#Capitulo 23

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Izz no pudo continuar durmiendo luego de aquel sueño tan realista, pasó la noche rebuscando entre cajones todo lo que pudiera darle una idea, un recuerdo vago, pero no hubo nada, solo encontró una fotografía donde estaba ella y una chica pelinegra que levantaba una copa hacia quien haya tomado la foto.
Se tumbó en la cama y miró el techo mientras afuera el sol empezaba a salir iluminando la habitación, creando formas en las paredes.
Completamente absorta, se limpió una lágrima solitaria que resbaló por su mejilla luego de ver la imagen de aquella joven que le entristeció sin razón aparente. Era absurdo, pero su mente solo le mostraba lo que debía sentir con ciertas imágenes o personas, pero no le daba pista de quienes eran para ella.
Con los pensamientos tratando de romper la barrera que la tenían en el vacío, se quedó dormida y en sus sueños él volvió a aparecer mirándola con ternura y una sonrisa en sus labios a medida que se acostaba a su lado y le abrazaba reconfortando aquel dolor desconocido que se aferraba a su pecho, arrancándole lágrimas desde lo más profundo de sus sentimientos.
***

-Andy, vamos -Josh le pidió hincándole con el índice-, Chelsea ha invitado a una amiga a cenar prometiendo que llevará a un amigo.
-Es una pena que lo haya hecho, pero no pienso ir a ningún lado.
Andy se repantingó en el sofá cerrando los ojos, disfrutando de la imagen que le brindaba su cerebro. La noche anterior había sido excitante y reconfortante, Izz había soñado con él; quizá su mente estaba recorriendo un camino peligroso pero podría jurar que la vio correrse entre sueños pronunciando su nombre.
-¡Andy! -Josh chasqueó los dedos frente a él.
-¿Qué? -le miró enojado por cortar aquel recuerdo.
-Vamos, así te sacas a Izz de la mente. Ya que has decidido dejarla de lado, deberías dejar de pensar en ella.
-No estoy pensando en ella -mintió.
-Demuéstrame que ya no quieres nada con ella y ven con nosotros a cenar.
-Está bien -respondió hastiado-, si esa es la única forma de que me dejes en paz, lo haré. ¿Dónde y a qué hora?
-En el Dell'Angelo Tocco a las ocho treinta -la imagen de Izz le atravesó como un rayo.
-¿Podría ser en otro lado?
-No -Josh le sonrió-. Te debo una. Ahora debo irme, Chelsea necesita salir a reventar las tarjetas y arrastrarme con ella -puso los ojos en blanco.
-Adiós.
-Espero que no llegues tarde.
***

Andy había pasado diez minutos sentado a la espera que su mejor amigo apareciera y un poco incomodo por la mirada lasciva de la camarera.
Estaba a punto de levantarse e irse cuando la imagen del preciado auto de Josh apareció fuera de la gran ventana del restaurant, obligándole a continuar con eso.
Lo vio salir del auto y rodearlo abriéndole la puerta a Chelsea con su largo cabello rubio con las puntas rizadas sobre los hombros desnudos por el corto vestido rosa pálido que parecía fundirse con su piel. Luego abrió la puerta del asiento trasero y unas largas piernas aparecieron, acompañadas de una melena roja en el instante que ella bajó la cabeza al posar una de sus manos en el extremo de la puerta y la otra en el coche. Él le tendió la mano y ella salió mostrando un vestido negro y corto igual al que había visto en Izz.
Unió cabos y la boca se le secó en el instante en que se fijó en el rostro de la muchacha. Era ella, Josh la había traído consigo para joderle la noche, pero eso no quitaba que Izz lucía tan hermosa al igual que aquel día en que la vio con el mismo vestido, con la única diferencia que ahora usaba un fino flequillo en el cabello.
Sin saber que hacer se quedó estático, una batalla se efectuaba en su interior entre irse o quedarse. Fue muy tarde cuando tomó la decisión de irse, ellos se acercaban.


Izz iba al lado de Josh caminando lento mirando a todos lados, una sensación de hormigueo le recorría por todo el cuerpo, sentía que estaba viviendo un Dèjá vu, sintiéndose nerviosa y observada.
Miró al frente encontrándose con esos ojos azules que la llamaban, esa mirada oscura que le había tocado en sueños.
Él la miraba fijamente con la boca entreabierta dejando ver su lengua salir y relamer sus labios. Izz le imitó inconscientemente.
-Izz, él es Andy -las imágenes de él tocándola le aceleraron el corazón.
-Andy -repitió para sí misma.
-Izz -él asintió.
La noche pasó un poco incomoda, Andy no le hablaba y la miraba de reojo de vez en cuando, en los momentos que creía que no le miraba.
Se sentía fuera de lugar, ellos conversaban animadamente mientras ella se forzaba en recordar quedando aislada de todos.
Quería saber que significaban los sueños y por qué Andy aparecía en ellos, si en realidad parecía detestarle.
Tenía la sensación de haber hecho algo mal antes de quedarse con la mente en blanco.

Hojas en Blanco [Andy Biersack] Hot/romantica ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora