Corazón travieso (BTS JM)

LI - No me dejes

~NARRA JI MIN~

Seguíamos en hospital. Ha Neul aún no puede irse hasta que el médico lo diga. También estamos esperando los resultados del laboratorio para saber si pueden operarla estando embarazada. Pero tengo miedo por lo que le pueda pasar a nuestro bebé. Ha Neul no es la única que hay salvar, sino ambos así que tenemos que ser cuidadosos con nuestra decisiones.

—Hijo, por qué no vas a casa, llevas aquí desde anoche —dijo mi madre rodeandome por los hombros mientras que estábamos sentado. —Ve a dormir y duchar, luego vuelves.

—Pero mamá, yo quiero saber lo que dice el médico.

—Hijo, me quedaré aquí. Te llamaré si surge algún problema —dijo. Le di un abrazo.

—Gracias mamá.

Fui a casa a dormir pero cuando ya estaba tumbado solo me quedé mirando el techo pensando que milagro voy a pedir para que se cure Ha Neul y que nuestro hijo este a salvo.

Dormí como tres horas, después me di una ducha y me llevé ropa al hospital para no regresar a casa.

Pasé por la iglesia donde le pedí perdón a Ha Neul. No voy a rezar porque lo necesite. Voy a rezar porque yo creo que Dios que me escuchará.

Fui a la parte de delante a sentarme y empecé a rezar.

—Dios... —respiré profundamente— yo sé que no soy perfecto. Tampoco soy tan bueno. No merezco ir al cielo por todos mis pecado pero supongo que tengo derecho a rezar, ¿no? ¿Por qué Ha Neul? ¿Por qué nuestro hijo? ¿Por qué ellos? ¿Por qué no yo? Soy el que ha pecado en nuestra relación. Soy el razón de porque tuvimos un problema, pero ella me perdonó. Me amó aunque lo que hice es imperdonable. 

—¿Ahora puedes salvarla? No merece ser castigada, no merece ser lastimada... También salva a nuestro hijo, porque queremos cuidarle y verle crecer. Espero que Ha Neul se ponga bien porque... —Se me cayó una lagrima en el ojo.

—No podré soportar perderla. No voy a poder... 

Lloré. No me importa que la gente me mire porque estoy llorando, no pueden hacer nada. Siento tanto dolor. Tengo miedo, puede que en cualquier momento las pierda...

Cuando me calmé, pase por un restaurante y compré pollo frito para Ha Neul antes de ir al hospital.

Llegué al hospital y cuando ya estaba en la puerta de la habitación de Ha Neul la escuché gritando.

—¡No quiero eso! ¡No quiero! ¡Está amargo! ¡Quiero irme a casa! ¡No me gusta estar aquí! —sollozó.

Abrí la puerta y vi a mi madre dándole el medicamento. Me miraron las dos y enseguida dejé lo que traía en la mesa. 

—Sshh... amor, no llores... —dije calmado y miré a mi madre que tenía la medicina y el agua.