CAPÍTULO 39

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Uknown -> Pequeña Leah 

-Si quiero Edgar – una lágrima cayó por su mejilla. Subí corriendo hacia el escenario ignorando que mi móvil no paraba de vibrar. Cuando llegué en lo único que podía pensar es en que había dicho que sí, y que ahora ya podía decir que era mía. Porque lo era, y yo era suyo. Y porque estaba enamorado de ella.

La cogí de la cintura y la alcé del suelo, aún en el air la besé. Ella me siguió, cogió mi cara con sus manos y profundizó el beso, haciéndome sentir el chico más afortunado del mundo, el chico que sentía cosquilleos y animales bailando en su estómago.

Todo el mundo aplaudía y Emma y yo no nos cansábamos. Pero sabíamos que nos echarían del escenario, así que en cuanto nos separamos la cogí como a una princesa, y la llevé fuera del restaurante.

-Deberías cogerlo – dice Emma mirando mi bolsillo, donde mi móvil aún vibra.

-Debería – me encogí de hombros, ella me miró con el ceño algo fruncido.

-Puede ser urgente – suspiré y lo cogí.

-¿Diga?

-Hola sobrino

-¡Tío Nick! Hola, ¿Por qué me llamas a estas horas?

-Necesito un favor, verás, la pequeña Leah no se puede quedar sola, y alguien la tiene que cuidar mientras nosotros estamos fuera.

-¿Y mis padres y mi hermana?

-Tus padres vienen con nosotros, y tu hermana está con su nuevo novio.

-Ya, pues yo estoy con la mía, lo siento.

-Tú madre dijo que se la debías – pasé una mano por mi cabello, frustrado.

-Espera – tapé el móvil – Emma ¿te importaría terminar nuestra cita en mi casa? Estaremos solos tú, yo y una niña de una semana y media – ella sonrió y asintió – Vamos para allá.

-Gracias, por eso eres mi sobrino favorito.

-Soy tú único sobrino – no obtuve respuesta - ¿Tío Nick? – Colgué – Será... Me ha colgado.

-Gracias por venir de verdad – le dije a Emma invitándola a pasar al salón.

-Hola, tú debes de ser Emma, la chica que se ha colado en la vida de mi sobrino – mi tía Eliza le tendió la mano, Emma la aceptó – Soy Eliza, encantada.

-Igualmente – Emma sonrió y volvió a mi lado.

-¿Y el tío Nick? – pregunté.

-Se ha ido con tus padres, me han dejado de niñera hasta que llegaras.

-Que malas personas – reí y miré al lado del sofá - ¿Está despierta? – El llanto de la pequeña me indicó que sí.

-Lleva ya una hora así, buena suerte – no me dio tiempo a girarme, mi tía ya se había ido.

-Ems, te presento a Leah, Leah, está es mi chica, Emma – cogí a la bebé en brazos, pero esta seguía llorando.

-Qué bonita – dijo Emma - ¿Puedo cogerla? – Asentí y ella la tomó – Hola – dijo con dulzura - ¿Sabes? – Me mira – Se parece a ti – sonreí – Vamos a ver, ¿Por qué lloras? – Abrí los ojos impresionado.

Emma le había dado la vuelta a Leah, y esta había parado de llorar segundos después.

-Le dolía la barriga y tenía gases – se encogió de hombros - ¿Te importa que la duerma yo? – negué y ambos nos sonreímos. Me acerqué a mi chica y la abracé por la espalda mientras ella dormía a Leah. Dios, sonaba genial "mi chica".

-Parece tu hija – dije mientras ponía mi cabeza en el hueco que hay entre su cuello y su hombro.

-Algún día – noté como sonreía. Giró levemente su cabeza y dejó un beso en mi mejilla – Voy a acostarla.

Dejó a la pequeña en la cuna y subimos a mi habitación, donde nos acostamos para dormir.

-Edgar – dijo a los minutos, pensaba que ya se había dormido.

-¿Mhm? – me hice el dormido.

-Deja de mirarme, así no puedo dormir.

-¿Cómo te has dado cuenta?

-No paras de levantar la cabeza – ambos reimos.

-Es que estás preciosa – dije sin pensar. Se giró y sonrió, era una sonrisa dulce, de esas que se recuerdan siempre. Bostecé, empezaba a tener sueño, así que la agarré de la cintura y la atraje hacia mí.

-Edgar – me llamó de nuevo, yo asentí – te quiero.

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Aquí tienen el penúltimo capítulo de la novela. En breves momentos subiré el último.

Voten si les está gustando langostitaas :3 Los amoo <3

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