El cuerpo de Pietro se encontraba sobre la mesa de metal. Su piel estaba pálida, demostrando que ya no tenía vida desde hacía varias semanas. Llevaba una bata blanca que cubría su cuerpo y, también así, las heridas de su última batalla. Éstas estaban curadas gracias a la máquina de la doctora Cho en un intento vano que habían tenido de poder revivirlo meses atrás. Claramente, no había funcionado, pero al menos, no se habían rendido ante las pocas posibilidades de conseguirlo.
Wanda se mantenía cerca de la puerta ya que no se animaba a mantenerse cerca del cuerpo de su propio hermano. Sus manos se encontraban unidas, para así jugar torpemente con sus dedos y el anillo que antes portaba en el dedo anular. El círculo metálico pasaba por su palma hasta sus dedos, y lo giraba lentamente, observándolo brillar con las luces del techo. Intentaba distraerse para no soltar las lágrimas que se acumulaban sobre sus ojos desde hacía varios minutos, pero cada vez se volvía mucho más difícil para ella.
Tony había tenido que hacer llamados y pedir favores para poder traer el cuerpo del muchacho dentro de los subsuelos del edificio. Y aunque muchos habían pensado que aquello era algo demasiado extraño como para pedir luego de tanto tiempo, accedieron ante los pedidos del millonario. Luego de poco más de una hora, Pietro era dejado con cuidado en una camilla al lado de la «Hija de las cenizas». Con un movimientos de manos apresurado, Tony aclaró que él podía encargarse desde allí, y todos abandonaron la habitación mientras la mujer miraba curiosa el rostro del muchacho que los había abandonado tiempo atrás.
Ninguno de los dos se atrevió a decir nada en absoluto, no pudieron hacerlo mientras ella comenzaba a moverse sobre su propia camilla para verlo mejor, y com más atención. Permaneció allí arriba durante varios minutos, como si esperara algo que ellos desconocían por completo. Pronto, con movimientos lentos y cuidadosos, la mujer se levantó. Sus piernas temblaron durante unos instantes mientras intentaban mantener su peso sobre el suelo, pero pronto pareció recuperar sus fuerzas. Le tomó solo unos segundos poder equilibrarse y moverse de forma correcta hasta la otra camilla. Ahora ambos observaban como los pies descalzos de la joven caminaban sobre el suelo gris, moviéndose lentamente alrededor de Pietro, como una danza extraña que sólo ella sabía a la perfección. Lo miraba con atención, como si algo de él fuera único, y así lo sentía Wanda también. Pietro era único, era su hermano y la otra mitad de su alma.
No se había dado cuenta de que contenía la respiración hasta que sus pulmones se lo pidieron rápidamente. Inspiró por la boca, provocando que una pequeña lágrima escapara. No tardó mucho en secarla sobre su mejilla, no quería que Stark la viera así, no quería demostrar su terrible miedo ante lo que estaba a punto de ocurrir. Porque, aunque no debía haberlo hecho, Wanda ya había depositado todas sus esperanzas en el pequeño cuerpo danzante alrededor de Pietro, porque confiaba plenamente en un ser completamente desconocido para ellos, que bien podía ser real, como así, un vil engaño. Pero Wanda elegía creer.
Tony se mantenía sentado sobre la silla cerca de ellos dos, de brazos cruzados, esperando que ella hiciera algo. Que pudiera hacer algo imposible. No parecía tan expectante como ella, pero un suave reflejo sobre sus labios, en la comisura izquierda, dejaba entrever que se encontraba igual —o incluso más— nervioso que ella.
La joven se acercó al rostro de Pietro y lentamente tocó su frente, deslizando sus dedos hasta su nariz con delicadeza. Era un movimiento despacio y tranquilo, como si tuviera cariño por él a pesar de no conocerlo en absoluto. Todos observaron sus dedos avanzar por su piel con desconcierto, hasta que finalizó con un pequeño beso sobre su frente antes de alejarse un par de pasos para sentarse en el suelo. No dijo absolutamente nada mientras comenzaba a esperar algo que nadie sabía si podía llegar a ocurrir.
—¿Y? —Tony preguntó, moviéndose en la silla para poder observar a la joven sentada— ¿Eso es todo lo que vas a hacer?
La mujer no respondió, se mantenía en silencio observando el inmóvil cuerpo de Pietro Maximoff. Recién allí Wanda reaccionó a que aquella muchacha todavía no tenía nombre para ellos, simplemente era una desconocida. No pudo evitar sentir un calor extraño recorriendo su cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Se había lanzado contra la primera y única —supuesta— oportunidad que había aparecido para ella, y había aceptado a aquella desconocida merodeando el cuerpo de su hermano. Las lágrimas volvieron a asomarse a sus ojos de tan sólo pensar que había reaccionado de una manera muy peligrosa aceptando aquello.
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Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]
Fanfiction«Vivió eternamente en la infinidad del Universo, pero ahora será enviada a las cenizas de un mundo consumido por la guerra.» [1.Daughter Of The Ashes » Terminada] [En Edición.] [2.Daughter Of The War » Terminada] [3.Daughter Of The Death » Terminad...