XCIX

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Alaric

Regresé al hospital, pedí que nos dejarán solos a mí y a Liv, obviamente junto con Masha. Encendí el televisor y cargué a Masha entre mis brazos, era muy tierno y hermoso verla dormir, era como un pequeño angelito.

-Hola - dije con una voz suave - ¿cómo te sientes?

-Hola, bien, amor - contestó Liv.

-¿Quieres algo? 

-No, estoy bien así - me sonrió - Ven, acuéstate conmigo.

Liv se movió, me senté junto a ella, le dí a Masha y crucé mi brazo por detrás de su cuello; ella se recargó en mí y nos quedamos un largo tiempo así, no dijimos ni una sola palabra, lo mejor era disfrutar el momento como familia.

Los siguientes días parecían ya una rutina, algunas veces venían a vernos tanto Hugo y Lluvia, como Luca y Amy, como también  nuestros demás amigos.

-Alaric… -Liv me habló.

-¿Qué pasó, amor? - Contesté.

-¿Cuándo podremos irnos a casa? - Preguntó.

-Muy pronto- contesté.

-Pero yo ya me siento bien, ¿por qué no ahora?

-Porque la doctora debe decidir si ya pueden salir tanto tú como Masha.

-Es que ya no quiero estar tanto tiempo acostada.

-Sí, te entiendo, pero es por tu salud, amor - Contesté - Voy a bajar a la cafetería, ¿quieres que te traiga algo?

-Sí, quiero algo dulce.

-Vale,  ahora regreso.

Era medio día, en el cielo se podía notar. Llegué a la cafetería, compré un café y unas galletas para Liv. Regresé con ella y empezó a comer, espere a que terminara.

-Liv, ¿sigues ahí? - le pregunté.

-Sí, pero tengo sueño - contestó.

-Descansa, amor. Duerme un poco, lo necesitas.

-Sabes que te amo mi vida, ¿verdad?

-Sí, yo también te amo, mi amor…

Un rato más tarde se quedó completamente dormida, al igual que Masha, mientras estaba a un lado de su cama. De pronto,  los monitores comenzaron a sonar, Liv comenzó a convulsionar. Las enfermeras y la doctora llegaron hasta el cuarto, me sacaron junto con Masha. 

-¿Qué es lo que pasa? - Pregunté cuando la doctora fue a verme a la recepción.

-No lo notamos, tiene una hemorragia interna y ya ha dañado varios órganos y su estructura en ellos… tuvimos que inyectar un sedante para que dejara de convulsionar.

-Entonces, ¿qué hay que hacer?

-No queda mucho, lo más importante es tratar de parar la hemorragia, pero mientras ella siga convulsionando no lo lograremos.

-Pero pueden operarla e inducirle un coma, ¿no es así?

-Sí, pero es peligroso, corre el riesgo de no despertar.

-¿No hay nada que puedan hacer? - Pregunté.

-Sólo queda esperar a mañana que despierte e inmediatamente empezar con la cirugía.

Regresé adentro con Liv, me senté a un costado de su cama mientras cargaba a Masha e intentaba que volviera a dormir pues el sonido que habían hecho los monitores la habían despertado.

A la mañana siguiente, tal como lo esperábamos, Liv despertó, pero nada bien, estaba muy pálida, se veía triste, parecía que estaba enferma. Salí al corredor y la doctora me alcanzó.

-Alaric, necesitamos un donador de sangre, supongo que la tuya es similar a la de Liv.

-Sí, eso creo.

-Está bien, ahora mando a una enfermera para que tome la que necesite.

Llamé a los chicos para que estuvieran con Masha y no se quedara sola mientras iba a que tomaran mi sangre. Esperaron hasta el anochecer para poder hacer la cirugía, al parecer no tenían el equipo necesario para la operación, mientras tanto, le pusieron la bolsa de sangre a Liv para que tratara de recuperar sus fuerzas. Unas horas antes de que la cirugía comenzara, pedí uno momento a solas con Liv.

-Mi amor - acaricié su mejilla.

-Hola, mi vida - contestó un poco débil.

-Te ves muy hermosa - le sonreí.

-Jajaja… sí que eres un mentiroso - trató de golpearme.

-No, para nada - reímos - es la verdad.

-Alaric - sus ojos enrojecieron - te amo y amo a Masha, quiero que se lo repitas todos los días - una lágrima cayó por una de sus mejillas.

-Mi amor, te amo, eres lo más importante para mí, al igual que Masha. Ustedes dos son mi felicidad - dejé escapar una lágrima - así que cuando todo ésto termine podrás decirle todo eso a nuestra pequeña.

Amy entró en la habitación y me dio a Masha, la tomé en mis brazos, se la acerqué a Liv y se la di para que la cargara.

-Hola, mi pequeña - Liv le sonrió - te adoro, pequeña; tu papi te va a cuidar muy bien mientras no estoy, pero quiero que sepas que siempre vas estar en mi corazón. Te amo.

Los monitores volvieron a sonar, Liv tan sólo empezó a decaer. Tomé a Masha y la giré hacia mi pecho; una luz roja comenzó a parpadear y de pronto un 'Bip' largo sonó inundando la habitación. Varias enfermeras llegaron y vieron lo que estaba pasando, rápidamente llamaron a la doctora, yo podía escuchar todo lo que pasaba. Mi temor, mi miedo, mi ira, mi decepción, mi impotencia y mi tristeza aumentaban a medida que pasaban los segundos.

-¡No responde! - Ximena revisaba los monitores.

- Es un paro cardíaco - contestó la doctora - la sangre ha dejado de bombear al corazón y a los órganos.

-¡Necesitamos el desfibrilador! - Ximena gritó.

Masha lloraba; parecía que todo iba acabar ahí, que ya no había más por hacer, las esperanzas se desvanecían.

-¡Cargado!

-Vamos ahora… ¡Despejen!

-No hay respuesta.

-Va de nuevo, aumenta la carga.

-Listo…

-Ahora… ¡despejen!

Repitieron una última vez y Liv ya no despertó.

-Ya no hay más que hacer - dijo la doctora -¿Hora del deceso?

-8:47 p.m.

La cubrieron con la sábana blanca que estaba sobre el resto de su cuerpo, desconectaron todo y salieron de la habitación,  mientras tanto yo miraba a quien era el amor de mi vida partir, irse, terminar, morir.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora