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Harry y Kendall habían decidido, por obra del destino, enfermarse el mismo día, parecía que Kendall o iba al trabajo o atendía a la escuela, supongo que no le fue difícil decidir cuando de dinero se tratara, me dijo que a penas y podía hablar, algo sobre su garganta hinchada, y Harry, él había comido algo a lo que era alérgico, su mamá me había llamado para decirme que estaba literalmente hinchado como una cereza.
Así que iba a pasar un tiempo solo en lo que ambos se recuperaban.

Charlie había estado tratando de entablar una conversación conmigo desde la tercera hora en química, a penas y escuchaba lo que me decía, era como si de repente me hubiera sentido traicionado por mis amigos, a los únicos a los que les hablaba de verdad, con los únicos con quienes formaba equipos en cualquier trabajo y con los únicos con quienes pasaba el rato en el descanso. Ellos me abandonaron y me dejaron en el exterior, como si fuera un pequeño niño asustado sin su madre en el supermercado.

—...nadie aún está ocupando tu lugar permanentemente. —escuché que dijo, aunque a lo demás ni siquiera le prestara atención.

—Pueden ocuparlo, había avisado que no iba a volver. —dije mientras seguía caminando con mi mochila en mi hombro hasta una banca solitaria.

—Liam, —habló, como queriéndome detener solo para tener una conversación de verdad— hemos estado bastante mal esta temporada, los muchachos que han ocupado tu lugar ni siquiera tienen la mitad de los músculos que tú, o la agilidad, algunos han podido resistir poco más de tres meses, pero siempre terminan renunciando. Eras el único perfectamente formado para el puesto. El entrenador está que no se la acaba, algunos ni siquiera logran pasar la semana de prueba y forma, te necesita tanto como el equipo y hasta la escuela.

—Ya no soy lo mismo Charlie, estoy seguro que ahora mismo soy un novato más. Además, aunque no fuera así, no quiero.

Mi mirada estaba clavada en el pasto casi verde a mis pies, solo pude sentir un movimiento de parte de él.

—Estoy seguro que es por este camino, —dijo— estoy seguro que Niall no hubiera querido que dejaras todo así como así, a ti siempre te gusto verlo jugar como él a ti, y no es como si no lo supieras, él solo estaba dentro porque tú lo estabas.

Volteé a mirarlo, con los ojos un poco aguados.

Charlie era un chico bastante alto, un 1.83 más o menos, tenía unas orejas prominentes y unos ojos bastante grandes y redondos, llevaba un corte bastante peculiar, el famoso corte de hongo con su cabello color negro profundo, unos rasgos bastante infantiles cada que sonreía o hacia algún puchero, muy popular entre los hombres pero no con la misma suerte con las chicas.

Asentí— Voy a pensarlo.
Me levanté dejándolo ahí parado, caminé rápido, aunque no lo sentía realmente así hasta que choqué con alguien hombro con hombro y sentí el impacto bastante fuerte. Fue algo inconsciente el haber parado frente a la puerta del aula de cómputo, que en realidad era un cuarto lleno de diversas partes de computadoras, obviamente, sin ningún arreglo. Con una excepción.

Entré sin siquiera voltear atrás, algo que no debí haber hecho debido a que cualquier personal de intendencia que me viera podía reportarme, pero en ese momento lo único que quería era estar dentro.

Atranqué la puerta con una silla ya que el seguro no servía y dejé la mochila encima de un escritorio polvoriento, conecté un cable a la toma corriente y levanté la tapa de la laptop, enseguida la pantalla se encendió, una foto de Niall mostrando su papada apareció al instante, me reí, una risa sin ganas pero bastante sincera y llena de memorias.

De repente saltó un cuadro de diálogo, tapando su divertido rostro.

¡ADVERTENCIA!
Propiedad adoptada por Niall Horan, ¿tienes algún diálogo que funcione en la siguiente barra?
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¿Nosotros no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora