Capítulo 22

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  Luego de la pelea, Peter y Oriana tomaron bastantes tragos, rieron y bailaron. Se besaban con pasión en medio de la gente que bailaba al ritmo contagioso de la música. Peter la acorraló contra la pared, la comenzó a besar con desenfreno y pasión, sus manos recorrían todo el frágil cuerpo de una Oriana algo pasada de copas. Abrió la puerta del primer cuarto, sabía lo que tenía que hacer. Tumbó a Oriana en la cama y cerró la puerta, sin seguro. La besó mientras sus manos recorrían todo su cuerpo y comenzó a desnudarla. Sus manos pasaban por cada centímetro de su cuerpo, mientras ella gemía y lo besaba con más pasión. Ella estaba lo suficientemente borracha o drogada, pues Peter habría aprovechado de poner unas pastillas de éxtasis en su bebida.
Entonces la puerta se abrió, de acuerdo a lo planeado. Julian miró con dolor y frustración la escena. Ella solo en ropa interior, riéndose y muy excitada, Peter sin remera y con sus manos en las piernas de ellas.

-¡Lo sentimos! –dijo Eva con "vergüenza"
-Podrían cerrar... -sugirió Peter. Julian estaba estático, su cuerpo no le respondía.
-Julian, eres lindo, igual que Peter –dijo una confusa Oriana. Julian arqueó una ceja, Peter insistió en que cerraran la puerta, pero Julian detuvo a Eva.
-Lo siento amigo, tu fiesta se acabó –dijo Julian con frialdad tomándole la mano fuerte a Oriana y poniéndole su ropa mientras ella se reía desesperada.
-¡Yo traje a mi novia imbécil! –dijo Peter dándole un empujón.
-¡La emborrachaste estúpido! No te permitiré que le hagas algo así borracha –dijo Julian desafiante.
-Julian, déjalos en paz –dijo Eva tomándole el brazo.
-¡Déjame! –dijo Julian con frialdad. Su mejor amiga ya vestida, se tambaleaba. La afirmó fuertemente, pero Peter lo hizo soltarla cuando le propinó un golpe en el labio. Julian se tambaleó pero con toda su fuerza le devolvió el golpe, dejándolo en el suelo. Sacó su celular y rápidamente marcó el número de Maxi.
-Necesito que me busques en casa de Martina, ahora –dijo Julian bruscamente. No dijo nada y cortó. Su amiga reía, pero también sollozaba de vez en cuando. Julian sospechaba que había algo fuera de lo normal. Ella sudaba más de lo normal, sus pupilas estaban dilatadas y sus cambios de humor no eran de una borrachera normal. ¿Qué le habrá hecho este imbécil? Se preguntó. Maxi llegó de inmediato, subí a Oriana al auto. Me puse junto a ella en el asiento de atrás.
-¿Qué mierda pasó? –preguntó Maxi algo alterado. A su lado, Agus en silencio y con la mirada sombría.
-Peter la hizo emborracharse, y estaban casi teniendo sexo. Pero mírala, está totalmente ida –dije mientras la miraba, ella sonreía con dificultad mientras miraba sus dedos –tengo un mal presentimiento. –musitó Julian –la última vez que la vi borracha no estaba así, creo que el hijo de puta le hecho algo en su trago.
-¿Tú crees? –preguntó Maxi
-Sus pupilas están dilatadas, estuvo riéndose y luego llorando, ahora está temblando pero a la vez está sudando ¿no será mejor que la llevemos a un hospital? –preguntó Julian muy preocupado.
-Creo que sería mejor. –dijo Maxi seriamente.
-¡Te lo advertí Serrano! –gruñó Agus enfadado –Sabía que habría éxtasis, LCD y miles de mierdas en esa repugnante fiesta. –dijo
-¡No me lo refriegues en la cara Agustin! –dijo Julian –fui por ella, deberías haberlo entendido, imagínate si no hubiera estado, ese imbécil se hubiese aprovechado de ella.
-¡Cálmense los dos! –gritó Maxi exasperado mientras manejaba hasta el hospital. Oriana se abrazó al cuerpo de Peter mientras temblaba. El la apegó más a su cuerpo, comenzaba a desesperarse. Ella sudaba y sollozaba en su pecho diciendo cosas sin sentido. Peter las pagaría muy caras.
-Preciosa respira –susurraba Julian.
-Viene por mí, me quiere llevar –decía ella mientras temblaba, todo su frágil cuerpo temblaba.
-No, estás conmigo, segura. –dijo Julian con firmeza.
-Cásate conmigo príncipe –dijo ella ahora riéndose. –no quiero que me lleve.

Julian suspiró largamente mientras le tomaba la mano temblorosa. Por fin llegaron al hospital, la ayudaron a bajarla, pero ella de pronto se puso totalmente pálida. Julian se asustó, ella se agachó y comenzó a vomitar fuera del hospital. Julian le tomó el cabello mientras la afirmaba para que no cayera. Cuando pudo pararse otra vez, Julian la tomó de la muñeca y sintió como su corazón latía demasiado fuerte. Se estaba asustando. La tomó en sus brazos, y la entró en la sala de urgencias. Cuando la miró, ella tenía los ojos cerrados y los labios pálidos.


-¡Ori! –gritó Maxi lo ayudó a llevarla luego. La dejaron en una camilla, Julian estaba como loco. Desesperado.
-¡Julian, relájate! –dijo Maximiliano.
-¡Ese hijo de puta me las pagará! –dijo Julian  temblando del enfado.
-Julian, tu labio está sangrando demasiado –el se tocó y se percató de su labio sangrando. Agus sacó de su bolsillo una bolsita de pañuelos desechables y le dio uno. Julian lo sostuvo contra la comisura de su labio.
-Julian, estás temblando, relájate por favor –dijo Maxi mientras le palmeaba el hombro.
-Dios mío, dime que estará bien ¿sí? –dijo
-Lo estará Julian, solo tiene una reacción algo exagerada, posiblemente éxtasis o algo así –dijo Maxi. Julian dejó que las lágrimas cayeran por su rostro. Apoyó la cabeza contra la pared.
-Nosotros... discutimos en la fiesta –dijo Julian mientras miraba a sus amigos.
-¿Por qué? –preguntó Agus
-Me acusó de aprovecharme de ella cuando nos emborrachamos –dijo mirando a Maxi. Agus no entendió, así que le contaron la historia. Asintió, mientras les contaba lo que habían peleado.
-Julian, creo que llegará un momento en que tendrás que pensar en ti –dijo Agus –te hace daño darlo todo por ella sin recibir a cambio.
-Si recibo Agus, recibo su cariño, su amor, su entrega, como amiga, pero lo hace –dijo Julian. Agus y Maxi intercambiaron una mirada.
Entonces, el médico que había ingresado a Oriana, salió a su encuentro.

Como amar II Orian II AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora