Lea aún desconocía la gran mayoría de artefactos humanos, palabras, e incluso sentimientos. Pero, incluso cuando se sentía emocionada por seguir aprendiendo de aquel mundo que la recibía y le brindaba un pequeño espacio en el universo, la realidad era que aún seguía sintiendo un incontrolable miedo creciendo en su corazón. Surgía en momentos delicados y pequeños, fracciones de momentos en los que creía que el miedo mismo podía derrotarla.
Como en ese instante, donde una jeringa pasaba a través de la piel de su antebrazo y retiraba sangre desde sus venas para un futuro examen. «No debía temer», dijo el doctor frente a ella con una pequeña sonrisa. Pero, ¿Cómo podía alguien como ella controlar el terror? ¿Era algo que los humanos aprendían en alguna de las etapas de su vida?
El pinchazo le hizo sacar un pequeño quejido de dolor y movió el brazo por simple inercia. Unas pequeñas gotas de sangre escaparon sin control por su piel, dibujando líneas extensas hasta caer al suelo. No pudo evitar observar como la jeringa se llenaba de su propia sangre, roja y espesa, como jamás había existido. Y la verdad era que, aunque descubrir aquel dolor y el terror de que alguien pudiera quitar sangre de ella con tal facilidad, nada se sentía más terrible que el simple hecho de no tener a Rogers a su lado.
Quería centrarse en su fascinación por su propio cuerpo humano —ahora podía sangrar como ellos—, pero en el instante en que la jeringa fue retirada de su brazo, una fuerte punzada de dolor la recorrió, y volvió a quejarse por lo bajo por aquello que jamás había sentido. Ni siquiera podía explicarlo con claridad, y lo sabía. Por ello, simplemente llevó una mano a la zona y acarició lentamente su piel, como si así pudiera calmarlo todo.
La figura de Tony Stark ingresó por la puerta en el instante mismo en que el doctor se alejaba de ella observando la sangre que se veía exactamente como la de él. Y aunque ella esperó que el castaño se acercara a ella para hablar, terminó moviéndose hacia el doctor para cruzar un par de palabras con respecto a cómo avanzaba la situación. Era probable que estuviera preocupado por los resultados que apenas estaban comenzando a surgir con aquellos análisis. Lea sólo quería que todo acabara pronto.
Blanceó sus piernas unos instantes sobre la silla, sintiendo como aquella pequeña acción calmaba de forma momentánea los nervios que surgían desde lo más profundo de su corazón, y recorrían su cuerpo con un extraño cosquilleo que detestaba. Ella también quería saber los resultados, incluso cuando creía que no podía entenderlos todos. Le gustaba la idea de saber si contaba con un cuerpo saludable, y más allá de eso, realmente creado para habitar la Tierra de los humanos.
Fue Natasha Romanoff quien pronto le indicó que debía seguirla a la habitación contigua, y aunque dudó unos instantes, la insistencia en el rostro de la pelirroja fue suficiente para ponerse en marcha. Aún presionando por sobre su brazo, ingresó a una habitación similar, pero con menos iluminación, y sin grandes ventanas que dieran al exterior del complejo.
—Es necesario que te quites la remera —comentó su acompañante con calma, esperando que la castaña obedeciera pronto.
Como un títere que aún ignoraba muchas de las cosas que le rodeaban, Lea obedeció con paciencia. El dolor en su brazo era molesto, pero decidió moverse con cuidado para finalmente liberarse de la prenda. A su mente aún le escapaba el concepto de intimidad y privacidad, y no era un verdadero problema para ella quedar semi-desnuda. Por ello, simplemente sonrió hacia la pelirroja a la espera de nuevas indicaciones. Después de todo, era ella quién sabía lo que estaba haciendo, y no la castaña.
Con una rápida indicación de sus manos, le pidió que se recostara en la camilla ubicada a un lado. Lea soltó un pequeño suspiro, pero acató las órdenes sin ningún tipo de cuestionamiento o reproche. Se deslizó por sobre la superficie vertical y juntó las manos sobre su estómago. Natasha rápidamente corrigió su posición, obligándola a colocar ambos brazos a los lados de su cuerpo. Tras unos pocos instantes, comenzó a colocar algo en su pecho con detenimiento. Lea no sabía que eran, pero entendían que era para conocer algo respecto a su corazón.
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Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]
Fanfiction«Vivió eternamente en la infinidad del Universo, pero ahora será enviada a las cenizas de un mundo consumido por la guerra.» [1.Daughter Of The Ashes » Terminada] [En Edición.] [2.Daughter Of The War » Terminada] [3.Daughter Of The Death » Terminad...