20. Pelearía por ella.

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"Nadie sabe a dónde nos lleva esta escalera, vas a perder lo que más amas.
No estás solo en lo absoluto, no eres el único que va a morir en esta vida."


Sentía los latidos de su corazón fuertemente en su oído, por sus sienes y presionando su cráneo, como si lo estuviera aplastando, en un retumbe constante y cansador.

Abrió los labios para inspirar fuertemente, los sentía secos y agitados. Tosió sin poder evitarlo, y aquello provocó aún más dolor en su pecho y gran parte de su cuerpo.

Steve Rogers se animó a abrir los ojos, encontrándose con el techo gris pálido de las habitaciones del hospital de la central. Lo primero que pensó fue que tenía suerte de estar vivo, aunque la escena fuera bastante triste, pero luego su mente se vio inundada con las imágenes de la muchacha de ojos extraños siendo golpeada y amenazada por los hombres de Hydra.

Intentó respirar hondamente pero le ardieron los pulmones y no quería imaginarse lo que sería moverse, seguro sería una pesadilla horripilante.

Giró levemente la cabeza hacia la izquierda, donde Natasha permanecía dormida sobre una silla, recostada hacia atrás.

—Nat— susurró, pero pareció un golpe nuevamente en su pecho.

Ella abrió los ojos lentamente y sonrió hacia él, se acomodó mejor sobre la silla para poder observarlo bien y carraspeó antes de hablar..

—¿Cómo estás?— preguntó, su mirada atenta sobre él. Sus ojos permanecían entre cerrados por la siesta que había tomado.

—¿Dónde está Lea?

Natasha suspiró, presionando luego sus labios. El color rojizo los abandonó y se volvieron blancos por un par de segundos. Con sólo ese gesto, Steve temió lo peor.

—Quiero saber cómo estás, Steve. No me hagas golpearte para saberlo.

Él dudó unos segundos, mirándola con seriedad. Tenía muchas dudas sobre todo lo que había ocurrido.

—Estoy bien— volvió su mirada hacia el techo —¿Dónde está Lea?

Natasha bajó la cabeza levemente, mirando unos segundos sus manos sobre sus piernas antes de volver su vista hacia él mojando sus labios con su lengua.

—Tony pudo rastrear el avión que usaron pasa sacarla del país, y...

—¿Dónde?— volvió a preguntar, ésta vez más brusco. Una pequeña chispa de esperanza había aparecido sobre su pecho, haciéndolo olvidarse momentáneamente del dolor.

—En Alemania, tenemos la ubicación del aeropuerto en donde aterrizaron— dijo después de suspirar. Ella vio a Steve Rogers cerrar los ojos con fuerza, molesto, enojado.

—Tenemos que ir por ella.

—No podemos simplemente ir y buscarla en todas partes. Steve, después de Sokovia todas las cosas están colgando de un hilo, y no quiero que lo cortemos— susurro acercándose más a él.

—Pero si le hacen algo a ella, o intentan algo...

—No tenemos que preocuparnos de eso. Lea va a saber manejarse, al menos por ahora— desvió la vista hacia la puerta unos segundos antes de volver hacia él —. Tenemos varios problemas en nuestras puertas, y tenemos que saber manejar este tema con Lea antes de que nosotros terminemos mal.

—Natasha, son rumores...

—Rumores que cada vez son más reales. En cualquier momento podríamos tener entrando aquí a cientos de soldados preparados para encerrarnos o juzgarnos— su voz sonaba cortada ante los oídos de Steve.

Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora