XIX

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Alaric

Era la última clase, viernes por la tarde, Liv estaba sentada atrás de mi, como siempre, le pasé una nota, quería saber que haría esa tarde.

>> Hola, me preguntaba si querías salir a comer algo conmigo <<

<< Hola, esta bien >>

Fui tan feliz, como nunca, era mi oportunidad de lograr enamorarla. La última hora se pasó muy rápido, parecía que todo el mundo se había puesto de mi lado.

-Liv, ¿a donde quieres ir?... Le pregunté, aún no sabía que lugares le gustaban, de hecho no sabía sus gustos.

-Esta bien cualquier lugar, no hace la diferencia.

-Esta bien si vamos a una cafetería que queda cerca de casa,¿que te parece? -frunció un poco el ceño y luego me miro.

-Mmm... si, creo que está bien.

-¿Prefieres ir a otro lugar? -pregunté cuando noté la duda en sus ojos.

-No, lo que pasa es que casi no me gusta salir de mi casa, es sólo eso.

-Ok, no es problema, te haré como sentir en casa no te preocupes.

-¿Sabes manejar? -Me preguntó mientras sacaba las llaves del auto de su bolsa de mano.

-Si, aunque no tengo auto -Comencé a reír.

Me observó riendo y parece que le contagie la risa por que pude escuchar una pequeña risita que salió de su boca. Me dio las llaves de su auto y me pidió que manejara por ella. Desde el instituto hasta mi casa, era en promedio una hora y media de ida y vuelta, así que iba a ser un viaje un poco largo.

Durante el camino, tenía pensado platicar con Liv, pero parece que estaba cansada, pues a apenas salimos del instituto ella cayó rendida, se veía tan hermosa, me producía una gran ternura como dormía.

-Liv... Liv... Liv -susurré para lograr despertarla.

-Dime...

-Hemos llegado -le dije mientras estacionaba el auto.

Parecerá una ñoñería, pero ese día, después de estacionar el auto, me bajé lo más rápido que pude, le abrí la puerta y tomé su mano ayudándola a bajar. Entramos a la cafetería, saludé a todo mundo que conocía, mientras ella me miraba muy desconcertada.

-¿Pasa Algo?

-Conoces a muchas personas para ser nuevo en la ciudad -Me dijo sarcásticamente.

-Jajaja, no es así, es que yo trabajo aquí.

-¿Por eso quisiste traerme aquí verdad?

-Pues, a decir verdad es el único lugar que conozco -le sonreí, mientras una de mis compañeras de trabajo se acercaba hacia nosotros.

-Hola chicos ¿qué van a ordenar?

-Hola Kate, ¿nos puedes traer un americano? por favor.

-Claro, ahora se los traigo... Se alejo y mire a Liv.

Sus ojos verdes brillaban contra la luz de la cafetería. Duro muy poco el tiempo que estuvo nuestro café en la mesa, pues parecía haberse tardado más el que lo trajeran que el que nos lo tomáramos. Terminamos el café y decidí llevarla a casa.

-Liv, ¿en donde vives?... Pregunté mientras salíamos de la cafetería.

-Cerca de la antigua barranca .

-Muy bien te llevo... Me note un poco entusiasmado, no podía evitarlo.

Todo el camino, no dejaba de voltear a verla, mientras más la contemplará mejor. El viaje no fue nada largo, máximo, pude haber hecho 10 minutos.

-Llévate mi auto... Me miró mientras me regresaba las llaves.

-No, no puedo hacerlo, pero de todos modos, gracias -Sonreí

-Bueno, como quieras -Su contestación fue muy seca.

Me acerqué a ella, le di un beso en la mejilla, le susurré en su oído:

-Nos vemos.

Después di media vuelta y comencé a caminar.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora