XLIX

1.3K 56 1
                                    

Liv

Por la mañana, me levante llevando conmigo la sábana que nos cubría a Alaric y a mí, me acerqué a la ventana y observé todo lo que había quedado de la noche pasada. Regresé a la cama junto a él y volví a dormir.

Escuché un ruido que provenía fuera de la habitación, tomé la camisa de Alaric y me la puse encima, salí ha revisar fuera y no miré nada ni a nadie, bajando las escaleras se escuchaban un par de voces, al parecer eran Hugo y Lluvia, también estaba Alaric.

-Pequeña, pensé que estabas dormida.

-Traté de dormir más tiempo, pero ya no podía - me acerqué a la mesa donde estaban sentados.
-Hugo, perdona todo el desastre que hemos dejado, ya lo limpiaremos.

-No te preocupes, no estaremos por la tarde, la encargada llamará a la limpieza - me respondió muy tranquilo.

Todos desayunamos juntos, bromeamos, platicamos de todo lo que había sucedido la noche anterior, del increíble regalo que le había dado Hugo a Alaric. Al terminar Alaric y yo caminamos fuera, él se sentó en una de las banquitas que quedaban frente a la piscina y yo lo acompañé a un lado, trató de abrir un pequeño hueco para mí.

-Oye, hermosa -cerré los ojos.

-Dime - comencé a girarme hacia él y juntarme cada vez más a su pecho.

-Te amo, mi amor.

-También te amo demasiado.

-Jajaja, sabías que te vez hermosa, tal y como un amanecer.

-No juegues, estoy horrible, no me he arreglado ni nada.

-Sí es cierto, pero eso es la mejor parte, eres hermosa aún sin nada que oculte tu hermoso rostro.

-¡Ay!, te adoro muchísimo mi vida - le respondí con un beso.

-Venga, hay que regresar a casa ¿recuerdas?

-Lo sé pero no me quisiera ir nunca -bajé la mirada.

Me apartó para lograr levantarse, me tomó entre sus brazos y me cargó hasta la habitación, nos bañamos, nos alistamos. Lluvia se había portado muy linda, nos había arreglado la ropa que habíamos usado en la noche, así que sequé mi cabello y volví a ponerme mi sombrero negro. Tomé las llaves de mi auto y se las di a Hugo, él me había dicho que me llevaría el auto después, mientras tanto Alaric y yo nos subimos en el nuevo auto, intenté acomodar todos sus regalos dentro del auto, le quitamos el moño y salimos para ir de regreso a casa.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora