XXXI

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Coloqué el saco del traje sobre uno de mis hombros mientras me miraba en el espejo. No tenía necesariamente que lucir bien, porque solo iba como un amigo, como plan inicial, aunque cualquiera de los dos pensara diferente.

—Te ves muy apuesto. ¿Irás a recogerla? —hice una mueca y dejé el saco sobre mi cama mientras metía un poco de dinero en el bolsillo de mi pantalón.

—Si —. Dije finalmente.

—Me hubiera gustado poder tomarte una foto —. Dijo mientras sonreía.

—Nos vemos, no esperes despierta. —le dije, bajando las escaleras y caminando hasta la puerta, sin esperar respuesta salí de mi casa.

Después de una cuadra Seeley se encontraba ahí.

—¿Está bien? —dijo mirándome, antes de entregarme el casco.

—Si, gracias. —hizo una mueca.

—Quería preguntarte si Charlie habló contigo.

—Uh, no. —respondí— ¿Por?

—Ah no, no es nada. ¿Listo? —asentí.

Cuando llegamos había ya gente en el campo de futbol, algunos demasiado tomados como para sostenerse, la fiesta a penas había comenzado pero parecía que algunos habían conseguido un pase VIP hacia las bebidas.

—Vaya, creí que habíamos llegado temprano. —sonrió, dejando la moto en el estacionamiento, cerca del jardín.

—Ser adolescente apesta —dije.

—Um, ¿en serio? —me miró con una ceja levantada— ¿quién habla? ¿Tú?, o...

—No es eso, nos creemos invencibles y bebemos aunque no sabemos hacerlo. Algunos adultos tampoco lo saben, ¿por qué creemos que podemos todo? —me reí.

—Es la marihuana. —se rió. Y yo lo acompañé también.

Después entramos al salón. No era muy diferente al ambiente de afuera, la música y las parejas que solo conversaban sobre la mesa eran contadas.

—¿Qué tipo de música es esa? —susurró en mi oído. Lo miré con una ceja levantada.

—Música de adolescentes. —repetí.
Seeley sonrió y terminó por arrastrase hasta las bebidas y frituras, mientras yo esperaba cerca de la puerta. Estar ahí simplemente me enfermaba, parejas chocando sus bocas y también susurrándose al oído mientras bailaban. Eran cosas que simplemente me hacían querer salir. ¿Por qué acepté en primer lugar? Después de haber hecho un paseo visual por todo el lugar me topé con los ojos de Charlie, escondiendo su mejilla en el hombro de una chica castaña, mientras me miraba.

Seeley regresó después de eso.— ¿Soda o agua?

—¿Uh?, ah, agua. —dije tomando el vaso en mis manos, después ninguno dijo nada— Tu um...

—¿Querrás bailar? —preguntó sin mirarme.

—No yo no sé bailar. ¿Por qué no buscas a tu chica?, ¿no crees que ésta podría ser una buena oportunidad? —golpetee el vaso con mis dedos.

No dijo nada.

—Salgamos un rato, apuesto a que será un lugar más cómodo. —me tomó de la mano.

—Hey, no ocultes tus planes. ¿De verdad ella no está aquí? —traté de evitar salir, solo, con él.

—Ah, está bien Liam, tengo un buen plan.

—Cuéntame.

—En cuanto estemos fuera —me jaló.

Una vez afuera, me llevó de nuevo hasta su moto y del asiento sacó una cobija negra, mientras la ponía en el suelo mi mirada vagaba por todas partes, ¿nadie iba a venir a rescatarme?

¿Nosotros no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora