¿Nosotros no?

XXXVI

El hecho de que mi cuerpo fuera constantemente empujado contra el de las demás personas y el no sentir ganas de salir de ahí lo antes posible hizo que, por un segundo, me desconociera, era totalmente nuevo y en lugar de sentirme incómodo lo único que quería era saltar, no sabía ni una letra completa, pero podía gritar y saltar. Zayn también lo hacía y en algunas ocasiones él cantaba hacia mi.

No se cuanto tiempo pasé saltando, e incluso en ocasiones bailé.

Cuando fue el turno de Louis realmente parecía una persona distinta a la que estaba acostumbrado a ver, su cabello castaño con flequillo se movía con cada cuerda que sus dedos experimentados tocaban, no podía evitar pensar en que se veía un poco como magia; Louis realmente parecía estar apasionado hacía la música que tocaba y se veía feliz. Cuando su presentación terminó Zayn tomó mi mano sin decir nada, jaló mi cuerpo de nuevo hacia el cuarto vacío sin puerta y nos hizo salir de nuevo entre los grandes tambos. No quería  hablar, fuera el que fuera el plan de Zayn, temía arruinarlo si alguna palabra incorrecta salía de mi boca, pero cuando nos mantuvimos parados por un rato tuve que preguntar.

—¿A dónde vamos?

Las calles estaban totalmente desiertas, el lugar donde se estaba llevando acabo la última presentación de las bandas era totalmente opuesto a las calles a su alrededor.

—Corramos —su mano dio un apretón a la mía, todavía sujetadas, y después atrapó mi mirada en la suya.

—¿Qué? —dije, más porque estaba sorprendido que porque estuviera cuestionándolo.

—Corramos —repitió, ésta vez viendo la calle desierta y obscura.

Entonces apreté su mano y corrí, jalándolo conmigo, después fue él quien apretó más mi mano y comenzó a gritar, así que me reí y después grité con él. Hubo un momento en el que quise detenerme, mi garganta estaba comenzando a molestarme y mis pulmones se sentían cada vez más fríos; pero Zayn jalaba de mí y me sonreía. Terminamos caminando justo en medio de la carretera.

—Quiero acostarme —dijo—, ah... —él me soltó y después se dejó caer en medio del camino.

—¡Zayn, no puedes hacerlo! ¿Qué vas a hacer si viene un carro? Vas a morir.

—¿Ves algún carro Liam? —me dijo, mientras movía su mano invitándome a acompañarlo.

—No... Pe-

—treinta minutos —estaba a punto de pedir que volviera a repetir lo que dijo porque lo había dicho demasiado bajo, pero después continuó—, llevamos corriendo por treinta minutos y no vi jamás que un carro pasara. Vamos, sólo un momento, sé que estás cansado también.

Suspiré pensando, pensando en que no quería morir, mucho menos ahí, mucho menos morir porque un carro me atropelló, pero tenía razón, no había visto un solo coche en lo que iba del camino, todo esto estaba realmente desierto.

Me recosté.

Mi pecho subía y bajaba, no sabía si seguía siendo por la corrida o porque estaba realmente nervioso tirado ahí. Lo único que me tranquilizaba era que Zayn se encontraba tirado conmigo.

—¡ah! —se quejó.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué?! —dije exaltándome y a punto de levantarme.

—Solo una piedra en mi espalda —me respondió, tirando la piedra lejos con una sonrisa juguetona— Lo siento.

—Está bien, solo... —me volví a recostar— me asusté.

Mis dedos golpeaban el asfalto, después Zayn me acompañó con chasquidos y sonidos que hacía con su boca. Sonreí.

¿Qué estábamos haciendo?

¡PEEP, PEEP!

—¡Liam! —Zayn se levantó de inmediato, jalándome a la orilla de la carretera mientras el conductor se encontraba gritándonos.

—¡Qué mie...! —grité, después voltee a ver a Zayn, más que asustado— ¿qué no pasan autos? ¡Miénteme de nuevo! —. Mi ira bajó cuando comenzó a reírse a carcajadas— No te rías, estuvimos a punto de morir —le dije, pero no me escuchó.

—¡Está bien Liam! ¡Estamos vivos!

—Si, si, lo que sea —no estaríamos tan vivos si no hubieras dado esa idea en primer lugar.

—¿Zayn? ¿Liam? ¿Qué hacen aquí? —Louis detuvo su auto frente a nosotros, ninguno dijimos nada— Suban —nos dijo—, están locos—susurró, mientras nos subíamos al coche.

—Siempre tienes que hacer tonterías —dijo, Zayn se rió. Después de un tiempo nadie dijo nada y para romper la pequeña tensión que crecía poco a poco Louis comenzó a hablar— ¿te gustó?

—Claro que sí, hombre —Zayn contestó.

—No estoy hablando contigo —respondió Louis, con un tono duro pero divertido, luego me miró por el espejo retrovisor.

—Ah, yo. Sí, me gustó mucho, eres increíble... En la guitarra quiero decir... Bueno lo eres también pero...

Louis se rió, y aquí va algo que no estaba seguro de haber escuchado pero me pareció que susurró que yo era tierno.

—¿Y desde cuando están aquí?

—A penas dos días —Zayn contestó de nuevo.

—Digo hombre, ¿vas a dejarlo hablar al menos? —se quejó y después golpeó a Zayn. Tan íntimo.

—Idiota.

—Si me hubieran dicho que estaban aquí no habría llegado de esa manera —se mordió el labio.

Esperé a que Zayn contestara pero después lo vi observándome por el espejo retrovisor también.

—Ah, no, lo siento, es tu casa así que lamento haber llegado de esa manera sin avisar —por alguna razón tratar de hablar con Louis me hacía poner nervioso.

Se rió— ¿Por qué te estás disculpando por ti mismo? Estoy seguro que ésta persona ni siquiera te dijo a donde te iba a llevar. Él cree que funciona.

Mis mejillas se calentaron, Zayn le dio un golpe también.

—Dijiste que no debía responder, pero aun así le hablas de esta manera a Liam —Zayn se recostó un poco más en el asiento.

—No estoy tratándole diferente, lo siento Liam pero te estoy tratando como trataría a un amigo.

Un poco más de calor.
—Gra-gracias...

—Bien, tengo que decir esto, eres tierno. Te sonrojas por lo más mínimo, mírate ahora, no voy a comerte o algo por el estilo.

—No, no... Solo que nuestra primera impresión...

—La arruinaste —responde Zayn y después se ríe.

—Está bien, ya no la recuerdo —suspira—, ay qué pena de verdad, se sienten como años, estoy algo así como renovado, perdón por eso y por lo otro.

—Está bien, me agradas —dije.

Al finalizar la conversación, que no creía que fuera tan importante hasta que la atmósfera se volvió más cálida, Louis nos invitó a cenar en un establecimiento sobre la carretera, entonces mientras hablábamos de música y de su presentación el tiempo dentro del coche comenzaba a correr con rapidez.