Doris Oropeza
A pesar de su divorcio, Doris se sigue
identificando como la esposa de Mateo: Doris
Oropeza de Akel, de 37 años, se declara cristiana
bautista. Tuvo dos hijas de su matrimonio, que
para 2012 tienen 18 y 12 años. Casada desde
1992, se divorció en 2010. Públicamente mantenía
excelentes relaciones con Mateo, quien para
amigos comunes, «nunca dejó de quererla y
pretendía una reconciliación». Ella, al parecer, no.
Los funcionarios policiales registraron testimonios
de amigos de Doris que comentaban que ella había
decidido tiempo atrás que su felicidad estaba al
lado de las mujeres. Se divorciaron bajo la manera
más expedita, apelando al artículo 185-A del
Código Civil, el cual permite hacer efectiva y
legal la separación, en muy poco tiempo.
Doris —tía de Anney y hermana de Valentina,
ambas imputadas— es referida como bonita,
delicada y gentil. Sus amigos aseguran no haberle
conocido novio, antes de Mateo. «De origen
humilde, su mamá trabajaba en el área de limpieza
de la policía, y con ella siempre fue estricta en lo
de la conducta», aseguran. Se dedicó al comercio,
vendía ropa por encargo. Luego con el apoyo de su
marido, montó un local llamado La Casa del
Pastelito, que se convirtió en visita obligada de
muchos comensales en Guanare. Ella misma
administraba el local, con tanto éxito, que para el
momento de la muerte de Dayan estaba todo listo
para abrir una sucursal, mucho más grande.
Al ser detenida, Doris tenía menos de dos
meses de haberse realizado una operación estética,
para aumentarse las mamas y reducirse grasa en el
abdomen. Ella, como el resto de los imputados, fue
objeto de evaluación psiquiátrica. El Ministerio
Público quería dejar claro que los detenidos eran
imputables, que sabían diferenciar el bien del mal.
El examen mental realizado por psiquiatría
forense, describe a Doris como «angustiada». Y
agrega: «da una versión en cuanto al niño, luego da
otra, y pregunta si eso la compromete más en el
problema». Otros elementos a destacar, son: «su
excesiva terquedad, escrupulosidad e
inflexibilidad, en temas de moral, ética y valores;
preocupación por los detalles, las normas, las
listas, el orden, la organización de los horarios,