III ¿POR QUE?, parte final.

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Debe ser una investigación sin

mediaciones de poder, de dinero o de estatus.

Quien no la debe, no la teme. Tendrá alguno que

admitir que falló en su responsabilidad, por

descuido, sin intención, pero es una cuota de

responsabilidad.

Lo cierto es que es un caso que escapa al

simple homicidio con saña, de una gente mala, en

contra de un bebé indefenso. Eso es solamente el

comienzo. La cantidad de aristas que esto tiene,

desde el punto de vista de sociedad, de

comunidad, de relaciones sociales, de respuestas,

de inoperancia, hace que esta narración, cobre

valor. Esto debe ser una especie de campanada de

alerta. Que Dayan sea el último. Que hagamos

algo. Que la próxima vez un tribunal de menores

actúe con conciencia, que un médico a la hora de

firmar un reposo lo piense tres veces, que cuando

una maestra vea la mínima señal de maltrato acuda

a las autoridades, que cuando un vecino oiga o

detecte algo extraño actúe de inmediato, que la

próxima vez, que la próxima vez, que la próxima

vez... que aumentemos las posibilidades de que

esto no ocurra.

Aquí hay gente que dice que la maldad siempre

estará entre nosotros. Es un tema complicado. Se

afirma que hay un porcentaje muy pequeño de

gente mala, un porcentaje muy pequeño de gente

buena, y un porcentaje inmenso de buenos o malos

situacionales. Soy bueno o malo, dependiendo de

las consecuencias. Es una lectura un poco dura,

pero tiene cierta evidencia empírica. Eso no es

nada nuevo en psicología. Como dije antes, tú no

puedes, como sociedad, confiar simplemente en

que la maldad no aparezca, o que la bondad reine.

Tú, como sociedad, tienes que crear los

mecanismos de socialización, de respuesta de

instituciones, que hagan que la conducta de maldad

sea costosa. Tienes que crear la disuasión para que

a la hora de yo actuar con maldad, tenga que

pensarlo, y concluya que me va a salir carísimo, y

entonces decido no hacerlo.

No hay pueblos buenos ni pueblos malos. Hay

pueblos que se comportan de una manera, o se

comportan de otra, dependiendo básicamente de

las consecuencias. Lo que tenemos que hacer es

subir el costo a las conductas de maldad, o a las

conductas agresivas y violentas, para que no se

produzcan, porque de lo contrario, van a ocurrir.

Porque si es más barato delinquir que no hacerlo,

los delitos se van a producir. ¿Se puede lograr en

100 por ciento de los casos, que la sociedad

aprenda a no actuar con maldad, ni con violencia?

No es fácil, ni rápido, ni probable. Pero dado que

la conducta, es esencialmente aprendida, es

perfectamente posible. A eso debemos tratar de

llegar. Y hacia allá tenemos que orientar nuestros

esfuerzos como país.

El grito ignorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora