#Capitulo 18

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Andy despertó por los escandalosos ladridos del perro del vecino sintiendo que estaba viviendo un déjà vu. Era como el primer día de clases donde había visto a Izz, pero la diferencia era que ella estaba dormida entre sus brazos esa mañana.

En clases todo iba normal, como siempre, nadie se cuestionaba por la ausencia de Izz, ni siquiera el desagradable de Blake.
El día había transcurrido como una mancha borrosa, estaba a punto de irse a casa, sintiendo un poco de paz, dado que Izz no había salido de su mente ni un instante; la idea de que estuviese sola a la merced de que el hijo de puta irrumpiera en casa le estaba haciendo tirarse de los cabellos.
A punto de salir de la oficina su celular empezó a sonar.
-¿Qué? -contestó sin ver el número.
-Andy -era Josh-, necesito hablar contigo algo importante, podrías venir a mi casa.
-¿Es algo de urgencia?
-Un poco.
-En realidad no puedo -le quitó el seguro al auto.
-Solo serán un par de minutos, no creo que por ello la vayan a matar -enfurruñado se metió al choche y cerró de un portazo.
-Hace un par de semanas la defendías, me decías que pensara lo que iba a hacer y ahora eres el iceberg que la quiere hundir como al Titanic.
-Solo hazme caso por una puta vez -rugió el rubio.
-Iré solo si no vas a continuar escupiendo necedades.
-No puedo prometerlo.


Andy se dirigió a la casa de Josh. Tendría que acabar con toda esa discusión y para eso, debía darle la razón, aunque, su amigo tenía un punto a favor al preocuparse por si saldría herido de todo ese embrollo en el que se había metido solo, y la única forma de calmar un poco las aguas sería decirle de lo que se había enterado.
Al igual que Josh, él también tenía una llave de emergencia que no dudó en usar. Al entrar se encontró con la visión de una mujer rubia y esbelta de espaldas a él. Cerró la puerta y esta hizo un pequeño "clic" llamando la atención de la mujer, que se giró y el rostro tan conocido para él le sonrió.
-¡Andy! -gritó y corrió con sus tacones de aguja antes de lanzársele y abrazarle.
-¡Chelsea, qué sorpresa! Creí que estabas en Londres -le abrazó.
-Vine en busca de mi amo -se soltaron y ella lo tomó de la mano tironeándole para que le siguiera al sofá.
-¿No hay suficientes Dominantes en Londres? -preguntó cruzándose de brazos.
-Pues, los dos mejores están en Seattle -ella le guiñó uno de sus ojos azules.
-Veo que ya se encontraron -habló Josh acercándose desde la cocina con un botellín de agua en la mano.
-Sí, has de cuidarla mucho o buscará el otro mejor Dom de Londres.
-Ni soñando permitiré que Chelsea se vaya con otro.
-No la necesito, aunque le haría bien a Izz conversar con otra mujer -soltó el comentario sin pensarlo.
-¿Izz?, ¿Quién es Izz? -Chelsea preguntó interrumpiendo el set de miradas fulminante entre ellos.
-¡Ni en la otra vida permitiré que se le acerque a tu puta! -gritó Josh con el rostro enrojecido por la cólera.
-¿Qué está pasando?, ¿Quién es Izz? -volvió a preguntar la rubia.
-Chelsea, déjanos solos, por favor -Andy pidió levantándose.
Ambos la miraron desaparecer por la puerta de la cocina antes de empezar a hablar.
-A Chelsea no la meterás en los problemas de la mujer que tienes en tu casa -su mejor amigo habló más tranquilo.
-Izz no es lo que tú crees, ella ha tenido una vida tan jodida -se pasó la mano por el cabello tratando de no despotricar todo lo que quería decirle a los padres de ella.
-¿En serio crees todo lo que te dice?
-Ella no lo hizo, ni siquiera se lo pregunté, alguien cercana a ella me lo dijo.
-Deja de creer toda la mierda que escuchas, hasta que no se muestre lo contrario ella seguirá siendo una...
-¡Cierra tu maldita boca! -le cortó desfogando la rabia que le había carcomido el control y la paciencia durante el día.
-¡Bien, pero no regreses aquí si piensas continuar con quien sabe que sea o terminarás matándonos a todos!
-Bien, pero para que te enteres, el hijo de puta que intentó raptarla para violarla era el prometido que sus padres le impusieron. No la dejaré sola.
Salió de esa casa tirando la puerta con toda la fuerza que tenía. Estaba cabreado. Entró al auto y condujo los quince minutos que demoraba llegar a su casa en tan solo diez.
Luego de equivocarse varias veces escribiendo el código en la puerta principal de la urbanización finalmente logró entrar al sexto intento. Hizo rechinar las llantas sobre el pavimento.
Entró a la casa e Izz lo recibió con una sonrisa en el rostro lastimado por el moretón en el lado izquierdo de la mandíbula. No le devolvió la sonrisa, tenía la cabeza hecha un enredo, había tenido la pelea más grande de la historia con Josh por ella. Quería saber si había tomado la decisión correcta, necesitaba una respuesta real y no solo una suposición de qué es lo que debía hacer.
La tomó de la mano y la llevó escaleras arriba al cuarto de juegos.
-Quítate la ropa -le exigió al cruzar las puertas.

Hojas en Blanco [Andy Biersack] Hot/romantica ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora