Corazón travieso (BTS JM)

XLIX - Sensible

~NARRA HA NEUL~

—¿Qué nombre le pondremos al bebé? —preguntó Ji Min ahora que estamos tumbados en la cama y él hacía círculos en mi vientre.

—Ji Min... el bebé solo está en el primer trimestre, ya pensaremos en el nombre más adelante —reí.

—Seré padre. Pronto alguien me llamará appa y correrá hacia mi dentro de la casa. ¿No estás emocionada? —preguntó poniéndose de lado para ver mi cara.

—Claro que lo estoy. Estoy emocionada pero estoy aún más feliz —dije y le abracé. Olí su cuello, estoy adicta a su olor. 

Me desperté por el dolor de cabeza. Ji Min me tenía abrazado por lo que aparté sus brazos y rápidamente fui al baño porque tenía ganas de vomitar.

Me puse delante del vater y vomite mientras agarraba mi vientre. Sentí que alguien me acariciaba por la espalda. Era Ji Min que me había seguido.

—Shhh... —dijo acariciandome por la espalda. Él me ayudó a levantarme porque sentí que había perdido las fuerzas. Me limpió los labios delante del lavabo y luego le abracé. 

—Ji Min...

—¿Qué pasa?

—Te amo Ji Min —dije y me cargó depués de pasarme un paño por los labios.

—¿Normalmente las embarazadas son así de dulces cuando acaban de vomitar? —rió y me acostó en la cama de nuevo. Le di un leve golpe en el brazo y me tapó con la manta.

—Duerme mi amor, yo también te amo.

—¿A dónde vas? —pregunté porque no se tumbó en la cama.

—Iré a preparar el desayuno. Son a la seis. Yo haré el desayuno...

—Ji Min... —agarré su mano. Le quiero a mi lado. No sé, pero no quiero que se vaya.

—¿Qué?

—Quédate aquí, ¿por favor? Quédate a mi lado —dije bajito.

—Pero...

—¿Por favor? —dije. Me sonrió y se tumbó a mi lado. Pasó su brazo bajo mi cabeza y enseguida le abracé. Me acariciaba por el pelo mientras que me acariciaba también el vientre con cuidado hasta que me quedé dormida de nuevo.

De repente me desperté, miré el reloj de pared y eran a las 9 am. ¡Mierda! ¡Llegamos tarde! Corrí bajando las escaleras hasta el comedor cuando Ji Min gritó de repente por lo que me detuve. Seguro que me regaña.

—¡Ha Neul! —gritó con una mirada afilada —¿Por qué corres bajando? ¿Qué pasa si te hubieras resbalado? ¿Qué pasa si te hubieras caído? Ha Neul sois dos ahora —dijo acercándose a mí y me tomó del rostro— No quiero perderte a ti y al bebé.