III ¿POR QUE?, parte9.

687 8 0
                                    

Pareciera ser el típico perfil

de alguien que está llevando una vida de

frustración, arrastrando una existencia no grata, y

de repente encuentra una fuente de satisfacción, o

de placer o de felicidad, que es esta muchacha,

Anney. Por similitud con otros casos, a veces hay

situaciones en las que no se entiende fácilmente

cómo es posible que alguien ponga en riesgo a sus

hijos, a su familia, su trabajo, cometa conductas

casi delincuenciales, por un novio que la golpea, o

por un amante que le provoca dolor pero le dice

que la quiere. Y en el fondo, la explicación es:

esta persona, Anney, se convierte en la única

fuente de gratificación vital para Gellinot. Por

similitud, he conocido muchachas que son parejas

de jóvenes malandros, traficantes de drogas en el

barrio donde viven, que las golpean, las humillan,

las denigran, las violan en su integridad, en su

dignidad, y sin embargo ellas siguen pegadas allí;

saben que quien está a su lado es un malandro, que

les hace daño, todos los amigos se lo dicen, pero

resulta que los ratos de placer que pasa con él, o

de gratificación, compensan un poco lo gris de su

vida. Una vida que no tiene ninguna otra fuente de

satisfacción, o de propósito. Eso por supuesto no

la excusa, ni la justifica. Pero al menos explica, al

igual que en el caso de muchas otras personas,

cómo se es laxo con el comportamiento del otro,

hasta el extremo de permitir que atente contra algo

tan sagrado como un hijo.

La condición de homosexual no explica este

tipo de conductas. Si acaso, la homosexualidad

pudiera incidir marginalmente en este caso, porque

algunas personas de esta condición tienden a

comportarse como expresiones de minoría, y que

sabiéndose minoría, desarrollan ciertas conductas

particulares de protección, prevención del

rechazo, de fortalecimiento de los nexos entre

ellos, para protegerse justamente de las críticas y

los ataques de los otros. Eso sucede con los

homosexuales, y con cualquier otra minoría racial,

étnica, religiosa, política. Es ese querer aferrarme

del otro que comparte mi misma condición,

justificando ciertas cosas. Extremar la fortaleza

del afecto con los míos. Para nada se ha

demostrado que la homosexualidad, como opción

sexual de vida, justifique o tenga relación con este

El grito ignorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora