CAPÍTULO 10

165 9 0
                                    

Maratón (1/4)

Cameron Dallas => Dylan McKenna


-Edgar – Dylan entró a mi habitación rascándose la nuca – Mi-Michelle – tartamudeó – yo me levanté de un bote y me acerqué peligrosamente a él, que levanto las manos – tranquilo, ella está bien – lo miré expectante esperando a que me respondiera – Me ha pedido que venga a buscarte...

-¿Y se puede saber por qué lo has dicho de ese modo? Parecías preocupado.

-Ya bueno... Digamos que me da vergüenza pedir ayuda a un "Popurrar" – dijo encogiéndose de hombros.

-¿Popurrar? Dirás popular, aprende a hablar que no cuesta tanto – ríe Ky.

-No, es que los populares como yo os llamamos popurraros porque, no sois los típicos populares, y como también sois raros, pues sois popurarros. Bueno a Shells – Señala a mi mejor amigo – No se sabe clasificarlo – Kylan alza las cejas y se cruza de brazos – Eres el típico popular, mujeriego, deportista... Bueno ya sabes, no tengo ganas de halagarte – Todos rodamos los ojos – En fin, un popular de los de toda la vida, pero te juntas con él – me señala – y con O'Donnell. Y ahora con los nuevos, pero aún no os juzgo – se dirige a Alec – No os conozco.

Vaya, un Dylan sin arrogancia y medianamente "amable". Me gustaría ver esto más a menudo.

-¿Dyl porque tardas tanto? – interroga mí ya no tan inocente hermana adentrándose en la habitación y apoyándose en la puerta negra de mi habitación.

-Nada, ya está. Ahora vendrá – ambos me miran y yo asiento.

-Ahora vengo. Alec asegúrate de que no te copia – le aviso.

-Has parecido su padre Miles – se burla Dylan. Rio sin gracia y veo como Alec asiente conteniendo una carcajada.

-¿Qué necesitáis? – digo de mala gana viendo como McKenna se sienta en la cama y Michelle imita su acción pero sentándose en su regazo – Tengo deberes.

-Oh, vamos hermanito, todos sabemos que ya los has terminado – mi hermana me sonríe con malicia. Oh no... No me gusta esa mirada.

-Hay una fiesta – esta vez, su sonrisa es inocente. Mi mirada se lo dice todo, no me gustan las fiestas, y sabe que no iré – ¡Oh vamos! – Exclama ella – Sabes que mamá y papá sólo me dejarán ir si vas tú – pone carita de cachorrito y me mira atenta.

-Michi... - Suspiro – Me están esperando – salgo de la habitación y me pongo a ayudar con biología a Kylan, parece que Alec ya le ha ayudado con las demás asignaturas.

(...)

-Deberíamos haber llamado a las chicas – dice Alec mirando a su alrededor –aunque debo admitir que las de aquí no están nada mal... - una pelirroja muy maquillada-excesivamente, para mi gusto- y que debía estar ya muy borracha se nos acerca y nos sonríe, meneando la cabeza de un lado a otro y agitando sus brazos alzados de lado a lado.

-Ups – dice riéndose mucho y mirando el vaso que aguantaba con una de sus manos – se ha acabado – susurra triste – ¿Me acompañas guapo? – levanta las cejas en un gesto gracioso y mira a Alec, éste asiente sintiéndose mal por decirle que no y la sujeta de la cintura.

-Menos mal que yo he venido preparado – sonríe Kylan a mi lado – yo enarco una ceja ¿preparado? – Mira –apunta a una rubia con un vestido que prácticamente es más pequeño que su brazo y, cuando nos ve, sonríe y se acerca, moviendo las caderas exageradamente. Pude distinguir que no iba a nuestro insti –Tranquilo hermano, no me he olvidado de ti.

-¿Has llamado a Kristen? – Abro los ojos impresionado. Él asiente.

-Bueno, algo así, no ha accedido, así que... Llamé a Emma – Se rasca la nuca e intenta escaparse, con un rápido movimiento le agarro de la camisa y lo arrastro hasta donde estaba - ¡Ten cuidado que es una lacoste nueva!

-¿Emma sabe que estoy aquí? – Kylan, lentamente niega con la cabeza - ¿Sabes que me odia? – Esta vez asiente - ¿Sabes que me matará si se entera de que la has llamado para que me haga compañía? –Asiente – Y, ¿No te has parado a pensar de que a ti también te matará?

-Ups, pues no – traga saliva, suspiro y lo suelto, él se arregla la camisa y me mira – El deber me llama – señala a la rubia – Vigila a tu hermana.

Mierda, hace 10 minutos que estamos en esta maldita fiesta y ya la he perdido.

-No debería haber venido... - digo en voz alta, aunque no se lo decía a nadie.

-Ya, yo tampoco – la voz de Emma retumba en mis oídos, me giro y me la encuentro cruzada de brazos.

Me paro a mirar su atuendo, una falda de cuero negro con una camisa blanca, ancha y escotada y con una chaqueta negra, también de cuero, bajo por sus piernas cubiertas de unas finas medias transparentes y llego a sus pies, cubiertos por unos zapatos negros de plataforma. Su cabello negro está recogido en una larga trenza africana que le llega hasta los pechos. Está realmente preciosa.

El movimiento incómodo de su cuerpo me hizo centrarme en su mirada azulada, era como mirar al mar, sólo que con ella recibías miradas de vuelta, pero de odio.

-Emma, estás... guapísima – una sonrisa coqueta salió de mi sin poder evitarlo.

ERROR.

-Ya, claro, parece que en las fiestas eres aún peor – Saca su móvil y teclea algo – Jace, da la vuelta y ven a buscarme - silencio - ¿Jace? – la voz de Emma se torna temblorosa a la vez que sigue en silencio esperando una respuesta de su hermano que, al parecer, nunca llega.

-Emma... ¿Qué te sucede? – estaba inmóvil, su teléfono cayó al suelo y su pechó comenzó a subir y a bajar rápidamente – Dios mío estás teniendo un ataque de pánico – me acerco a ella y retrocede – Emma déjame ayudarte, por favor.

Sin dejar que le dé tiempo a responderme me acerco a ella y la abrazo, ella sin saber qué hacer, ella se queda inmóvil, mi mano se mueve por su cabeza acariciándola.

-Shhh, tranquila, todo está bien, tranquilízate... - susurro, parece funcionar porque ella reacciona y rodea sus delgados brazos por mi cintura. Noto como apoya su cabeza en mi hombro y este comienza a mojarse. Emma estaba llorando.

-Jace no responde, me cogió el teléfono y sentí como algo chocaba – Dijo entre sollozos.

-Tranquila, iremos a buscarlo ¿sí? Tengo mi moto en la entrada, vamos.

La cogí de la mano y la arrastré hasta fuera de la casa, fuera del bullicio lleno de alcohol, sexo y drogas. Pensé que se intentaría soltar de mi agarre, pero ara mi sorpresa, lo intensificó, y con su otro brazo se aferró al mío, intentando protegerse de todo con él. Me sorprendía ver a una Emma débil, indefensa y vulnerable y no ver a la Emma valiente, borde y terca de siempre. En ese momento ni siquiera pude pensar en llamar a alguien y avisar de que me iba de la fiesta y de que no sabía a qué hora volvería o si quiera si volvería. No soportaba ver a Emma así. Lo único que pensaba en ese momento era en ayudarla.

***

Hola! Bueno matarme, dos semanas sin actualizar lo sé, pero vengo con una maratón que tendrá más capítulos de los que os debo. Sé que debería haber avisado pero odio hacer notas.

Nos leemos dentro de muy poquito pequeñas langostas:3


¿POPULARES? #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora