¿Nosotros no?

XXVII

Con vergüenza, toqué la puerta del único ser en la tierra que podía ayudarme en un momento así. Al abrir me dio una mirada extraña y después, sin contarle nada me abrazó.

—Engordaste. —dije entre sus brazos—. Se siente tan bien. —su risa me hizo sonreír y después me invitó a pasar.

—Voy a hacerte de comer.

Harry era como una pequeña abuela.

—Mi mamá dice que está bien, siempre y cuando me cuentes qué pasó, y que sepas que ella va a enterarse. —dijo sacando trastes de su vitrina.

Sonreí. —Mi mamá de alguna forma se enteró de que alguien ha estado durmiendo conmigo. Así que... Al saberlo ella me gritó y me reclamó. —lo miré— El problema es que es hombre. Y ella me llamó puta, o algo así, la verdad prefiero no recordarlo. Así que me fui, y ahora no sé si puedo regresar.

—¿Y le dijiste algo?

—Pues si... —bajé la mirada, tratando de concentrarme en la pequeña pelusa que volaba cerca de mi manga— al final no pude quedarme callado.

—Pues bien, ahora te toca ir a arreglarlo.

La verdad era que Harry, Kendall y ni siquiera el mismo Niall, alguna vez habían sabido que la relación con mi madre era lo que seguía de mala. Ellos de todas formas no lo comprenderían, lo que me hacía más difícil el abrirme acerca de mi vida personal con ellos.
Así que con su sugerencia, decidí hacerle creer que la estaba tomando en cuenta.

Después de un rato, Harry comenzó a hablar de una serie nueva que había estado viendo, y que le estaba gustando. Perdido en otro mundo, decidí asentir y hacer gestos mientras comía de lo que Harry me había preparado.

—Ven, vamos a arriba. —me tomó del brazo— Y dime, ¿ya encontraste con quien ir al baile? —negué— ¿estás siquiera pensándolo, Liam?

—No en realidad. La verdad, ¿por qué es tan importante un baile?, oh lo sé, tal vez lo es para ti porque tienes pareja y quieres recordar esto como algo "lindo", pero yo aún estoy solo, y aún no significa nada para mí.

—Bueno, pues lo que sea, aún tienes que ir con alguien.
Negué, no era verdad, ni siquiera era obligatorio presentarme.
—Invita al chico hielo. —le lancé una mirada, con letras grandes y mayúsculas: "¿En serio, Harry?"— ¿Qué?, ¿no estaba él durmiendo contigo?, o sea, que él puede meterse en tu cama sin permiso pero no puede meterse en un traje para un baile.

—Él y yo no tenemos ese tipo de relación, bueno, ni siquiera sé si tenemos algún tipo.

—¡Pues claro que si!, no puede no haber uno si pueden dormir juntos.

—¿Podrías dejar de repetir la palabra dormir cada vez que hablamos de él?, en serio. —Harry rodó los ojos.

—Entonces ve con Seeley. —lo miré extrañado— O espera a que él lo pida.

—¿Y ahora de qué estás hablando?

—No me digas que no te has dado cuenta. —me miró serio— Pues que a él le atraes, bobo. —me reí

—No sé de dónde sacas tantas cosas. En primer lugar, él es muy heterosexual, en serio. Segundo, y si él fuera gay, que queda claro que no, no le atraería yo, tercero y último, ni siquiera quiero ir al baile. Fin.

Harry me miró con una ceja arriba y una media sonrisa. Después se rió y evitó mi mirada.

—Lo que digas. —suspiró— ¿Quieres jugar video juegos? —asentí, aún sin poder creer la locura que había dicho.

Por la mañana recibí dos llamadas más de Karen, con cinco mensajes desde la noche pasada. No era que no quisiera admitirlo, pero aunque eso no debía afectarme de verdad, en una poca cantidad, lo hizo.

—Gracias señora Styles. —dije saliendo de la casa.

—Claro hijo, pero no olvides que tienes que arreglar esto. —me sonrió.

Caminé calle abajo, esperando que aún fuera lo suficientemente temprano como para no toparme con nadie de camino a casa. Mis ojos estaban más que pesados y mi garganta me dolía, cuantas veces por lo noche no estuve tentado a llorar y contarle la verdadera situación en mi casa a Harry.

—Oi, Liam. —mi mirada dejó el pavimento. Sonreí, porque además de eso, ¿qué podía hacer?.— ¿Qué haces?

—Ah, camino a mi casa, ¿y tú?

—¿En serio? —se bajó de la moto— También. —me sonrío— Quiero decir, manejo a mi casa.
Nos reímos. — ¿Vives cerca?

Asentí.— A unas cuantas cuadras.

—¿Te llevo?

Y aunque hubieran signos de interrogación en su pregunta, por un momento dudé en si en realidad lo era.

Asentí. Dudando.
—Uh, gracias pero debo avisar que tengo mucho pánico a estas cosas.

Sonrió.
—Está bien, prometo hacer esto un poco más agradable. Estoy seguro que no vas a sentir nada fuera de lo normal. Pero si te asustas, siempre puedes agarrarte de mi. —evité su mirada.

No era que yo fuera un experto en montar motos pero, según lo que había visto en los estacionamientos de las escuelas a las que asistí, los chicos no se agarraban de los chicos, los chicos tomaban la parte de atrás de la moto con sus manos.

—¿Charlie se ha montado en esto? —pregunté, mientras sacaba un casco de debajo del asiento.

—Él si, muchas veces. —me miró, entregándome el casco. Después yo lo miré, pidiendo ayuda.

—Lo siento, yo de verdad ignoro todo lo que tenga que ver con motos. —nos reímos.

Se acercó un poco, pasando sus manos por encima de mi cabello y colocando el casco justo después.

—Me dices si te aprieta. —asentí— ¿Así está bien?

—Si, gracias.

Me subí, tambaleándome, estaba nervioso y tenía mucho miedo de morir.

—Está bien, es divertido. —me tranquilizó.

Y de verdad creí poder haber tomado solo la parte de atrás, pero mi cuerpo y aquella cosa metálica andante no se llevaban bien. Así que tuve que tomar fuertemente su abrigo. Y cerré los ojos, también.

—¡No me vayas a matar por favor! —dije, subiendo la voz un poco.

Pasó una eternidad y un poco más, cuando los abrí ya nos encontrábamos frente a mi puerta.

—Me alegra ser tu primera vez en algo, esto es un buen comienzo. —sangre subió por mis mejillas.

—¿Qué quiere decir eso?

—Que no moriste. —me sonrió.

—Bueno, gracias por eso y por esto también. Nos vemos Seeley.

—Nos vemos Liam.

Cuando entré, rogué que mi madre no se encontrara en casa, y casi como si Dios me hubiera escuchado, así sucedió.

6:24 am

"Buen viaje en dos ruedas, espero que no ocurra un accidente, vaya lechita quien te llevó, ¿tienes su número?z"

¿Qué mierda significaba eso?