Izz estaba aovillada en medio de la cama, se había pasado cuatro largos días así, rodeándose con los brazos, queriendo mantenerse unida y mantener a ese pequeño cuadro de imágenes fuera de su cabeza. La culpa la estaba destrozando de adentro hacia afuera; no había ido a clases, todo era tan fuerte que la doblegaba, no tenía fuerzas para ponerse de pie y salir de allí con la cabeza en alto.
Ya había perdido las esperanzas de que su señor le contestara el teléfono. Lo había llamado tantas veces pero siempre la enviaba al buzón; queriendo darse un poco de tranquilidad trató de convencerse de que algo grave había pasado en Londres como para que él estuviera pendiente de quién lo llamaba y quién no.
Levantó el teléfono y marcó el número de Chelsea.
-¿Izz? -le preguntaron al otro lado de la línea.
-Hola -respondió con voz temblorosa- ¿Cómo estás?
-Bien. Suenas diferente ¿Estás bien? -Izz asintió como si la tuviera frente a ella- ¿Izz? -todo comenzó a darle vueltas y de pronto se encontró en su casa, en el piso vacío. Alguien la sujetaba y la hoja de un cuchillo se apretaba contra su cuello; escuchó un estruendo y la puerta se abrió; un hombre entró pero no podía verle el rostro, simplemente que la apuntaba con un arma.
-¡Izz! -la voz de Josh la sacó de aquel recuerdo.
-Estoy bien, estoy bien -susurró para sí misma.
-¿Qué sucede?
-Nada, estaba hablando con Chelsea -respondió con el corazón acelerado.
-¿Dónde está Andy?
-Está en Londres, algo le pasó a alguien allá y viajó inmediatamente -se aferró a la almohada que aún mantenía el olor de su amo.
-¿A quién?
-No lo sé, no he podido hablar con él.
-¿Cuándo se fue?
-Casi una semana -de un instante a otro una idea le llegó- ¿Podrías darme su dirección en Londres?
-¿Para qué?
-Quizá necesite apoyo, tal vez me necesite -tomó un largo respiro.
-Tal vez está tan agobiado -le escuchó hablar para sí mismo-, está bien, te la enviaré por mensaje de texto, ¿sí?
-Gracias.
Su alma sintió un peso menos sobre sus hombros, lo vería, le contaría sus recuerdos y él la ayudaría a salir de ese hoyo.
Llamó a la aerolínea y reservó su pasaje para la medianoche, necesita arreglar su equipaje y dejar todo en orden.
Saber que lo vería fue como unas baterías extras para su cuerpo, todo se fue a un segundo plano.
Estaba a punto de salir de casa, su corazón saltaba alegre, pero de pronto vio su computador portátil y la idea de que él le hubiese enviado correos electrónicos no sonaba tan absurda. Encendió el computador y entró a su cuenta. Sí, había tres correos electrónicos, pero ninguno de él, sino que eran de alguien desconocido; al abrirlos todo se derrumbó.
Frente a ella, en la pantalla había muchas fotografías de Andy con una rubia, con su madre y otras personas más. No había pasado nada malo, era una coartada para irse.
Miró cada una de las fotografías que tenían fecha plasmada al borde de las imágenes. Existían muchas, en muchos lugares; algunas eran en una casa con la madre de él y la mujer rubia, otras con personas que no conocía y la rubia; besando a la rubia, riendo y disfrutando con la rubia.
-Su prometida -susurró mientras lágrimas bañaban sus ojos.
Se sentó al borde de la cama y miró las fotos, él se veía feliz, mientras que nunca lo había visto así cuando estaba con ella, él casi siempre era serio.
-¿Quién te querría, Izz? -una voz le gritó en su mente-, solo Jake aceptaría a alguien como tú. No eres importante. Nadie te querrá.
No sabía de quien era esa voz, ni quien era Jake, pero tal vez era cierto.
-Tienes que agradecer que Jake te acepte o te quedarías sola por siempre -la voz continuó a medida que las fotografías afirmaban eso.
Cayéndose a pedazos salió de esa habitación y se encerró en el cuarto que era suyo y nunca había utilizado. Allí se acostó y se abrazó las costillas mientras lloraba dándole la razón a la voz en su cabeza, preguntándose quién era Jake y si él todavía la aceptaría.
Pasados algunos días, finalmente pudo quedarse dormida. Su cuerpo estaba tan cansado que a pesar que quería despertar cada vez que los recuerdos de la chica atropellada, el cuchillo en su garganta y las fotos le perseguían, no podía abrir los ojos y salir de su mente.
Despertó entrada la noche del día siguiente. Con el alma hecha pedazos bajó a la sala de estar y tomó la tablet que siempre estaba allí, necesitaba hablar con alguien, y no podía confiar en Chelsea o Josh porque ellos sabían de la prometida, eran sus amigos y todos habían jugado con ella.
Presionó mal y la envió a una serie de videos, abrió uno y lo vio a él, el hombre que amaba estaba allí más joven, acostado en una cama al lado de una mujer que pudo reconocer como Victoria. Ambos estaban hablando y entre una sonrisa lo escuchó decirle "Te amo" a la rubia.
Cerró los ojos y negó con la cabeza, cada cosa era como un puzzle, las señales siempre estuvieron allí. Ella no era nada.
Él siguiente video le siguió y vio a la mujer de las fotografías acostada en una cama con las sabanas cubriéndole los pechos.
-Nadie creyó que estábamos comprometidos -ella dijo con su acento inglés.
-Es normal, llevamos poco tiempo saliendo -su voz se escuchó cerca, tal vez él estaba grabando.
-¿Por qué te quieres casar conmigo?
-No lo sé.
-¿Es porque me amas mucho? -él rió.
-Tal vez -ambos rieron juntos.
-Vamos, dilo.
-Te amo -le escuchó responderle.
Su psique se fragmentó y cayó en pedazos, él había amado a Victoria y seguía amando a la rubia; pero nunca a ella. Subió a la habitación con intensiones de recoger sus cosas y marcharse.
Entró al cuarto de baño y se miró al espejo. Ella no era tan bonita como las otras dos chicas, su cabello era rojo y no claro como el sol. Odiando la imagen que veía en el vidrio, cogió lo primero que tuvo a la mano y lo lanzó contra este haciendo que se rompiera.
Cayó de rodillas. Ya no podía, todo era una mentira, incluso su existencia lo era. No sabía de su vida, tal vez era una mala persona como para que nadie la quisiera, solo el tal Jake. Había permitido que la chica de la moto muriese y la habían intentado asesinar en reiteradas ocasiones.
Su inconsciencia tomó el control. Sin siquiera quererlo, su cuerpo actuó y cogió un pedazo de vidrió antes de presionarlo contra la piel de su antebrazo y abrir sus carnes. Su mente hizo cortocircuito y la conciencia retomó el rumbo alertándola por la sangre abandonando su cuerpo.
Como pudo se acercó al teléfono fijo y marcó a la casa de Josh.
-¿Diga? -le respondió él.
-Ayúdame -susurró.
***
Andy bajó del taxi con el cuerpo agarrotado y cansado. Habían sido unos días extremadamente jodidos con su madre haciendo lo imposible porque Jaci y él pasaran el mayor tiempo del mundo juntos; y debía actuar bien. Estaba completamente incomunicado, le habían quitado su celular, tarjetas de crédito y dinero; incluso no le dejaban usar el teléfono de la casa.
Todo había sido una trampa.
Vio el coche de Josh estacionado frente a su casa y refunfuñó, lo que menos quería ahora eran visitas; él tendría que perdonarlo, pero lo echaría. Abrió la puerta y lo vio sentado en el sofá bebiendo una cerveza.
-¡Contigo quiero hablar! -Josh lo señaló y se levantó.
-¿Qué demonios te pasa?
-¿Qué le hiciste a Izz?
-¿De qué estás hablando? -avanzó hasta quedar frente a su amigo.
-Ella está arriba llorando -Josh dijo más tranquilo.
-No lo he hecho nada.
-¿Qué le dijiste en Londres? -lo miró extrañado.
-No la he visto o hablado con ella desde que me fui, mamá hizo que Jaci mintiera y prácticamente me tuvieron secuestrado por allá.
-Algo grave le ha de haber pasado -susurró.
-No entiendo ¿Qué demonios está pasando?
-Hace cuatro días Izz me llamó preguntándome tu dirección en Inglaterra, se la di porque pensé que si algo malo estaba pasando, ella te apoyaría. No supe de ella hasta hoy que me llamó. Solo me pidió ayuda y parece que dejó caer el teléfono; cuando llegué la encontré en medio de la habitación ensangrentada y una herida profunda de cinco centímetros en su antebrazo izquierdo.
>>Izz estaba perdida en alguna parte de su mente, simplemente lloraba y apretaba la herida con su otra mano. Suturé la herida y dejé que Chelsea la ayudara a cambiarse de ropa. Cuando se acostó, Chelsea se acomodó a su lado tratando de consolarla, preguntarle qué pasó, pero no contestó ni una palabra, simplemente llora. Quise sedarla, pero me pidió que no lo hiciera, que sus demonios le atormentaran. No dio más explicación.
>>Revisé la casa y no hay nada anormal, simplemente el espejo del baño está roto y me imagino que con eso se hirió.
Completamente frío, Andy salió corriendo escaleras arriba. Abrió la puerta de su habitación y allí las encontró. Izz estaba hecha un ovillo mientras Chelsea sostenía su cabeza y le acariciaba el cabello.
La rubia le dio una mirada amarga y se levantó.
-Patearé tu culo -Chelsea le avisó al detenerse frente a él-. Sea lo que sea que hayas hecho, arréglalo -siguió su camino dándole un fuerte golpe en el pecho.
Se acercó a la cama y se acostó al lado de ella acariciándole el brazo.
-Izz -le llamó. Ella se giró y pudo ver la fragilidad y temor marcados en sus ojos-. ¿Qué sucede, nena?
Ella simplemente se apegó a él y escondió el rostro en su pecho sin decir palabra alguna. La escuchó llorar humedeciendo su camisa. La apretó contra él. No sabía qué había pasado, pero le había lastimado a un nivel inimaginable.
ESTÁS LEYENDO
Hojas en Blanco [Andy Biersack] Hot/romantica ©
FanfictionUn Dom experimentado y una sumisa novata obtienen una relación perfecta. ¿Qué pasaría si ella pierde la memoria? LIBRO ADAPTADO. Créditos a D.A Bueno como ya vieron esta novela la saque de la pagina de Facebook: https://www.facebook.com/Novelas-de...