Pareciera ser el típico perfil
de alguien que está llevando una vida de
frustración, arrastrando una existencia no grata, y
de repente encuentra una fuente de satisfacción, o
de placer o de felicidad, que es esta muchacha,
Anney. Por similitud con otros casos, a veces hay
situaciones en las que no se entiende fácilmente
cómo es posible que alguien ponga en riesgo a sus
hijos, a su familia, su trabajo, cometa conductas
casi delincuenciales, por un novio que la golpea, o
por un amante que le provoca dolor pero le dice
que la quiere. Y en el fondo, la explicación es:
esta persona, Anney, se convierte en la única
fuente de gratificación vital para Gellinot. Por
similitud, he conocido muchachas que son parejas
de jóvenes malandros, traficantes de drogas en el
barrio donde viven, que las golpean, las humillan,
las denigran, las violan en su integridad, en su
dignidad, y sin embargo ellas siguen pegadas allí;
saben que quien está a su lado es un malandro, que
les hace daño, todos los amigos se lo dicen, pero
resulta que los ratos de placer que pasa con él, o
de gratificación, compensan un poco lo gris de su
vida. Una vida que no tiene ninguna otra fuente de
satisfacción, o de propósito. Eso por supuesto no
la excusa, ni la justifica. Pero al menos explica, al
igual que en el caso de muchas otras personas,
cómo se es laxo con el comportamiento del otro,
hasta el extremo de permitir que atente contra algo
tan sagrado como un hijo.
La condición de homosexual no explica este
tipo de conductas. Si acaso, la homosexualidad
pudiera incidir marginalmente en este caso, porque
algunas personas de esta condición tienden a
comportarse como expresiones de minoría, y que
sabiéndose minoría, desarrollan ciertas conductas
particulares de protección, prevención del
rechazo, de fortalecimiento de los nexos entre
ellos, para protegerse justamente de las críticas y
los ataques de los otros. Eso sucede con los
homosexuales, y con cualquier otra minoría racial,
étnica, religiosa, política. Es ese querer aferrarme
del otro que comparte mi misma condición,
justificando ciertas cosas. Extremar la fortaleza
del afecto con los míos. Para nada se ha
demostrado que la homosexualidad, como opción
sexual de vida, justifique o tenga relación con este