No Me Dejes Nunca (Abraham Mateo Y Tú)

Capítulo 25: ¿Calor?

Abraham.

Scott nos había dejado solos en el centro comercial ya que tenía que ir a comprar unas cosas y arreglar sus cosas para la playa.

Pasamos frente a una tienda y ____ se detuvo, miro por el vidrio y había un vestido que seguro le quedaría de maravilla (multimedia).

― ¿Te gusta?― pregunte.

―Si, pero esta cariñoso― dijo divertida― otro día.

―Entra a probártelo.

― ¿Qué? No.

―Venga― la arrastre dentro de la tienda.

―Hola bienvenidos a Twenty two shore, ¿en qué puedo ayudarlos?― la mujer que identifique como Martha según la placa en su pecho.

―Quiero aquel vestido de la vitrina, bueno mi novia.

―Bien, eres como un "s" ¿no?― _____ asintió― déjame ir a buscarlo, puedes esperar en el probador si deseas.

―Gracias― sonreí y caminamos hasta los probadores.

Tome el rostro de _____ entre mis manos y lo aprecie, mi chica era realmente hermosa, sus grandes ojos verdes me miraban confundidos y a la vez con cariño, con amor, bese castamente sus labios y sonreí. Mire sus invisibles pecas y su pequeña nariz, junto a sus carnosos labios que tanto amaba.

―Eres tan linda, muñeca― murmuré. Sus mejillas se tornaron rosadas.

―Gracias― sonrió― tú eres lindo.

Sonreí y la besé.

―Te quiero hermosa― susurre sobre sus labios.

―Yo a ti, amor.

Nos separamos al escuchar los tacones de Martha.

―Aquí esta― dijo y le dio el vestido blanco a ______.

―Gracias―______ tomo el vestido y entro a un probador, me senté en un sillón rojo a esperar que mi chica saliera. Tome mi móvil y comencé a ver fotos en instagram di "me gusta" a varias de ellas.

―Amor, estoy lista― alce mi vista y me acomode en el sillón, ella salió y joder, realmente joder, el vestido se ajustaba a su acentuada cintura, sus caderas eran notorias, sus pechos se veían perfectos, se giró y pude observar como su trasero quedaba muy bien en ese vestido― ¿No dirás nada?

―Estas― ¿Por qué tenía calor?― perfecta― jadee y me acomode en el sillón, mi pantalón comenzaba a molestarme.

― ¿Lo llevaran?― hablo Martha.

―Si, con tarjeta― me levante.

―Amor, no, no tienes que hacerlo― murmuro _____ avergonzada.

―Lo llevaremos― repetí―Ve a cambiarte, hermosa.

―Bien― murmuro, sonreí al ver sus ojos brillar con adoración, le encantaba el vestido y mientras pudiese pagárselo, se lo compraría y todo lo que ella quisiese.

Tardo unos minutos en salir, le paso el vestido a Martha y fuimos a pagarlo.

―Espero vuelvan pronto, gracias por su compra.

―Gracias a ti― sonreí y salimos de la tienda.

Tome la mano de ____.

―Gracias― se puso frente a mí y me beso.

―Lo daría todo por ti―susurre sobre sus lindos labios.

―Vamos a casa― pasó sus brazos por mi cuello.

―Vamos― sonreí, bese su labios y ella se puso nuevamente a mi lado y tomo mi mano. Salimos del centro comercial y buscamos mi auto, al encontrarlo lo abrí, abrí la puerta de _____―Sube amor― ella asintió, subió y cerré su puerta, fui al lado del piloto y deje las bolsas en el asiento de atrás, me subí y arranque el coche.

― Mi hermano me habla― suspiro.

― ¿Si? ¿Tu hermano sabe que estamos saliendo?― conduje.

―No, aun no le he dicho nada, como están donde mi abuela, no me ha dado tiempo― dijo mirándome― además, si le digo probablemente hará su estúpido interrogatorio como el maldito hermano mayor sobre protector que es.

―Por ti, me quedo al interrogatorio.

― eres tan lindo― me beso en cuanto me detuve en un semáforo.

Conduje por unos diez minutos antes de llegar a la casa de _____, bajamos del coche y dejamos las cosas en la sala, ______ me tomo del cuello y beso mis labios con ferocidad.

_______

Sus labios se sentían como el paraíso, sus caricias, sus manos quemaban contra mi piel, como cada toque que me da, nos decidimos de la ropa rápidamente, no había tiempo que perder, éramos un par de insaciables, él me había convertido en esto y él tendría que saciar mi sed de su cuerpo, porque no podía soportar tenerlo lejos de mí. Me había acostumbrado a su presencia a mí alrededor e imaginármelo lejos me molestaba y dolía de manera que no podía explicar. Cada día me sentía más a gusto junto a él, despertar en sus brazos, besarle por las mañanas, saber que él era solo mío me satisfacía.

―Joder― gruño tomándome de las caderas, ayudándome a moverme sobre él.

Su boca fue a mi cuello besando, lamiendo y chupando cada rincón de él. El movimiento de su cuerpo bajo el mío era lento y preciso llevándome al abismo del orgasmo, él sabía lo que hacía y como.

―Eres tan estrecha― susurro en mi oído.

―Diablos― gemí y acaricie mis pechos.

Sus dientes tomaron mi pezón derecho jalando de el sin sutileza, gemí en respuesta, estaba tan jodidamente excitada que no sentía dolor en este momento, solo placer. Sus manos tomaron mi trasero levantándome junto a él, nos dirigimos a la cocina.

― ¿Qué haces?― reí levemente besando sus labios.

―Follarte en la cocina― sonrió.

Me puso sobre el mesón de la cocina y comenzamos una nueva ronda de sexo, duro, placentero y lleno de amor. Abraham me completaba de sobremanera y eso me asustaba, él estaba tan metido bajo mi piel que mis pensamientos eran nulos cuando él me proponía cualquier locura.

¿Quién dice que los amigos no hacen el amor?

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Hola hola!

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Lxs Amo.

Capitulo editado.