¡Yo Nunca Me Voy A Enamorar!

53. ¡Pikachu, yo te elijo!

Trent

Le di un trago a mi bebida y sollocé.

— ¿Cómooo pudieron hasherme eshooo?— dejé mi bebida en la barra y miré al barman con tristeza.— a ellooos looos llamaba mejorrressssh amigossss ¡Y por su culpa perdí a la mujer que amo!— tomé al barman del cuello.— la amo ¡La amo!— murmuré en la cara del barman. El se soltó de mi agarré y bufó.

— Chico, si fuera tu, yo dejaba de beber.— alejó mi bebida de mi y se acercó con otro cliente.

Dejé caer mi cabeza a la barra y segundos después, la volví a levantar. Miré a todos lados en busca de Tiana y volví a sollozar al no encontrarla. El barman rodó sus ojos y me entregó una botella de agua.

— ¿Cómo fue la forma en que ella te engañó?— preguntó el barman con diversión. Hice un puchero con mis labios y el barman rió.— ¿se acostó con tu mejor amigo?

Hice una mueca de asco y negué. El barman volvió a reír y sirvió un tequila.

— ¡No!— arrugé mi nariz con asco. De sólo imaginarlo me daba asco.— Misssh mejorrreeesh amigosss nos hicieron una brommmaaaa.— bajé la mirada y mis ojos se cristalizaron. El barman dejó de reír y me miró con atención.— nos dijeron que ibamosssh a tener un bebé ¡Pero todo fue una maldita broma!— tomé el vaso de vidrio y lo lancé al suelo. Me levanté de la silla y todo se volvió borroso. Quise dar un paso pero me tambaleé. El barman saltó la barra y me ayudó a sentarme.

El barman rodó los ojos y se sentó al lado mío. Me giré y le quité la botella a un matón que se encontraba al lado mío. El matón me miró enojado y apretó sus puños. Le di un trago a la botella y lo alcé.

— Chico, no la vayas a lanzar.— el matón se levantó y apretó su mandíbula.— ¡Baja esa botella!— gritó asustado.

Fruncí mi ceño y encogí mis hombros. Negó su cabeza y reí al lanzar la botella al suelo. El barman abrió sus ojos como platos e intentó levantarme para salir corriendo de allí pero el matón me tomó del cuello y me levantó del suelo.

— ¡Maldito niño mimado!— el barman intentó interrumpir al matón pero él lo fulminó con la mirada haciendo que el barman diera dos pasos para atrás.— ¡Vas a pagar la maldita botella?

— ¡Págala tú! Essssh tu boteeella.— reí y le di una palmadita en la mejilla al matón. Levantó su puño y lo tomé del brazo para que no me golpeara. Dejé de reír y abrí mis ojos sorprendido.— ¡Oh, pero que brasssotess! Si que tienesssh marcado el conejito ¿Cuántaassh pessas haces, Papi?— sonreí con perversión y la cara del matón enrojeció.

— ¡Chico, cierra la maldita boca!— exclamó el barman preocupado. Reí y comenzó a darme hipo. El matón miró furioso al barman y el barman negó la cabeza asustado.— No, no, no.— el matón lo tomó del cuello con la otra mano y lo levantó del sueño.

— Si no callas a tu amigo ¡Los haré pedazos!— el matón gruñó en la cara del barman. El barman asintió nervioso e intentó soltarse del matón.

— ¿Chico, serías tan amable de cerrar la boca y pagarle la botella al maldito matón?— el matón lo fulminó con la mirada y el barman negó.— digo, a este guapísimo caballero.

— ¡No!

— ¡Chico, sólo hazlo carajo!— gritó espantado. Rodé los ojos y me llevé una mano a mis bolsillos para sacar el dinero. Intenté sacar los billetes pero la mano del matón me estorbaba.

— ¿Almenosssh meee puedessh soltar para darteeee el dinerooosh? ¿O acashoo tampoco eso puedesssh?— el matón me soltó y saqué el dinero para luego lanzárselo en la cara.