba a dar por vencido, !Por dios¡,él estaba a metros de mi.

La mujer a mi lado le pidió a los tipos que no me dejaron pasar que me sacaran, mientras yo no dejaba de gritar su nombre, uno de los tipos intentó agarrar fuertemente mi brazo pero forcejeé para librarme, di un último grito desgarrador antes de que ambos me agarren a la vez mientras empujaban para sacarme del aeropuerto.

Sin fuerzas me di por vencido, bajé la cabeza dejando un rastro de lágrimas mientras los dos tipos me arrastraban hacia la salida, no, esto no podía terminar así, no podía alejarme de él, no puedo perderlo, !No¡ , lo amo, !No¡, !No!, ¿Que mierda voy a hacer ahora?.

Pero un grito retumbó entre las paredes de eses gran edificio, al levantar la vista y limpiar mis lágrimas lo vi, ahí, con brazo estirado totalmente quieto, los tipos habían dejado de llevarme extrañados por aquel grito, volví a forcejear aunque esta vez no fue tan difícil, una vez libre, corrí, corrí lo más rápido que pude para chocar en sus brazos, lo abracé lo mas fuerte que pude, estaba con la boca abierta ya que no podía creerlo, él estaba ahí, Samuel volvió a mi.

Nos separamos un poco para besarnos, sin ningún tipo de comentario, ambos sabíamos lo que sentíamos, fue un beso pasional, emocional y reconciliador, no podía creer que seguía en pie, ni si quiera podía creer que lo tenía en mis brazos así que al mirarlo a los ojos, los cuales tenían algunas lágrimas expresé lo único que se me vino a la mente.

- ¿Llegue justo a tiempo? -. Pregunté con una sonrisa que no encajaba con el llanto que estaba por largar.

- Si Guillermo, llegaste... -. Respondió para luego besarme.

¿Pornografìa? ➖ WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora