Capitulo 41: 3 años

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Todo esfuerzo tiene sus frutos.
A veces hay que pasar por cosas que en ese momento no nos agradan tanto. Todo al final tiene una recompensa.
¿Para qué estudiamos tantos años? Para poder más adelante trabajar de lo que nos gusta. Y eso lo tengo muy claro.

Son las 12 del mediodía, por suerte tengo pausa de 30 minutos luego de más de 4 horas de clases.

Luego de la pausa tengo 3 horas más de clases. Es viernes, lo que más quiero en este día es finalmente salir de aquí.

15:30, finalmente fuera de clases.
Tendré que esperar otros 10 minutos, porque Elisa me vendrá a buscar.

Cada viernes cuando salgo de clases, Elisa me viene a buscar y vamos a tomar algo. Es nuestra rutina, se ve un tanto aburrida, pero así nos gusta a nosotras.

No tenemos tanto tiempo para estar juntas desde que yo también empecé a trabajar, por lo que ir a tomar algo todos los viernes es bueno para mantenernos más al tanto de cómo estamos.

Conseguí trabajo en un estudio de diseño de interiores, soy más bien como una practicante. No gano demasiado dinero, pero lo bueno es que los horarios son muy flexibles y además me ayuda a adquirir experiencia.

Me quede en la entrada de la universidad hablando con unos compañeros, esperando a que Elisa llegara.

-Hola –saluda Elisa a todos -Hola amor –me saluda por último a mi. Luego se acerca sin más y me da un cálido beso en los labios.

Elisa se puso a mi lado y espero a que finalmente me despidiera de mis amigos. Por último nos fuimos a un café que había a 5 minutos caminando desde la universidad. Siempre vamos al mismo, quizás porque la atmósfera allí es muy buena, quizás porque ya nos conocen o quizás porque simplemente nos gusta la rutina.

-¿Cómo te fue hoy en el trabajo? –le pregunto a Elisa, luego de que hiciéramos nuestros pedidos.

-Bien, tuve que practicar varias horas para la próxima obra de teatro junto con otros que tocaban otros instrumentos, y luego con el elenco mismo de la obra.

-Suena súper exhaustivo, pero ahora ya puedes descansar, ¿no? –Pregunto.

-Si, si te refieres a lo que queda del día. Mañana tendré que trabajar, terminaremos de organizar todo y luego el domingo se estrena la obra...será un fin de semana agitando –Explica Elisa- pero vale la pena.

-Es verdad, me habías dicho, perdona...es que con todo me olvidé. Me encantaría pasar toda la tarde contigo y disfrutar el viernes que tienes libre, pero ya sabes...hoy trabajo hasta tarde, no sé hasta qué hora exactamente.

-Si amor, no te preocupes, ya me habías avisado. ¿A qué hora tienes que estar en el estudio? –pregunta Elisa.

La mesera nos trajo nuestros pedidos, 1 capuchino para Elisa junto con dos medialunas y para mí un café.

-En una hora más o menos, así que todavía tenemos 30 minutos –respondo luego de que le doy un sorbo a mi café.

Hablamos de cómo había estado la semana y un poco sobre la obra de teatro en la que Elisa tendrá que formar parte de la orquesta que participará en ella.

A Elisa le está yendo bastante bien en Uruguay, y eso me pone muy feliz.
Lo que más temía era que aquí no fuese bueno para ella y prefiriera volver a Alemania.

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