Corazón travieso (BTS JM)

LII - Te amo para siempre

Último capítulo.

~NARRA JI MIN~

Estoy haciendo el almuerzo mientras que Ha Neul esta en sala de estar comiendo fruta. Ahora la vigilo más, nunca la dejo subir o bajar las escaleras sin mi porque me da miedo que le pasé algo en cualquier minuto. 

También subieron la dosis de su medicamento por lo que pasó la semana pasada, que tuvo un ataque. Me preocupa un poco también que los medicamentos vaya a afectar al bebé por lo que semanalmente Ha Neul se realiza una prueba prenatal para ver si está bien. 

Ha Neul esta su octavo mes de embarazo y hasta ahora ella no quiere saber el sexo del bebé. Quiere que esto sea una sorpresa. Así que aunque estaba emocionado por saberlo, seguí lo que ella quería. 

Me asomé a verla en la sala y se estaba riendo del programa que está viendo.

—Ha Neul vamos a comer —dije y cogí su mano para que se levantara. Ella ahora camina lento, porque dice que siente como se cansa y que su corazón late más rápido por lo que yo mismo hago todo. 

La hice sentar y luego me senté a su lado. Le serví la sopa de verduras que había modificado de sabor un montón de veces para que le gustara. Pero las verduras aunque les modifiques el sabor siempre sabrán a verduras. 

—Ji Min... otra vez eso —dijo al ver la comida.

—No te preocupes amor, es para tu salud. ¿No habíamos hablado ha de esto? —dije y ella solo asintió.

—Venga come. Aah... —dije dándole una cucharada de la sopa y se lo comió— Después de comer te voy a enseñar algo.

—¿Hmm? ¿De verdad? ¿Qué es? —preguntó entusiasmada pero le di otra cucharada de nuevo—Es un secreto —dije con una sonrisa.

Terminamos de comer y subimos arriba en mi habitación de antes. Como ya dormimos en la misma habitación este ya no tiene nada, pero hice algo ella que espero que le guste.

—¿Estás preparada amor? —dije y agarré su vientre. 

Al abrir la puerta, el agarre de Ha Neul en mi brazo se hizo más fuerte. 

—¿Algún problema? 

—¿Eh? No... puede que haya un fantasma... —dijo y me sonrió.

—¿De verdad Haneul? —pregunté porque sé que le duele algo. 

—Es que... me dolió de repente. Pero... —agarró mi mano que estaba en el pomo de la puerta— No te preocupes, ya se me ha ido. Venga que quiero verlo.

—¿Estás segura?  

—Aja... —dijo asintiendo y ella misma abrió la puerta completamente. Sonreí al ver lo que hice.