MI CHICA DE PAPEL:

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-Bueno si eso es lo que quieres, yo voy primera. Te voy a hacer una pregunta y quiero que me la respondas sinceramente. Ok?
-Si, de acuerdo.
-En estos últimos años he visto como me miras en el Instituto de las Artes.¿Por qué?
-Porque... es algo complicado-. Sd levanta y se dirige a la cocina.-Voy a preparar algo, no vaya a ser que de nuevo te desmayes-.Se ríe.
-No te preocupes, supongo que es corto lo que me tienes que decir, pronto comeré en mi casa. Aunque no quiero regresar a ese maldito infierno...-Me duele la cabeza de sólo pensarlo, me siento en una de las sillas de la mesa pegada a la cocina y veo que ella se ve preocupada. Y me doy cuenta que lo he dicho en voz alta.-Perdón, olvídalo.
-No, hablemos de eso, si es lo que quieres.
A la final, pienso que eso sería bueno, no tengo ningún amigo para hablar de estas cosas, no estaría mal terner una.-Sí, si quiero, gracias.
-Ok, mientras cocino te voy escuchando.
-Mira, mi familia si se puede llamar así, tiene muchos problemas, mi madre no ha coseguido un buen trabajo desde que mi papá no está con nosotras, y eso es decir ya unos 11 años, César, su nuevo esposo es un borracho, y aunque tenga dinero eso no lo salva de ser cabrón. Y por último mi media hermana, es una engreída y sobre todo una perversa sobre todo conmigo. No me siento nada bien en esa casa, te lo juro, las peleas, mi madre es un completo desorden y bueno César, bueno él...-siento como se me hace un nudo en la garganta y me pican los ojos, sé que voy a llorar, me tapo con la cara con mi manos y lo hago. Si, me desahogo, porque eso está bien. No puedo reprimir siempre lo que siento. Algún tiempo atrás leí que es mejor hablar con alguien desconocido que con quien conoces de todo la vida. Pues listo! Se siente bien. Mejor de lo que creía.
-Ey, gacias por haber hablado conmigo. Es mejor hacerlo que callarlo-.Dice apagando la licuadora y viniendo hacia mí, me abraza fuerte, y retira mis manos de mi cara, eso me asusta un poco, nunca había tenido a alguien que me escuche ni que me abraze, este dia es diferente a los demás y hay algo que me dice que no va a ser el único.
Ella está a unos centímetros,me doy cuenta lo hermosa que es su piel, es suave y bronceada, me seco las mejillas y respiro.
-No, gracias a ti. De verdad.
-No es nada, linda. Ven ya acabé de cocinar.
No había escuchado hace mucho tiempo esa palabra: linda, recuerdo que mi padre me lo decía y otras como corazón o tesorito. Él era un hombre muy cariñoso y atento.
Veo que hay dos malteadas y dos platos con sandwich y papas fritas. Ayudo a poner la mesa (pequeña, como para 5 personas). Ella coloca velas de color verde y morado y las enciende. Es muy acogedor este lugar.

-Siéntate porfavor.

Asiente, me siento junto a ella y la miro, no había notado lo hermosos que son sus rasgos. Estamos a pocos centímetros de besarnos.