41. ¿Otra vez tú?

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Tiana

Una día.

¡Un maldito día!

Un día que había tenido relaciones con Trent, y desde ahí no lo he vuelto a ver. Si estaba avergonzada por lo que había pasado en la playa esto no se compara con nada. Sigo sin creer que haya perdido mi virginidad con Trent ¡Con Trent!

Moraleja de las películas: en las fiestas NUNCA debes beber vasos de más, luego te pasa como a mi.
Puedes terminar humillandote o un caso peor, tener relaciones.

Después de que Trent y yo nos diéramos cuenta de que ninguno de los estaba vestido, nos miramos sorprendidos y volvimos a gritar despertando a las chicas.

Resumiendo ese desastroso día; Trento salió de la habitación ya vestido mientras yo me encontraba asustada por las miradas interrogantes de las chicas. Horas después de que me interrogaran, y como era el último día que pasábamos allí así a ir regresamos a casa. Todo el camino Trent y yo vinimos en silencio, pero no cualquier silencio sino uno incómodo. Ninguno de los dos quería hablar de lo que había pasado, estábamos tan avergonzados que ni siquiera podíamos vernos a la cara.

Lo único bueno del camino fue que Jennifer no se vino con nosotros ya que tenía que irse con Christian para que los dejarán en la misma casa. Almenos Jenn no le comentó nada a Travis.

Llegamos a casa, bajamos las maletas con ayuda de James y entramos. Jeremías se lanzó al suelo cansado como si hubiera corrido un maratón, mientras que Travis se lanzaba al sofá. Me despedí de James y de Trent con la mano y cerré la puerta. Sonreí divertida al ver que Travis no le había atinado al sofá y había caído de cara al suelo, hizo una mueca de dolor y negué la cabeza riendo. Caminé hacia las escaleras y subí a mi habitación. Iba llegando a mi habitación cuando escuché un sonido que provenía de la habitación de mi mamá.

Me acerqué sospechosamente y al abrirla me encontré a mi mamá metida en su armario. Me recargue en el marco de la puerta e hice un sonido con mi garganta. Me miró contenta y corrió a abrazarme. Sentí sus brazos alrededor de mi y beso mi frente, la abracé de vuelta sorprendida. Minutos después se alejó y tomó mi brazo para acercarme a su armario.

Ya tenía tiempo que no la veía tan contenta, algo ha de traer.

- ¿Adivina quién tiene una cita en un lujoso restaurante?- me sonrió mostrando sus dientes. La señalé y ella chilló de emoción. Me mostró un lindo vestido azul marino que seguramente le llegaría dos o tres dedos arriba de la rodilla. Alce los pulgares demostrando que estaba bien y ella volvió a chillar de emoción.- ¿Tienes idea de hace cuanto que no voy a una cita?

- ¿Cuatro meses?- le contesté con otra pregunta y ella me miró mal aunque todavía tenía sus sonrisa en su cara.

- ¡Dos años!- dijo como si fuera una eternidad. Reí y negué la cabeza.- ¡Dos años, Tiana! Y ahora iré con un hombre tan guapo a un hermoso restaurante.- volvió a su armario y sacó un par de tacones.- ¡Y tengo que verme radiante!

- Mamá, tu siempre te ves radiante.- llegó Travis a su habitación y sonrió divertido mirandola de arriba a abajo.- ¿Por qué estas en toalla?- mamá se ruborizo, tomó su vestido y su ropa interior, y entró al baño a cambiarse.

- Tendrá una cita.- dije encogiendome los hombros. Abrió sus ojos y después negó su cabeza.- Y tiene que verse hermosa.

Gruñó y se cruzó de brazos enojado ¡¿Qué es lo que pasa con el?! ¿No le gusta que mamá se vea feliz? A sus cuarenta años sigue viéndose joven y hermosa- aunque un poco loca-, puede que tenga una que otra arruga por causa del estrés pero eso no deja de quitarle lo hermosa. Estoy segura que alguien soportará su locura y sus travesuras.

¡Yo Nunca Me Voy A Enamorar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora