Izz entró a la casa con la sensación de conocer al hombre del auto azul; se sentó en la escalera a tratar de recordar, pero nada vino a ella, solo la oscuridad que la tragaba.
Cerró los ojos y apretó los puños, no se dejaría vencer una vez más por la oscuridad, si venía por ella, le daría pelea y le patearía el culo; subió las escaleras y se encerró en el único lugar habitable de la casa.
Estaba enojada consigo misma, no con Andy como se suponía que tendría que ser, ni tampoco lo veía como responsable, quizá no había sabido leer entre líneas mientras él hablaba y ella babeaba por él. Tratando de encontrar una solución a su embrollo, tomó el computador portátil que estaba en el cajón de la mesita de noche y lo encendió; rápidamente se conectó a internet y en Google tecleó BDSM, encontrando muchas páginas que ofrecían chat e información, con la única condición de registrarse.
Llenó los datos y esperó a que le aceptaran. Quizá quemó cinco minutos en el transcurso de ello, pero la recompensa fue grande.
En línea solo se encontraba un switch[3] con el pseudónimo de CaT. Él inmediatamente le escribió; por petición de Izz, ambos entraron a una "habitación" privada.
CaT: ¿Qué inquietudes tienes I?
JustI: ¿A tus sumisas, les dabas regalos costosos para de una forma pagarles por estar contigo? -él demoró un par de minutos.
CaT: Para pagarles, no; para consentirlas, sí. Si hiciera eso, solo tendría que conseguir unas putas en la calle. ¿Por qué?
JustI: Solo tengo curiosidad, nada más.
CaT: ¿Tú Dom lo hace?, ¿Te paga?
JustI: Yo no lo vi así, pero creo que él cree que lo hace.
CaT: ¿Has hablado con él? -Izz le hizo un mohín a la pantalla.
JustI: No se lo pregunté, es complicada la relación que mantenemos.
CaT: Si crees que no es la relación que quieres, simplemente puedes dejarlo. Si no hay placer, entendimiento y confianza entre los dos, no funcionará.
JustI: Tú, teniendo experiencia en esto, ¿Crees que puedan existir sentimientos entre Dom/sub?
CaT: Sí los hay, aunque no sean tan perceptibles para los dos, los hay; aunque siempre existe la posibilidad que solo se trate de placer al principio.
JustI: Es decir que no está mal tener sentimientos en una relación de este tipo.
CaT: Claro que no-le envió una carita feliz-, nunca está mal tener sentimientos. ¿Quién es tu dueño? Parece que necesita una conversación con alguien de experiencia ¿Es un novato? -rió, si tan solo le dijera quien es, enloquecería.
JustI: No, no es un novato y estoy segura de que no necesita conversar con nadie del tema.
CaT: Si tu amo no te complace, siempre puedes encontrar a otro que sí pueda hacerlo.
JustI: ¿Estás coqueteando conmigo, gato?
CaT: ¿No te han dicho que los gatos somos cariñosos y acariciamos excelente?
JustI: Tengo mis preferencias y no son de mininos.
CaT: Tal vez no lo sabes todavía.
JustI: Me gustan más los hombres de traje y maletín con una regla en la otra mano.
CaT: ¿Amante a los juegos de rol?-Izz rió en voz alta.
JustI: No en realidad.
CaT: ¿Qué escondes I?
JustI: Debo irme.
CaT: Está bien, déjame con la intriga. Espero poder encontrarnos I.
Dejando el computador, Izz cambió sus jeans y camiseta de Andy por un vestido azul y converse antes de salir a comprar al restaurant a dos cuadras de su casa.
Andy se detuvo frente a la casa de Izz, era el único lugar al que ella iría luego de la casa de Josh, pero no pensaba llamar allí todavía, esa sería la última carta del juego y no la usaría si no era necesario.
Se bajó del auto y entró a la casa con su copia de llave; subió las escaleras y no la encontró, pero el computador portátil estaba encendido; se acercó y observó el fondo negro de la pantalla con letras blancas, una foto de un hombre en bolas y otra sin foto.
Casi le da un ataque de ira al terminar de leer la conversación.
-¿Un novato?, ¿Otro amo?, ¡Joder!, le arrancaré la cola a este gato -balbuceó tecleando.
JustI: Ella no necesita otro amo, me tiene a mí, y no soy ningún jodido novato.
CaT: Si no lo fueses, sabrías como tratarla.
JustI: Mantente alejado o te quedarás sin pelos, cola y castrado, gato. No te metas con la esclava de otro.
Cerró la conversación, la cuenta y apagó el computador con rabia.
¿Quién mierda se creía el tal gato? -pensó.
Si Izz se iba a ver con él, Andy perdería el control, los estribos y la zurraría hasta cansarse.
Escuchó la puerta principal cerrarse y el corazón le aminoró el latir, sin embargo estaba nervioso, en la conversación con el maldito gato había preguntado sobre regalos y había nombrado la palabra sentimientos, y él no estaba preparado para hablar de eso porque aún no se sentía cómodo con ellos, ni siquiera sabía bien qué era lo que sentía por ella.
Izz entró en la habitación luego de guardar la ensalada en el refrigerador. La imagen de él sentado en la cama mirándole con algo nuevo en sus ojos, hizo que el ritmo cardiaco aumentara considerablemente.
-Necesitamos hablar -él dijo levantándose.
-Creo que dejé todo claro, yo no soy ninguna puta -lo vio apretarse el puente de la nariz.
-Es sobre eso de lo que quiero hablar.
-Escucho -avanzó hasta la cama y se sentó al borde muy lejos de él.
-Soy consciente de que escuchaste la conversación con mi madre y que mi respuesta lo jodió todo -lo miró con cara de me estás jodiendo.
-Pudiste haberme pedido que viniera aquí, que necesitabas tiempo para estar con tu familia, eso lo hubiera comprendido, pero -se aferró a las sabanas para no comenzar a despotricar y arruinar todo- no fue así. Hiciste todo lo contrario, me pediste que me quedara allí y así lo hice. Pero cuando ella me dice puta, no me defendiste, lo afirmaste y no puedo estar con una persona que me trate así o que piense que soy su puta. Ser tu sumisa significa otra cosa, Andy. Significa que cuidarás de mí y yo complaceré casi todos tus malditos caprichos, pero en realidad no lo haces. No confías en mí y yo no creo conocerte en verdad.
-Joder -Andy susurró. Lo vio tomar una larga respiración por la boca-, es difícil, Izz -murmuró pasándose la mano por el cabello.
-No lo es -negó-, solo quiero saber qué es lo que hay aquí -le señaló a él y luego a sí misma-. A veces creo que solo soy algo que desechas luego de divertirte, pero me mantienes a tu lado para reutilizarme como si yo fuese un estúpido juguete reciclable -él rió amargamente y luchando contra su protección, se levantó, caminó hasta ella y se acuclilló.
-Aquí estoy -puso las manos sobre sus rodillas-, solo yo; un hombre completamente difícil de comprender y cerrado tanto por las costumbres de ser inglés y por protección. No te prometo cambiar porque estaría mintiendo, pero esto es lo que soy -se señaló el pecho-, pese a eso, por ti he tirado abajo algunas paredes, porque eres importante para mí.
Con eso la derritió, le dio motivos para arriesgar su corazón una vez más. Ella era importante para él y con eso bastaba por el momento. Le acarició desde la mejilla hasta el mentón que tenía una sombra de barba haciéndole cosquillas en la palma de la mano.
-Dime lo que significa esa palabra en francés -él sonrió.
-Te adoro -le dijo levantándose del suelo y tomando sus labios en un beso lento y suave.
-Yo también te adoro -susurró dándole un beso rápido en los labios-, y vuelve a hacer o decir una cosas así y te patearé el trasero.
-¿Me estás amenazando? -Izz se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta.
-Tómalo como quieras.
Él la sujetó del brazo y la arrinconó contra la pared, aprisionándola con la pared de músculos duros que era su cuerpo.
-Lo tomo como quiera, ¿uh? -Posó las manos en su trasero, levantándola del suelo haciéndola enredar las piernas entorno a él y su duro eje hincándole la carne sensible-. Entonces puedo tomar como quiera tu conversación con ese tal gato -como si se tratara de un juego de mentiras puso cara de póker-, puedo tomar como quiera el coqueteo, ¿uh?
-Solo tuve una conversación con otro ser humano, nada más -se encogió de hombros con una sonrisa en el rostro.
-No necesitas preguntarle nada a ningún otro, puedes preguntármelo a mí, y no necesitas a otro amo -le mordió el cuello-, eres mía.
Atacó su boca, mordiendo y chupándole el labio inferior, asaltando su interior con la lengua tan rápida y hábil que le hacía correrse cuando la besaba en el sur; sin siquiera intentar disimular, se fregó contra su erección gimiendo en el acto.
Sosteniéndola con una sola mano, Andy deslizó la tira del vestido e Izz le ayudó con la otra y quitándose el sujetador, quedando desnuda del torso hacia arriba para su deleite; apretó más las manos en su culo y ella gritó de gustosa. Había creado una mujer amante del sexo rudo -sonrió adorando la idea.
Miró con detenimiento cómo Izz se quitaba el vestido sobre la cabeza, lanzándolo a un lugar fuera de su perímetro de visión. Con renitencia, la puso sobre el suelo por un instante mientras se despojaba de los pantalones. Cuando estuvo sin ellos, la volvió a levantar y miró a sus ojos a medida que hacía a un lado las bragas y se adentraba en su dulce calor.
-Mírame a los ojos -le ordenó.
Izz miró a su señor con dificultad, tenía los ojos nublados, sentirlo en su interior con aquel ataque posesivo que él estaba teniendo era el cielo para ella.
Andy comenzó a salir y empujar con fuerza haciéndole retorcerse, aferrarse a su cuerpo como si de ello dependiese su vida; cada vez que la invadía, sus ojos se cerraban automáticamente y sentía una nalgada recordándole que debía permanecer mirándolo.
-Nadie te va a coger como yo lo hago -él gruñó con la voz ronca y apretando los dientes-, solo yo podré hacer que te corras una y otra vez -afirmó mientras un orgasmo le barría de pies a cabeza.
La tumbó sobre la cama y como si tuviese un cambio de personalidad, se convirtió en dulzura, sus manos la tocaron con suavidad y ternura, cada vez que salía de su interior, la penetraba con absurda y deliciosa lentitud, besándola.
El segundo orgasmo la atravesó diferente, con más lentitud, haciéndolo casi agónico mientras lo sentía derramarse en su interior con el cálido semen alargando su éxtasis.
Tenerla en sus brazos resultaba tranquilizante, Andy se había perdido por los pocos minutos que ella se alejó por sus estúpidas palabras, pero ahora todo estaba bien; nada fuera de lugar. Le besó la coronilla percibiendo el dulce aroma de su cabello.
Caer de rodillas frente a ella no le resultó humillante o le quitaba el derecho de ser su amo, simplemente le había nacido el acto y lo había hecho; también se debía porque ella lo tenía así, a sus pies y eso le daba miedo; temía quererla más de lo aceptable y lo que menos quería era llegar a ser vulnerable ante nadie, a pesar de ello, su mujer se había ganado su respeto y admiración. No cualquiera podía soportarlo y ella le complementaba.
***
Ambos despertaron cuando el crepúsculo acaecía.
-¿Qué vamos a hacer? -Izz preguntó estirándose como un gato.
-Lo que quieres hacer -su respuesta la tomó por sorpresa.
-¿Haremos lo que yo quiera? -preguntó sonriente.
-Eso dije -le tocó la punta de la nariz con el índice.
-¿Ordenamos pizza? -se acurrucó a su lado.
-Vamos por ella, necesitamos salir un rato -él se encogió de hombros y sintió sus duros músculos contraerse debajo de la cabeza.
-¿Quieres salir?, ¿Conmigo? -preguntó asombrada.
-¿Con quién más lo haría?
-Olvida lo que dije -sonrió entusiasmada-. Vamos por la pizza.
Una hora después lograron salir de la cama y luego de una ducha rápida, ambos se habían dirigido al centro comercial por la pizza, pero Andy le dejó sola por unos minutos porque según él "debía hacer un encargo" mientras esperaban.
Su celular vibró y leyó el mensaje de texto.
Tu amo me contactó y amenazó con arrancarme la polla, el rabo y el pelaje. Veo que se han arreglado. No dudes en contactarme si necesitas ayuda o información.
CaT
Izz comenzó a reír. Sabía que Andy le había eliminado la cuenta, pero nunca se imaginó que amenazara a Cooper. Agradecía haber intercambiado números.
-¿Qué es tan divertido? -Andy llegó y le preguntó arrugando el entrecejo.
-Nada -le sonrió abiertamente-, un amigo me escribió diciendo que le arrancarán el pelo -volvió a reír.
-Le diste tu número de celular, ¿verdad? -ella se encogió de hombros.
-Me agradó su personalidad.
-Eres mía -gruñó.
-Lo sé -estiró la mano y tocó la suya que estaba sobre la mesa hecha un puño-, es solo un amigo.
Lo vio hacer una mueca y del bolsillo de su pantalón sacó una cajita negra de terciopelo y se la entregó.
-¿Qué es esto? -él se encogió de hombros.
-Un regalo.
Abrió la caja y un anillo de plata de banda ondulada con incrustaciones de pequeños diamantes le saludó.
-Es hermoso, yo no... debió costarte una fortuna -le sonrió.
-Es solo un número que no interesa, lo compré para ti -le arrebató el anillo-. Dame tu mano izquierda.
La extendió hacia él y Andy deslizó el anillo en su dedo anular, donde se suponía iban los anillos de compromiso y matrimonio. Pero no se hizo ilusiones, simplemente era un anillo para él y debía significar lo mismo para ella.
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Hojas en Blanco [Andy Biersack] Hot/romantica ©
FanfictionUn Dom experimentado y una sumisa novata obtienen una relación perfecta. ¿Qué pasaría si ella pierde la memoria? LIBRO ADAPTADO. Créditos a D.A Bueno como ya vieron esta novela la saque de la pagina de Facebook: https://www.facebook.com/Novelas-de...