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CAPÍTULO 5

Ben Bowers => Edgar Miles

Si miraba a mi alrededor, todo el mundo era feliz, y yo, bueno yo también lo era, tenía a una hermana a la que quería – loca, pero la quería – y un gran amigo que por muy subnormal que pueda parecer, es el mejor que un chico puede tener.

Pero, Michelle y Kylan, se gustan, no sé muy bien qué es eso del "amor" creo que es una palabra sobrevalorada pero, mis padres parecen ser muy felices y, según ellos, están enamorados. A mí me parece aburrido. No sé porque de repente he pasado de estar enfadado a pensar en esto, lo único que sé, es que me gustaría tener a alguien con quien poder compartirlo todo, alguien sensible, como una chica. Y no me mal entiendan, con mi mejor amigo somos transparentes, bueno casi, digamos que él es de esa clase de personas que se "ríe" de los sentimientos ajenos. Me gustaría tener una "mejor amiga". Estaá Kristen, que era como mi hermana, pero no sé, me gustaría tener a  alguien diferente... Pero no creo que sea posible para un "friqui" como yo.

***

El día acabó y me tiré directamente a la cama estaba agotado.

-Pst, Edgar ¿vamos al jacutzzi? – pregunta mi hermana.

-Michy, ¿Qué hora es? – digo bostezando.

-Las 10:00 am – ríe dulcemente, dios, amo esa risa. La cojo de la cintura y la tiro en la cama, quedando su cabeza en mi pecho y mis brazos alrededor suyo – Ay, déjame, quiero ir a bañarme al jacutzzi – se queja con voz infantil. Río y la estrujo contra mí.

-Vamos a dormir un poco más ¿sí? – me acurruco con las sabanas y cierro los ojos, a estas horas tendría que estar despierto del todo, no muerto de sueño. En fin, ¿Qué más da? Estoy de vacaciones.

-Buf... - siento como Michelle se intenta escabullir de mi agarre, oh no bonita, esto no funciona así – Déjame salir o... - mierda.

-¡Cosquillas no, cosquillas no! – Suplico – Kylan hombre agredido por mujer.

-Joder Edgar ¿Qué hora es? – Mira su móvil - ¡Coño que tarde! - exclama y se va al baño, haciendo caso omiso a mis gritos.

-Pero bueno ¿Qué son esos gritos? Bajen la voz que son las 3:16am hagan el favor anda – dice una voz de mujer mayor detrás de la puerta. Esperad ¿ha dicho que son las 3:16am?

-Miles... ¿Qué has hecho ya? Sabes que tu hermano te matará ¿no? – dice el moreno riendo a la vez que cierra la puerta del baño.

-No, no cierres que voy yo – sonríe nerviosa y se intenta levantar, pero se encuentra conmigo cogiéndola de la cintura y a mi mejor amigo delante de ella. Ja, no podría escapar - ¡Oh vamos venga ya! Ky no me gustan estas vistas – se cruza de brazos.

-¿Y estas? – Se levanta la camiseta – ¿Mejor verdad? Todas se derriten.

-Yo sí que te voy a derretir, ¡pero a golpes! – Intenta abalanzar-se sobre él, pero mi agarre se intensifica y no se lo permito – Edgar, me haces daño, y tengo que ir al baño.

-Mira, le ha salido un pareado – ríe mi amigo.

-Eres estúpido – río – No cuela Michelle, no soy tan tonto.

Estuvimos así un rato más, y otro más pero en silencio, esto ya no tenía gracia, estaba a punto de soltarla cuando se le ocurre algo que no mola.

-¡SOCORRO, ME DESANGRO, ME DESANGRO! – La solté de inmediato y corrió al baño, y se encerró ahí – pringaos - ríe. Kylan y yo nos miramos y comenzamos a reír - ¡¿De qué os reis?! No os riais – hay un momento de silencio - ¡Mierda!

-Creo que ya se ha dado cuenta amigo – río ante el comentario de mi amigo.

-Bueno Michi, nosotros casi que nos vamos al jacutzzi – abrimos la puerta y la cerramos, y con el mayor sigilo vamos y nos acostamos en nuestras respectivas camas.

Notamos como se abre ligeramente la puerta del baño y la cabeza de mi hermana se asoma, parece que no se ha dado cuenta de que estamos aquí, cuando los ronquidos de Kylan nos delatan, ella ríe y veo que coge el vote de nata i se llena la mano de ella, la pone frente a la cara de Kylan y grita: -¡Kylan despierta!

Yo solo puedo reír ante la reacción de amigo y la cara de mi hermana. Kylan nunca se altera por muy mal que lo despiertes, pero, si le chillas, te tira algo, en este caso, su móvil y una almohada diciendo: - Cállate rubia, que no cuela.

El resto de la noche dormimos como gente "normal". Y al día siguiente fuimos a reparar la pantalla del móvil de Kylan, que se había petado y no se veía nada.

-Hola, ¿en qué les puedo ayudar? – Dice el dependiente sonriéndole a Kylan.

-Sí, pues verás, se me ha petado la pantalla del móvil y querría arreglarlo – le entrega el móvil y éste le sonríe coqueto, yo aguanto una carcajada y me limito a mirar mí alrededor.

-Me temo que no tiene solución, está petado por dentro, tendrá que comprar otro.

-¿Que? No me puedo permitir un móvil medianamente decente.

-Pues lo siento pero no puedo hacer nada, si me da su nombre y DNI, puedo hablar con la compañía y conseguir algún descuento - Mi amigo suspira y le entrega su documentación – Bien, ¿algún teléfono con el que contactarle?

-Si apunte – Kylan le da su teléfono fijo de casa.

-Perfecto, llame a este teléfono y pregunte por Davis – el chico le sonríe coqueto y Ky resopla.

-Vaya putada amigo - le digo tocándole el hombre.

-Ya ves, pobre móvil – suelto una carcajada y le quito la tarjetita que le dio el tal Davis.

-¿Pobre Davis o pobre Kylan? – Digo mostrándole el mensaje que ha escrito el chico – Llámame si tienes un rato maricón – Imito una voz aguda y de gay. No tengo nada contra ellos, ni mucho menos, pero siempre me ha parecido gracioso ese tono de voz.

***

-No me puedo creer que estemos aquí de nuevo... - suspiro frustrado.

-Te juro que serán solo unos minutos hermano – me dice Kylan intentando subirme el ánimo.

-¿Chicos? - Pregunta Ginna, parece que está contenta de volver a vernos, que pena que yo no comparta su alegría - ¿Qué hacéis aquí? Pensé que me odiabais...

-Necesito dinero – dice Kylan.

-Oh, claro, bueno... Pasad y hablamos.

Asentimos y nos adentremos, por segunda vez en este mes, a la mansión de la pelirroja. Estaba mucho más sucia y descuidada.

-Si bueno... Le di unos días libres a Rosa – Rosa era la encargada de limpiar y ordenar la mansión – Os daré lo que necesitéis, pero con una condición – Mi hermana alza las cejas dándole a entender que continuara- Que me llevéis con vosotros a Barcelona.