XXVIII

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Alaric

No era muy tarde, iba algo tenso, y de seguro Liv lo notó ya que comenzó a hablarme.

-Alaric, ¿Qué paso ahí dentro?

-Nada Liv, no ocurrió nada -Sonreí intentando mentirle.

-¿Seguro?

-Si, tú no te preocupes -solté una sonrisa burlona

Nos quedamos un momento en silencio, se convirtió en algo incómodo, pues mientras más no íbamos acercando a casa, el tráfico aumentaba, el único alivio que había, era la música de la radio.

-¿Qué pasó con tus padres ?

-Pues, ¿por dónde empezar? Bien, te contaré otro poco de mi pasado, ya que llegaremos más tarde de lo que pensábamos.

-Adelante.

-Bueno, es relacionado con mis padres -Su voz se tornó triste.

-Tranquila, ahora me tienes a mi para apoyarte.

-Tengo vagos recuerdos de mi madre, casi no la recuerdo, mi padre nos había platicado a mi hermana y a mi muy poco sobre ella, sólo sé que murió por un tumor cerebral; prácticamente crecí sin el cariño de una madre.

-¿Y tu papá?

-¿Ese bastardo?, no lo veo desde que tengo 15- me detuve en el primer alto, noté que Liv sollozaba.

-Ven- me acerqué a ella y la abracé- Si no te sientes bien, ya no sigas ¿vale?

-Si, terminaré de decirte, contigo siento que por fin tengo en quien confiar y si vamos a estar juntos quisiera que conocieras todo de mi.

-Ok.-seguí conduciendo, hubo un pequeño silencio y Liv continuó.

-Antes de la muerte de mi madre, mi padre era una mierda con nosotras, a mi madre la golpeaba y si hubiera podido a nosotras también, eso no quiere decir que no lo intento.

-¿Pero qué carajo le pasa?

-¡Es estúpido! lo odio por completo -Dejó de sollozar y de inmediato el enojo se hizo notar en su rostro y en el tono de su voz.

-Liv, ya pasó, jamás tendrás que volver a verlo.

-Lo sé, pero me molesta, y mi hermana...

Decidí callar, pero quería saber todo de ella. Ya sé que es egoísta pero todo lo que me contaba de su pasado era interesante y totalmente destructivo.

-¿Cómo se llamaba tu hermana?

-Sophia... Éramos gemelas -mostró una sonrisa farsa. Le miré desconcertado.

-¿Que le sucedió? me dijiste que había muero -perdí totalmente la amabilidad y el tacto que tenía.

-La secuestraron ya hace mucho tiempo, íbamos caminando a la escuela, tomadas de la mano, lo recuerdo muy bien todo, un tipo se acercó a nosotras, separó nuestras manos y se la llevó. Mi padre nunca la buscó, era una boca menos que alimentar, así que prácticamente era su muerte. -No pudo evitarlo está vez, las lágrimas brotaron de sus ojos y caían por sus mejillas.

Habíamos llegado, me quité el cinturón de seguridad y de nuevo la abracé, ese sentimiento, el que me es imposible describir invadió todo mi cuerpo. Al mismo tiempo la tristeza me llenaba completamente pues el que alguien sufriera como lo hacía Liv me afectaba mucho.

-No pasa nada -le dije - Ya pasó- la miré directamente a los ojos.

Sentí ese ardor en los ojos, aquel que llega antes de comenzar a llorar, Liv lo notó cuando me miró, era inevitable, ella no podía sufrir sin que se me partiera el corazón.

-Ahora tus problemas son míos también ¿de acuerdo, pequeña? -deslicé mi dedo por su mejilla para borrar sus lágrimas.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora