8. Tan hermoso y único para él.

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—¿Esto es en serio, Tony? —Natasha casi gritó, sus mejillas estaban con un leve rubor y parecía querer decir muchas más palabras, pero se contenía lo suficiente— ¿Desde cuándo te convertiste en un protector de criaturas sobrenaturales?

—Ella no es una criatura sobrenatural —saltó Steve, observando fijamente a Natasha. La pelirroja le devolvió la mirada con cierta molestia.

—Ella trajo de vuelta a Pietro, Natasha, lo viste —Wanda habló con seriedad, interponiéndose en una conversación en la que había intentado mantenerse apartada. Se encontraba cerca de las puertas de vidrio, preparada para salir de allí en cualquier instante y volver junto a su hermano que se encontraba internado en una de las habitaciones de la central.

—¿Y si quiere engañarnos? —susurró. Se estaba quedando sin ideas, sin respuestas, no sabía cómo hacerle entender al equipo las dudas que la acechaban. Pero ya no podía seguir negándole a sus compañeros lo que debía suceder, y tampoco a ella misma.

—Ella ni si quiera conoce nuestro mundo, ¿por qué querría hacerlo? —se escuchó la voz de Sam, se encontraba sentado en la silla, con ambos codos sobre la enorme mesa de la habitación—. No sabía que diablos eran las lágrimas, ¿crees que el engaño es parte de su vocabulario?

—Tasha, ¿por qué no confías en ella? —Clint preguntó con una pequeña mueca en sus labios, casi imperceptible.

Ella suspiró y negó con la cabeza mientras el silencio recorría la sala por completo. No estaba segura de qué decirles, y tampoco si sus palabras tendrían sentido ante sus oídos, era algo que no estaba segura de cómo expresar. Repentinamente se sentía pequeña entre sus compañeros, y odiaba aquel sentimiento, lo detestaba al punto de que se movía incómoda sobre la silla.

—Creo que ella no llegó con la simple razón de conocer o salvar a nuestro mundo —hizo una pequeña pausa en la que no se animó a mirar a nadie en específico— ¿Desde cuándo algo tan bueno vino sin complicaciones? Estoy intentando que no ocurra nada malo. Es simplemente precaución.

Clint asintió a sus palabras, sabiendo bastante bien que, a pesar de las negaciones de su mejor amiga, debía tener alguna razón lo suficientemente buena como para negarse a la presencia de la mujer desconocida dentro de aquel lugar. Pero esas mismas palabras que dejaron pensando seriamente a Steve. Natasha tenía razón en algo: no todo lo bueno venía gratis, y aquella joven de ojos llamativos había aparecido de la nada como la respuesta a problemas que de momento no habían podido detener. Parecía ser más que una respuesta, parecía convertirse en la pregunta misma en cuanto a lo desconocido de su presencia, a las dudas que despertaba su aparición en la Tierra. Y quizás, en el fondo, Natasha tenía razón por completo. Pero era difícil para él pensar que ella podría causar una guerra cuando parecía tan delicada ante sus ojos, tan pequeña y extraña.

Habían estado hablando durante un rato en la sala que usaban para reunirse, pero ahora permanecía el silencio entre ellos, con el pesado presagio de Natasha retumbando alrededor de sus oídos. Como si todas las palabras ya hubieran sido dichas y agregar más sólo empeoraria la delicada situación. Nadie se animaba a interrumpir aquel estático momento, ni si quiera para moverse. Incluso Wanda que estaba desesperada por salir de allí para reunirse con su hermano, permanecía inmóvil en su lugar. Steve miró a todos sus compañeros y se cruzó de brazos, parecían realmente seguir pensando en la situación cuando seguramente más de uno ya sabía lo que debían hacer.

—Vamos a ser amistosos con ella, ¿si? Dice que confía en nosotros, entonces vamos a hacer que nos muestre quien realmente es —Tonyse animó a hablar finalmente. Steve sabía que él simplemente quería que todo aquello terminara y poder irse a descansar, como la mayoría en la habitación estaba esperando—. Mañana vamos a sacarla de ahí abajo.

Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora