Steve Rogers bajó del auto negro en silencio, a la par que sus compañeros. Las pocas luces afuera jugaban con sus sombras contra el suelo, haciéndolos ver más grandes de lo que eran.
Steve suspiró levemente, produciendo una pequeña nube blanca en el aire. Clint lo miró unos segundos hasta que él asintió.
Los hangares junto con las naves eran para situaciones de emergencia. Habían sido un plan B implementado por Tony y él, por si alguna vez llegaba a ocurrir algo grave, o importante, que demandara usar otra clase de naves.
Clint caminó con ellos detrás de él hasta la puerta ubicada a un costado. Oxidada, y con un cartel ilegible, la puerta permanecía cerrada desde adentro.
Steve hizo una seña hacia el arquero antes de que ambos tomaran carrera para empujar la puerta con fuerza. Ésta sonó fuertemente con un horrible sonido metálico agudo, para luego ser golpeada nuevamente.
Al tercer intentó, la puerta se abrió, rechinando en sus bisagras.
Natasha sacó el arma de su traje en cuestión de segundos y apuntó a lo poco que se lograba ver con la puerta entre abierta. Clint, en cambio, se colocó contra la puerta, una mano sobre el metal oxidado, la otra sobre el arma, preparado para disparar si se daba la situación.
Empujó la puerta, haciéndola soltar un fuerte chirrido. Romanoff se adelantó, ingresando antes de que alguno de los dos pudiera decirle algo.
Adentro, las luces se encontraban apagadas, pero la poca luz que ingresaba desde afuera hacían notar las formas de las naves delante de ellos.
Los tres se fueron adentrando en la oscuridad a pasos lentos. Barton y Romanoff tenían las armas en alto, mientras Steve se preparaba mentalmente para golpear a quién pudiera aparecer.
Pero de repente las luces se encendieron, cegándolos por unos segundos.
A su alrededor, rodeándolos, aparecieron un grupo de personas, todos con armas apuntándolos. Sus rostros parecían decididos a disparar ante cualquier movimiento, parecían cansados y sucios.
—Está bien— gritó Barton —, somos Natasha Romanoff, Steve Rogers y Clint Barton— habló señalando a cada uno mientras los nombraba —, y sólo venimos porque es una emergencia y necesitamos una nave.
—¿Y para qué necesitan una nave?— preguntó uno de ellos, bajando el arma. Un hombre con una barba creciente un tanto grisácea dejó el arma de lado para avanzar un par de pasos hasta ellos.
—Es una misión urgente, tenemos que llegar a Alemania— Steve habló apresurado.
—¿Alemania? ¿Qué es lo que quieren allí?
—Recuperar a una de los nuestros— Natasha Romanoff habló segura de si misma, sorprendiendo a los dos por su repentina aceptación a Lea.
—¿Qué nave necesitan?— Clint exhaló fuertemente antes de señalar la segunda nave a su derecha.
—Deben saber que no todo el equipo sabe que estamos aquí, así que es mejor mantener esto en secreto.
—Hemos guardado muchos secretos por muchos años, Capitán. Éste no será la excepción— el hombre sonrió de lado —. Vamos, a trabajar.
Todos comenzaron a moverse, dejando sus armas de lado para trabajar sobre la nave que los héroes necesitarían. Clint lo miró con una ceja levantada, guardando su arma sobre el estuche contra su muslo.
—En un par de minutos vamos a salir. Natasha, es mejor que metamos el auto.
La pelirroja asintió antes de salir del lugar. Clint hizo una seña a Steve y él lo siguió hasta llegar al hombre de barba blanca, que daba instrucciones a otro.
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Daughter Of The Ashes. [Steve Rogers]
Fanfiction«Vivió eternamente en la infinidad del Universo, pero ahora será enviada a las cenizas de un mundo consumido por la guerra.» [1.Daughter Of The Ashes » Terminada] [En Edición.] [2.Daughter Of The War » Terminada] [3.Daughter Of The Death » Terminad...