II

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Por la mañana, antes de irme a la escuela, vi a mi vecino salir de su cuarto por la ventana, de nuevo, su compañero no estaba así que supuse que se había ido desde más temprano, esta vez estaba vestido con unos pantalones ajustados azul mezclilla, un suéter azul marino con las mangas dobladas hasta sus codos, unos convers negros, un beani negro y la misma mochila, volvió a mirarme y después saltó, yo salté en mi lugar por la sorpresa, seguía pensando que era de locos.

Cuando llegué a la escuela lo primero que vi fue a Kendall tratando de hablar con Harry, el ruloso estaba demasiado perdido en alguna cabeza lejos de su sitio, entonces Kendall lo jaló de la manga y lo obligó a mirarlo, estaba sacudiendo su cabeza y de pronto Harry sacó su celular, caminé rápidamente hasta ellos.

—¡Él me habría llamado y lo sabes! —en cuanto me vio saltó y tomó mi suéter entre sus puños, me espanté.— ¿Y Niall?

—¿Qué?

—Ustedes se vieron después de la escuela, ¿dónde está?

—Supongo que en su casa, yo, y-o no lo sé —mis ojos se llenaron de lágrimas y Kendall paró

—¿Qué? —Dijo, su frente se juntó con mi pecho— ¿lo dejaste en casa?

—N-o...

—¿Por qué rayos estás llorando Liam? —me preguntó con los ojos lagrimosos también

—¡No lo sé!, ¡no lo sé!

"¿Cómo sería saberlo?"

¿Hola?, ¿señora Horan? —Harry sonrío, Kendall y yo nos mantuvimos quietos observando a Harry, yo estaba llorando en silencio— Solo para preguntar sobre Niall...

Harry se quedó callado y luego negó, se tapó la boca. Kendall estaba llorando también.

Todo pasó demasiado rápido, cuando me dí cuenta ya estábamos en su casa, abrazando a la señora Horan por su pérdida, no había mucha gente, éramos nosotros, su hermano y su novia, la señora y el señor Horan y sus tíos, nada más.

Entre lloriqueos su madre nos contó el porqué: —Niall siempre dijo que las únicas personas a las que quería en su funeral eran a las que lo vieron crecer y a los que él amaba, me dolía cada vez que decía eso pero ahora... Me estoy muriendo sin él.

Fui el único que no se quedó hasta el final.

Habían asaltado a Niall dos calles antes de que llegara a casa, según la policía, Niall se había negado y antes de quitarle sus pertenencias, lo golpearon hasta matarlo.

Sentía que me faltaba aire, no quería llorar pero sabía que en el fondo había sido mi culpa, si lo hubiera acompañado a casa tal vez hubiera podido ayudarlo, no lo sé, al menos hubiera podido salvarlo, a lo mejor estaría vivo.

Sabía que había sido la cosa más dura para la mamá de Niall el regresarme mi chamarra, estaba rota y sucia, no la habría aceptado de no ser porque a la señora Horan le dolería aún más tenerla, pero había sangre en ella, la sangre de Niall, de verdad estaba odiándome, debí saber que dejar a Niall salir de mi casa con esos pensamientos rondando su cabeza era una mala idea.

Cuando regresé a mi casa mi madre no estaba, como acostumbraba, pero era un alivio, grité a todo pulmón e intenté tirar la chamarra, pero no podía, no podía. Tomé unos cuantos vasos del estante y comencé a tirarlos, sabía que iba a meterme en problemas más tarde, pero la verdad no me importaba. Subí a mi cuarto y cerré la puerta con rabia, sentí la puerta crujir, tiré el suéter en mi cama y lo vi, lo observé por mucho tiempo.

No podía creerlo.

Niall de verdad ya no estaba aquí.

Me tiré en el piso y lloré, lloré porque la noche anterior había sido egoísta con los pensamientos de Niall y ahora él no estaba de todos modos.

¿Nosotros no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora