Capítulo 32: ¡Nos escucharan!

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Abraham.

Abrí mis ojos con pereza al sentir movimiento a mi lado, vi como _____ corría en dirección al baño mientras cubría su boca. Me levante y camine al baño bostezando, esto de despertar temprano no es lo mío, mire curioso por la puerta y la vi de rodillas frene al váter.

―Bebé― hice leves círculos en su espalda y con la otra mano sostuve su cabello.

Ella estuvo por algunos minutos desechando todo lo que consumió la noche anterior, luego algunas arcadas y finalmente tiro de la cadena, se levantó con bastante debilidad, tome su rostro entre mis manos, estaba pálida como papel.

― ¿Cómo te sientes, amor?

―Como si un camión me hubiese arroyado― alejo mis manos y lavo sus dientes.

―Todo estará bien, amor. El lunes será un gran día.

―Si― termino de lavar sus dientes y luego se echó algo de agua en el rostro. Le pase una toalla para que se secara― ¿Me abrazas?

―Claro que si― envolví mis brazos en su cadera― Baby, vamos a bañarnos ¿sí?

―Ajá― murmuro mientras besaba mi cuello― Te quiero tanto, Abraham.

Sonreí como un bobo enamorado― Yo a ti, _____― bese su mejilla, junte nuestras frentes y roce nuestras narices― Sois lo más importante que tengo en la puta vida.

—y tú para nosotros— beso mis labios, despoje su cuerpo de la pijama, bese su hombro y seguí a su cuello.

— Anoche pensé demasiado en todo ¿sabes? En posibles nombres, en cómo será, si sacara tus lindas facciones o tu lindo cabello, o si sacara todo de ti, lo que no me molestaría en lo absoluto, pero también rondo por mi cabeza, nuestros padres— ella suspiro.

― Lo he pensado desde que dio positivo el test, pensé en hacer una cena.

Nos metimos en la ducha, bese sus labios y nos fundimos en un romántico beso de película, el agua comenzó a caer sobre nuestras cabezas y la alcé, sus piernas quedaron en mis costados, baje mis labios a su cuello, echaba de menos a mi chica, desde que habíamos llegado no tenía algo de contacto físico con ella.

―Nos escucharan― susurro aferrándose a mí para no caer.

― ¿Que con eso?― sonreí― somos novios, estamos esperando una criatura y lo más normal es tener algo de intimidad.

―Lo sé, solo me da vergüenza― beso mi mejilla, entre en ella lentamente, eco su cabeza hacia atrás dejándome su cuello libre, aproveche a dar unos cuantos besos en la zona y sonreí― Joder― gimió.

La mejor ducha de mi vida, cada día mis sentimientos eran más fuertes por ella, cada vez que me miraba y sus ojos brillaban o cada vez que sonreía, era la mejor sonrisa que había visto nunca, me sentía como un bobo, en que momento deje de pensar con cordura, en que momento cambie de opinión respecto a los niños, en que momento ella se adueñó de todos mis pensamientos y de mi futuro. La odiaba y ahora la amo más que a nadie en este planeta, algo que ella aun no sabrá porque es muy pronto, porque aunque tendremos un hijo ella solo sentía cariño por mí, solo me quería, sabía que su corazón no estaba al cien por ciento conmigo, era muy pronto y lo entendía, me costaba pero lo hacía.

La mire mientras se vestía y sonreí, me acerque a ella y bese su hombro, pasó una mano por mi nuca y sonrió viéndome por el espejo.

―Te quiero― murmuré en su oído.

―Te quiero más― giro en mis brazos y pasó sus brazos por mi cuello para besarme― nuestro bebé tendrá mucho amor― dijo sonriendo.

―Ya verás que seremos los mejores padres del mundo, aprendemos lento, pero le daremos lo mejor― acarició mis brazos y sonrió.

―Gracias por quedarte.

―Claro que me iba a quedar― murmure― No voy a dejarte sola en esto.

El día de hoy hacía bastante calor como para colocarse ropa, simplemente me puse un pantalón corto o short, como quieran llamarle en realidad y unas zapatillas blancas, en cambio _____ se puso un vestido veraniego y que le quedaba realmente precioso, junto a unas sandalias a juego.

― Hola guapa― dije coqueto, jugando un poco con ella.

―Hola― sonrió y me miró, dos bellos luceros.

―Me preguntaba si tenías novio― Sonreí.

― Mmm... si― hizo puchero.

―No soy celoso― puse una mano contra el closet acorralandola.

― Él si lo es― dijo y jugo con su cabello.

― Si nos besamos no se enterara― Sonreí y acerque mis labios a los de ella.

― ¿Me lo prometes?― dijo risueña.

―Lo prometo― y me beso antes de que yo pudiera hacerlo.

Luego de dejar nuestra sesión de besos decidimos bajar a desayunar, mientras nos dirigíamos a la cocina intercambiamos algunas palabras sobre la gran cena. Al llegar esta quedo en silencio y todos pusieron sus ojos sobre nosotros.

― Buenos días― salude y me acerque a un mini pancake y lo eche en mi boca.

― ¿Cómo amanecieron?― pregunto _____, mientras se preparaba un cereal.

―Mejor que ustedes no― _____ se sonrojo y me miro molesta, alcé los hombros.

―Cierra la boca, Trevor― sonreí. Tome dos vasos y serví jugo de naranja en ellos, luego me acerque a ____ para dejar uno de los vasos frente a ella, tome del mío.

Ella de igual forma me entrego un tazón de cereal con leche. Le agradecí y comencé a comer mientras me unía a la conversación de los chicos, por lo que escuche tenían planeado estar en piscina y no salir de allí por un largo rato, mis planes eran diferentes, quería llevar a ____ de compras, teníamos muchas cosas que comprar para la llegada del bebé y no quería esperar ni un minuto más, estaba jodidamente ansioso.

― ¿Vas a comer algo más?― le pregunte a mi chica cuando vi que dejo su tazón en el fregadero.

―Quizás un sándwich este bien― murmuro.

―Vale, yo te preparo uno― bese su mejilla y busque las cosas para preparar su sándwich, uno muy simple de nutella con mermelada de frambuesa.

Lo deje a su lado y subí para ponerme una polera y una gorra, mi cabello últimamente se está poniendo rebelde. 

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Os amo un chingooo.

Kate.

No Me Dejes Nunca (Abraham Mateo Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora