3. Hija de las cenizas.

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Dejó el pequeño cuaderno sobre las sabanas blancas de su cama con tranquilidad. No estaba contento con su trabajo, sentía que faltaba algo, que algo estaba inconcluso, pero no sabía que debía corregir. Era otro enigma para Steve Rogers, sólo que éste se lo había creado él solo. Como si ya no tuviera los suficientes problemas. Lo único que sabía con claridad en aquel instante era que necesitaba volver a ver aquellos ojos una vez más.

Observó el dibujo ladeando la cabeza lentamente, como si una nueva perspectiva fuera suficiente para calmas su anhelo por conocimiento. Pero al no notar ningún cambio, y mucho menos una respuesta, decidió ponerse en movimiento. Estar encerrado en su habitación se volvía tedioso cuando todo era un enorme misterio el cual no podía resolver, pues las respuestas se encontraban mucho más allá de su pequeño mundo. Se levantó perezoso, estirando sus músculos que se habían relajado en la quietud, al momento en que alguien tocaba la puerta de su habitación desde el otro lado. Miró expectante esperando que alguien hablara.

—¡Hey, anciano! —se escuchó claramente la voz de Tony con energía en su tono—. Es necesario que vengas para ver que se va a hacer con la joven.

Steve soltó un largo suspiro antes de salir del cuarto. No sabía que Tony andaba por la central, se había ido un par de días atrás y no creía que iba a volver muy pronto, pero allí estaba, golpeando a su puerta. Parecía el momento exacto para regresar de igual forma, como si su llegada no hubiera tenido importancia si la muchacha extraña no hubiera aparecido en sus vidas.

Tony sonrió levemente al verlo, provocando un par de arrugas sobre su rostro. Un saludo corto y rápido les fue mas que suficiente a modo de reencuentro. Stark parecía bastante relajado —incluso, más de lo normal—, pero en cuanto las formalidades acabaron, lo guió hasta la sala de reuniones de los Vengadores. La mayoría ya se encontraba allí hablando entre susurros y comenzando a trazar un plan. Una vez que pasaron por el marco de la puerta, todos los presentes guardaron silencio de forma automática. Todos los pares de ojos se centraron sobre ellos con curiosidad y esperaron pacientes —algunos no tanto— a que ambos se colocaran junto a ellos.

Se sentó en uno de los sillones grises y esperaron a los demás en silencio. Las pequeñas conversaciones que se habían formado antes habían desaparecido por completo, como esfumadas en aire. Varios minutos después, todos se encontraban allí, convocados por la misma razón. Natasha se paró en medio de la habitación, presionó un poco sus labios antes comenzar a hablar.

—Como sabrán, hoy durante la misión, apareció una joven que sobrevivió a una explosión —Steve observaba su postura seria, sus brazos cruzados. Era una mujer imponente, a alguien a quien se le debía tener mucho respeto. Y él más que nadie lo sabía—. No estamos seguros de por qué, pero ella sobrevivió —Tasha suspiró, parecía molesta con toda aquella escena, pero reservaba sus comentarios negativos para ella misma. Al menos de momento—. Está encerrada en los subsuelos, pero todavía no sabemos si aquello es lo más seguro.

—¿Por qué? —preguntó Tony levantando las cejas hacia él— , ¿dudas de mis sistemas de seguridad?

—De lo que dudo es de lo que es capaz la chica que ahora se encuentra en el mismo edificio que nosotros —respondió con seriedad y paciencia.

Steve guardó silencio al igual que los demás tras aquellas palabras. Posó sus ojos en Visión, que parecía concentrado en las palabras de Natasha, como si fueran de alguna manera especiales. El resto del equipo se encontraba de forma similar, consternados con las increíbles posibilidades de lo que ocurriría a continuación. Ninguno iba a admitirlo en voz alta —salvo Natasha claramente—, pero todos sentían cierta incomodidad con ella allí, sin respuestas, sin información, sin nada que pudiera ayudarlos a entender con qué trataban. De repente, Vision se levantó de la silla sin decir absolutamente nada y caminó hacia la puerta del lugar bajo a atenta mirada del equipo que ahora se veía sorprendido.

Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora