¿Nosotros no?

VIII

Llegué a mi casa con los mocos a punto de salirse de mis orificios nasales, mis mejillas estaban mojadas y mis ojos no dejaban de lagrimear, cuando caminé sobre la alfombra roja casi perfectamente limpia me di cuenta que estaba goteando, mis pantalones estaban mojados al igual que el suéter de Harry, mis zapatos estaban más que mojados, mis calcetines se encontraban pegados a mis pies y un insoportable frío invadía cualquier parte de mi piel, subí corriendo a mi cuarto, echando la mochila a un lado y entrando al baño inmediatamente, tomé un baño de más de veinte minutos, con la música llenando por completo mi habitación, como si fueran las tres de la tarde, Karen se encontraba en su trabajo, por supuesto que sí, no importaba lo que pasase, ella no podía faltar.

Me puse unos pantalones negros con una playera sencilla blanca y un suéter que venía a juego con el pantalón, me coloqué unos calcetines también y me enrollé en mis cobijas, sintiendo como el calor subía por mis manos hasta llegar a mis pies, mis mejillas y mis orejas aún se encontraban frías, me subí el moco otra vez, sentía los ojos llorosos y poco a poco mi cara se encontraba más caliente, me sentía mal, física y mentalmente, ya no sabía si estaba llorando por la enfermedad que acababa de abordarme o por Zayn, lo mismo con el moco.

Saqué el rollo de papel de entre mis cobijas y corté cuatro cuadros, intente sacar todo lo que pudiese.

Mi celular vibró en la mochila, me había olvidado completamente de el, estaba sorprendido de que todavía estuviera en función, mi mochila estaba igual de mojada que yo antes de bañarme y la había tirado en la calle sin ningún cuidado.

Me mantuve observando la mochila, como decidiendo si quería tomar la llamada o no, porque tenía que caminar fuera de mi cama, y el frío ya no era un problema, era lo pesado que sería siquiera intentar remover las cobijas de sobre mi cuerpo. Decidí que quien fuera que estuviera llamando, si realmente necesitaba hablar conmigo, llamaría más tarde.

—Él no está aquí. —medio abrí los ojos, despertándome de pronto del pequeño sueño que había tomado hacía unos minutos— Basta Louis, quiero que lo dejes en paz, ustedes, no quiero verlos juntos de nuevo.

—Y de repente te importa con quién se junte Zayn. —su voz se escuchaba ronca— Lo único que quieres es verlo encerrado, como un esclavo bajo tu mando.

—¡No! —levantó la voz— Lo traje aquí para que superara lo de mis papás, para que hiciera una vida sana, para que estudiara, y después volviste a aparecer, le traes recuerdos de Manchester, no quiero verlo así.

—Él fue quien me llamó.

Un silencio bastante largo me hizo pensar que la conversación había terminado.

—Ya está saliendo con alguien más. —esta vez abrí los ojos sorprendido.— En serio.

—¿En serio?

—Si.

—¿Y con quién?

—¿Por qué tengo que decírtelo?, solo déjalo en paz.

—Porque no voy a creerte.

—El vecino.

Me senté, con los ojos mucho más abiertos.

—Doniya...

—Es la verdad, han estado saliendo.

Escuche la ventana abrirse con brusquedad y seguidamente cerrarse, me quede quieto y tieso en mi lugar, sin poder creer lo que acababa de oír.

***

—No importa de todas maneras. —dije— él tiene una relación y estoy prácticamente siendo usado por su hermana. —cerré los ojos lentamente recordando la escena de ambos en aquel árbol, fumando tan cerca y tan cómodos— No importa. —abrí los ojos y los miré, también me apunté con el dedo índice de mi mano derecha, el espejo estaba un poco borroso y gotas de agua caían en mis mejillas por lo mojado de mi cabello— No importa.