FINAL

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Alaric

Regresamos del hospital hasta que la doctora decidió que Masha podía salir. Mi padre se quedó conmigo en casa, mientras él cuidaba a Masha, traté de dormir un par de horas.
Días después en el hospital nos pidieron llenar unos papeles y fue hasta entonces que nos entregaron el cuerpo. Acordamos el día en que enterraríamos a Liv, todos me acompañaban o al menos lo intentaban.

Desperté, era un día gris, apagado, sin sentido. Por la mañana aún seguía totalmente destrozado, no podía aceptar lo que sucedía, pensaba que ella seguía conmigo, que tan sólo había salido y que regresaría, que era una de esas tardes largas en las cuales ella salía al super o con nuestros amigos, tenía la esperanza de que fuera sólo un mal sueño del cual despertaría y ella estaría conmigo; seguía aferrándome a ella tanto como cuando estaba viva. A unos metros de mí, estaba Masha, tan tranquila, y tan inocente que era la única que aún me daba una pizca de alegría; le había pedido al mi padre que me ayudara a mover su cuna junto a mi cama.

Me quedé recostado en mi cama, en la otra habitación se habían quedado mi padre y todos nuestros amigos, una noche antes habían acordado estar conmigo. Giré hacia un costado donde ella acostumbraba recostarse, deslicé mi mano sobre la almohada, imaginando que ella estaba ahí. Después de un rato mi padre entró y me pidió que me alistara, ya que había llegado la hora de decir adiós.

Entré en la bañera, sin ganas, sin motivos, me sentía perdido completamente. Al terminar, tomé el traje negro que me había regalado en aquel maravilloso cumpleaños que preparó para mí. Salí lentamente de la habitación, al mismo tiempo cargaba a Masha entre mis brazos. Todos voltearon a mirarme, Luca y Amy fueron los primeros en abrazarme; mi padre tomó a Masha y se sentó en el sillón de la sala, no pude evitar que mis lágrimas corrieran al salir de mis ojos, caían sobre mis mejillas; sin embargo mi rostro seguía tan serio que ni siquiera me reconocía a mí mismo.

-Ven aquí - Hugo me dijo - todo va a estar bien, tranquilízate...Todos te vamos a apoyar.

Masha no podía salir de casa, tenía escasos días de haber nacido. Lluvia se ofreció para quedarse con ella, mientras salíamos al funeral. Subí al auto, trataba de distraer mi mente, pero no podía, todo parecía que terminaba.

-Tranquilo, vas a estar bien - Agus puso su mano sobre mi cabeza - tu pequeña te va a necesitar.

-Realmente no quiero volver a recordar - giré para mirar a otro lado.

-Ánimo, hermano, estamos contigo -dijo Luca.

No contesté nada. Llegamos hasta la iglesia, pensé que sería un lugar descuidado, horrible, como lo pintaban en las películas, pero no fue así, estaba realmente cuidado, el pasto era totalmente verde y la mayoría de las lápidas tenían flores por encima.

-Ven, acompáñame - escuché decir a Luca.

-Vale - contestó Agus.

Fueron detrás de la camioneta funeraria, los seguí y bajamos el ataúd para entrar a la iglesia. Un sacerdote llegó y quizá fueron una o dos horas que rezó por ella y dio un par de palabras.

-Bien, espero que dios tenga claras las razones por las cuales pidió esta alma que aún tenía un futuro por vivir. Apiádate de ella señor y manténla en el reino de los cielos.

Siguió con la ceremonia por algunos minutos más. Al terminar, cargamos el ataúd y lo llevamos hasta el panteón (estaba cerca de la iglesia). Todo estaba listo, un objeto estaba dentro de la lápida para ayudar a bajar el ataúd, alrededor adornado de flores y fotos de Liv con todos nosotros.

Luca y Amy comentaron algo antes de que todo terminará.

-Todo sucedió muy rápido, fue totalmente apresurado -dijo Luca.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora