Capítulo 53

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Julian abrochó su cinturón otra vez, el avión por fin iba a aterrizar en Argentina. Suspiró, aún sentía el perfume de Ori sobre él. Estaba un poco temeroso, no quería que esta pequeña separación derivara a algo malo. Bajó del avión y fue para sacar su equipaje, pero un chillido bastante conocido lo hizo voltear. Maximiliano se lanzó sobre él casi como si fuese su pareja gay. Se abrazaron fuerte, ahora el castaño se percataba que había extrañado a sus amigos, porque prácticamente no habían hablado. Atrás del muchacho de ojos verde caminaban sus otros tres amigos con enormes sonrisas. Tomó sus maletas y caminó hasta ellos. Las dejó otra vez en el suelo para abrazar a los chicos.

-¡Miren al shuli! Parece que estás más alto aún... -comentó Chon. Todos rieron divertidos.
-Te ves radiante Serrano, parece que Nueva York te trató bien –dijo Agus palmeándole el hombro.
-Nueva York... o la chica argentina que está alojada allá –musitó Mazi divertido. Los chicos sonrieron insinuantes –nos contarás los detalles –amenazó el chico. Julian se rio y negó con la cabeza divertido, hasta que la voz de su madre lo hizo levantar la vista. Sonrió, había extrañado a su mamá.
-Mi pequeño –dijo Diana, lo abrazó de inmediato. Un abrazo fuerte, típico de su madre. Julian estaba feliz de verla, después de todo, era muy apegado a ella. Cuando su madre lo soltó, se dirigió a abrazar a su hermana Yol. Ella lo abrazó, se sintió bien el hecho de haber sido extrañado por la gente que amaba. En Nueva York había sido otra realidad, se había enfocado, además de la universidad, en recuperar a su chica. Pero ahora se percataba que su familia también estaba ahí, y que realmente los extrañaba.

En su casa había una gran comida en su honor, estaba su familia, sus amigos con sus novias y algunas personas importantes. Estaba cansado, pero sabía que no era egoísta y que debía compartir con las personas que lo habían extrañado. Luego de mucha conversación y comida, por fin se sentó tranquilo con los chicos en el patio, con una cerveza en la mano.

-¿Y? – Maxi  atacó de inmediato para saber los detalles de la visita a Nueva York
-Sí, habla Serrano, ¿cómo está Ori? ¿Qué sucedió? –la pregunta de Agus le hizo caer en que los chicos no tenían idea de todo lo que le había pasado a Ori. No sabía si era correcto que se enteraran, después de todo, era un tema delicado. Se quedó callado. Pero luego pensó, los chicos eran como sus hermanos. Y quizás le ayudarían a tomar una decisión.
-Está bien... bueno, relativamente, chicos... hay algo que debo decirles –comenzó Julian mirando sus dedos, no tenía idea como comenzar. Los chicos se miraron preocupados.
-Habla Julian, estamos para apoyarte –dijo Chon. Eliseo asintió de inmediato.
-La razón por la que Ori se fue... -comenzó –es un tema delicado, necesito su mayor discreción, prométanlo. –los chicos se miraron y asintieron al mismo tiempo –no quiero que hagan nada estupido tampoco.
-Estás comenzando a preocuparme Julian –dijo Agus -¿qué sucede?
-Oriana vivió algo horrible... -solo al pronunciar las palabras, sabía que comenzaría a arder de ira, además, sabía que el maldito bastardo que había herido a su novia estaba justo en frente de su casa. Ni siquiera había pensado que haría si se lo topaba. No pudo evitar que lágrimas de ira e impotencia comenzaran a salir de sus ojos. Los chicos se preocuparon mucho, debía ser algo bastante grave como para que Julian estuviera llorando -Oriana.. –suspiró, casi no podía hablar. Había un gran silencio entre los chicos –El hijo de puta de su padrastro le hizo daño... -se limpió bruscamente las lágrimas -¡Ese estupido! –exclamó. Maxi palmeó su hombro. –Él... abusó de ella... -la impresión que causaron las palabras susurradas por Julian fue bastante. Maxi abrió los ojos como plato, a Agus y Eliseo casi se les cayó la mandíbula, y Chon se tapó la boca. –Ese bastardo estupido le hizo mucho daño... -su voz comenzó a temblar al recordar el día en que Ori le contó la verdad -¡Y ese bastardo está justo en frente y no tengo idea que hacer!
-Dios... -susurró Agus -¿pero Ori se quedará allá? –Julian negó
-Ese es el problema, ella volverá y yo aseguré que esta vez no sucedería nada, y no tengo idea que hacer... -dijo limpiándose las lágrimas. Maxi le dio un abrazo fuerte, que lo hizo sollozar más aún.
-¿Cuándo sucedió? –preguntó Chon.
-No... no fue solo una vez –susurró Julian entrecortadamente. Los chicos se quedaron en un silencio total.
-Mierda –dijo Maxi enfurecido. Todos parecían muy enfadados y sorprendidos –Ese bastardo merece una paliza y que se pudra en la cárcel.
-¿Cómo está ella? –preguntó Eliseo. El rubio lucía preocupado, todos querían a la novia de Julian, desde que era su mejor amiga.
-Ahora se encuentra mejor –dijo Serrano recuperando el aliento –pero no sé que sucederá cuando vuelva de a Buenos Aires. Por mí, ese animal debe estar lejos antes de que ella esté aquí.
-¿Y volverá a esa casa? –preguntó Chon sorprendido.
-No, su padre le pagará un apartamento, y creo que viviremos juntos. –por fin una buena noticia que hizo a los chicos sonreír.
-En cuanto a la reconciliación creo que te fue bien –dijo Maxi divertido. Julian sonrió enternecido y asintió.
-Sí, en ese sentido las cosas están mejor que nunca. Estoy enamorado de ella, realmente loco por ella... no sé si se sienten así, como si todo dependiera de esa chica, es extraño, nunca creí que sentiría algo así por una chica, pero ella me vuelve loco. Daría mi vida por verla sonreír... daría todo por ella, y voy a luchar porque sea feliz. –dijo Julian decidido.
-Nunca creí que te escucharía así –musitó Maxi –pero entiendo lo que dices, estar enamorado implica que harías las estupideces más grandes porque ella se sintiera bien. –todos asintieron, al parecer el amor había tocado la puerta de sus casas.
-Ahora. –dijo Chon –no irás tu solo a enfrentar a ese imbécil –dijo en tono de amenaza –quizás Ori debe llegar para hacer la denuncia o algo así. Y si quieres tomarte la justicia por tus propias manos, por lo menos avísanos para ayudarte a darle una paliza.
-Es cierto, no debes hacer ninguna estupidez. No queremos que tú termines en la cárcel o peor... herido o algo así –dijo Agustin seriamente.
-Pero no te preocupes –dijo Eliseo–ese hijo de su madre pagará por todo lo que les hizo a ti y a Oriana.

-El problema... -comenzó el castaño preocupado –es que si me lo topo en la calle no sé como reaccionaré. No podría soportar mirarlo a la cara y saber todo lo que le hizo a Oriana y no poder asesinarlo –susurró Serrano tomándose la cabeza.

-Entiendo –musitó Maxi –pero tienes que tomarlo con calma. Lo haremos pagar, pero disfrutaremos la venganza ¿escuchaste? –Julian asintió. –viene tu madre, así que compórtate.

La tarde se fue volando, durante la noche los chicos decidieron dejar descansar a Julian, quien lucía cansado. El muchacho al recostarse en su cama, sintió que también la había extrañado. No había como la cama propia. Miró el techo mientras millones de cosas recorrían su mente. Sentía asco de solo pensar que ese hombre estaba tan cerca. Mientras miraba el techo, sintió ganas de hablar con Dios. Creía en él, pero no lo suficiente.

-Esto... es raro –comenzó a susurrar –nunca fui muy... apegado a esto... pero, esta vez te necesito si estás ahí... no sabes cuanto –sus ojos se llenaron de lágrimas –no sé que hacer... no quiero cometer una locura, pero ese... hombre dañó lo que más amo en el mundo, le hizo mucho daño y no puedo soportar tenerlo tan cerca y no hacer justicia... -hizo una pausa larga, mientras suspiraba –sé que estás ahí escuchándome... por favor, te ruego que me ayudes, necesito respuestas, no sé que hacer... -sollozó unos segundos –Dios, por favor, quiero hacer lo correcto... pero no sé que es lo correcto ahora mismo. Ella... es todo para mí, y haber visto su sufrimiento... me hizo mal, y ahora quiero vengarme aunque eso es malo, pero no sé que más será bueno... ayúdame, por favor, ¿hago algo o solo... dejo que las cosas sigan? -cerró los ojos dejando que las lágrimas se deslizaran por su rostro –por favor... -susurró. Se volteó, necesitaba descansar. Y quizás, las respuestas llegarían. Quizás ese camino correcto pronto estaría iluminado para él. Ojalá fuera así, lo necesitaba más que nunca.

Como amar II Orian II AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora