LVII

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Liv

Estaba con las chicas caminando por la playa, íbamos de regreso con los demás para volver a la casa, todas eran realmente diferentes conmigo, en ocaciones me decían campeona pues por cierta parte se sentían totalmente orgullosas de mí por haberme defendido de esa pinche pronta.

-¡Oye, Liv! ¿tú y Alaric han pensado en casarse? - Luna preguntó.

-No, aún no, pero aún no sé si esté completamente lista - respondí un poco nerviosa.

-Venga, corazón - Renne tomó la mano de Luna - si yo fuese hetero, me encantaría tener un novio como él - Luna la miró -Pero tú tranquila, mi amor, sólo soy tuya.

-Jajaja, es obvio que lo amo y lo amo demasiado, y sí estaría dispuesta, pero por ahora no quiero hacer nada de ésto ya que prefiero que él llegue a ser un grande en la música - Sonreí ligeramente.

-Wen, ¿cómo conociste a Agus? - Amy preguntó.

-Pues, verás, estaba desayunando en una cafetería cercana de su casa, de pronto él entró, yo no le había tomado importancia, llegó y ordenó, se había sentado en la barra, de pronto ya estaba sobre mi hombro, me preguntó que sí podía desayunar conmigo y acepté, me hizo reír muchísimo y de pronto comenzamos a salir más y me preguntó si quería ser su novia y acepté.

-¿Ya lo has desbragado? - Karla preguntó, algunas se sorprendieron por su pregunta.

-Jajaja no, se aprieta el güey - Wen rió.

-¿Y que hay de ti, Abril? - Amy preguntó.

-¿Qué?, ¿que si ya me lo he tirado? - Contestó con una enorme sonrisa.

-Ajá... -contesté burlona.

-¡Qué va!, apenas somos novios -rió un poco y nos miró - Pero puedo decir que no está mal.

Seguimos caminando, a lo lejos podíamos ver a los chicos festejar, parecía que habían cargado a Alaric pero no le tomé importancia, pues sabía que se estaba divirtiendo.

Faltaba poco para llegar con ellos, los miramos y ya estaban un poco adormilados, tomé las manos de Alaric y un instante después estaba sentada en sus piernas, miré los cigarrillos que estaban sobre la mesa, encendí uno y comencé a fumar. Fue larga la noche, seguíamos de fiesta (si se podía llamar así), a lo lejos se notaba el amanecer, todos regresamos a la casa, cada uno a su habitación y en unos instantes todo se envolvió en un silencio, todo estaba muy tranquilo.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora