LXXXVIII

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Alaric

Esperé a que Liv se duchara, me quedé en la sala y encendí el televisor. Tenía algo de sueño pero se volvía molesto el tener que bostezar cada cinco minutos. Escuché cuando Liv salió del baño, aunque tenía ganas de molestarla como ella lo había hecho conmigo. Me recosté sobre el sillón y el sueño terminó invadiendo todo mi cuerpo.

-¡Alaric! - Liv me gritó.

-¿Qué pasa?  - Grité unos minutos después.

-Ven, por favor.

-Ahora voy - me levanté lo más rápido que pude, tallé mis ojos y fui a ver a Liv.

-Ayúdame a subir el cierre - Liv se giró, haciendo de lado su cabello.

Me acerqué a su espalda, puse mi mano sobre su cintura y la  otra subiendo en el cierre. Tomé su mano, hice que se girara hacia mí y dejé su mano sobre mi hombro.

-A unos cuantos días - dije lentamente - a unos cuantos días de poder hacer eterno el amor que siento por ti.

-Lo sé, amor, estoy realmente ansiosa.

-Hoy saldré con los chicos, así que no quiero que te quedes sola.

-Pero no importa, puedo cuidarme sola.

-Sí, eso lo sé, pero por cualquier cosa que llegase a pasar no quiero dejarte sola.

-Pero...

-Pero nada, voy a llevarte con Lluvia y bueno... Creo que quiere ayudarte con algo, no me ha dicho con qué.

-Está bien, sólo porque te preocupas.

Ayudé a Liv para hacer un poco de equipaje para el siguiente día, quizá no era tan necesario pero aún así quería que todo estuviera en orden. Un par de horas después subimos al auto y fuimos a casa de Hugo, los chicos ya me estaban esperando.

-¡Apúrate, güey! - Luca me gritó.

-Cállate, cabrón, que siempre eres tú el que llega tarde.

-¡Uy!, perdón - todos reímos.

-Vale, mi amor, tengo que irme. Sabes que te amo - tomé del cuello a Liv y la besé lentamente.

-Yo también te amo, mi vida.

Luca y los demás se acercaron hasta donde estaba y comenzaron a molestarme. Caminamos hasta la puerta, éramos un desmadre total y no nos importaba nada más. 

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora